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aeromoronEL AEROPUERTO DE MORÓN NO TIENE CONTROLES
El Estado lo habilitó, pero ninguna fuerza de seguridad interviene allí
El escándalo por el tráfico de 944 kilos de cocaína a España empieza a exponer graves irregularidades que habrían favorecido el embarque de la droga. Por ejemplo, que la Administración Nacional de Aviación Civil (ANAC) habilitó a mediados del año pasado el uso del aeropuerto de Morón sin pedir a la Policía de Seguridad Aeroportuaria (PSA) que se haga cargo del control del lugar.
Anteayer fue allanado ese aeródromo de uso compartido por pilotos civiles y la Fuerza Aérea. Las sospechas judiciales apuntan a que en ese predio se armó la carga de narcóticos descubierta en Barcelona a bordo del avión tripulado por los hermanos Gustavo y Eduardo Juliá y Matías Miret.
Una situación poco normal es que ese predio tiene un sector militar que desde junio de 2009 fue categorizado como base aérea por el Ministerio de Defensa, y un área de exclusivo uso civil, en la que operan, en especial, escuelas de vuelo. La ANAC impulsó que Morón fuera utilizado por empresas aerocomerciales, en un intento por crear un polo de transporte de carga aérea. Pero en tanto habilitaba su uso a aviones como el Challenger 604 de los Juliá, no cursó aviso del cambio de estatus aeroportuario a la PSA. En consecuencia, esa pista quedó liberada de controles policiales.
La ANAC, dirigida desde agosto último por Alejandro Granados, hijo del intendente de Ezeiza y amigo de Diego Armando Maradona, cuya relación acercó al ex técnico del seleccionado a la Casa Rosada, entrega un "permiso precario" para el uso de las instalaciones del aeropuerto de Morón a las empresas que entregan una serie de documentaciones, entre las que se incluyen los datos constitutivos de la sociedad, los balances, la fotocopia de ingresos públicos del último año y datos sobre sus principales clientes.
Esa notificación es recibida por el jefe del aeropuerto, que es un funcionario civil de la ANAC. La información sobre la compañía propietaria del Challenger 604 que estuvo varias semanas estacionado allí debería figurar entre la información secuestrada por la Justicia.
La orden del Juzgado en lo Penal Económico N° 4, a cargo de Alejandro Catania, incluyó también el allanamiento a las dependencias del aeropuerto de Morón que integran la base aérea militar.
La reactivación de la base militar de Morón tomó forma en 2009. La Fuerza Aérea quería resguardar esa pista -en la que hace varios años realiza cada 1° de mayo sus festivales aéreos para recordar el bautismo de fuego-, mientras que la ANAC avanzaba con la intención que promover allí un sector exclusivo para el transporte aéreo de carga. En el medio quedaron una decena de escuelas de vuelo privadas, que obtuvieron un precario refugio en Morón, tras ser cerrado el aeródromo de Don Torcuato, en 2006.
Convertida la pista de nuevo en base militar, la Fuerza Aérea buscó desalojar a esas escuelas de aprendizaje. Intimó a comienzos del año pasado a que dejaran el predio los instructores civiles. La ANAC medió en el conflicto y llegó a la resolución de que el lugar fuera compartido.
Además de esas escuelas, allí funcionan el Instituto Nacional de Aviación Civil -en manos de los militares- y el Museo Nacional de Aeronáutica. Se dividieron así los sectores, con entradas separadas para militares y para civiles. El resultado: nadie se hizo cargo de la zona de hangares, mientras la ANAC continuaba con las habilitaciones.
Fuentes aeronáuticas confirman que los hermanos Juliá pidieron en octubre el uso de Morón. También afirman que la base de operaciones de Medical Jet siempre fue el aeropuerto de San Fernando. El cambio repentino a un aeródromo sin vigilancia policial resultaría un indicio sobre la forma en que se realizó el contrabando de drogas.
En busca de pruebas
En Ezeiza, donde también fueron allanadas dependencias de aduanas y PSA, se afirma que el Challenger 604 sólo estuvo dos días antes de despegar y que por la zona que estacionó quedó en constante vigilancia electrónica. El juez Catania ya tiene los registros de esa cámara de seguridad, que descartarían el embalaje de la cocaína en ese lugar. La mira quedó centrada entonces en la base de Morón. El avión, que fue arrendado en los Estados Unidos, hizo vuelos a Mar del Plata desde Morón. La tripulación no sería la misma que la detenida en España.
Los investigadores confían, además, en conseguir de la justicia española la información de la computadora de la aeronave, con el fin de cotejar el peso de despegue en Morón, Ezeiza y Cabo Verde, escala previa a la llegada a Barcelona. Pero la justicia local ya recibió una sorpresa, pues en los allanamientos realizados en las oficinas de Medical Jet se llevaron computadoras de las que desapareció toda la información.
En tanto quedan a la vista desajustes, al menos administrativos, que habrían permitido un trabajo más relajado a los contrabandistas, la investigación centrada en los hermanos Juliá no parece avanzar hacia las conexiones con otras impactantes causas del narcotráfico local: la cocaína secuestrada en Barcelona tiene el mismo empaque de colores que la hallada en las últimas grandes operaciones. Más de ocho toneladas de cocaína dirigidas a España fueron encontradas con esas características, que para los principales expertos antidrogas en señalan la existencia de una misma banda detrás de todos los embarques.
Lunes 17 de enero de 2011
Daniel Gallo
LA NACION

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