LA FAMILIA DE PUÑO DE HIERRO EN GUANTE DE SEDA
Los Al-Assad, muchas veces enemistados entre ellos, dominan casi todos los recursos de poder
JERUSALEN.- La familia Al-Assad controla todo el poder en el país, desde que, en 1971, Hafez llegó al gobierno para fundar la "Siria moderna".
Los hijos del difunto presidente Hafez, que murió en 2000, crecieron en palacio y se habituaron desde niños a recibir pleitesía.
Sin embargo, a diferencia de los descendientes de otros dictadores árabes (el ejemplo más obvio sería el de los hijos del iraquí Saddam Hussein o del libio Muammar Khadafy, tan despóticos como impredecibles), mantienen el ejemplo del padre: gobernar con puño de hierro en guante de seda.
Aun así, son los hijos de un dictador árabe. La historia de la boda de Bushra, primogénita y única mujer, es reveladora; deja en evidencia cuánto los Al-Assad, más allá de su pátina de seda, se asemejan a otras sangrientas familias gobernantes de la región.
Basil, el mayor de los cuatro varones, fue educado como sucesor y, hasta que murió en un accidente de automóvil, en 1994, se comportó como el jefe indiscutible de los hermanos.
A Basil no le gustó nada que, a fines de los años 80, su hermana, Bushra, empezara a salir con un joven militar llamado Asef Shawkat, alauí como los Al-Assad y como la mayoría de la elite del régimen, pero no especialmente rico ni bien conectado.
El mayor de los Al-Assad habló entonces con Bushra y con Asef para que abandonaran el noviazgo. Como no le hicieron caso, se dedicó a interrumpir la relación e hizo encarcelar a Asef, que ingresó en prisión en cuatro ocasiones por orden directa del "hijísimo".
Un año después de la muerte de Basil, cuando el segundo hermano varón, Bashar, ya había dejado la clínica oftalmológica londinense donde completaba sus estudios para asumir la función de sucesor, Bushra y Asef se casaron en secreto y alquilaron un departamento en la capital, Damasco. El presidente Hafez al-Assad, furioso, los sometió a arresto domiciliario. Pero unas semanas más tarde los convocó al palacio presidencial y los perdonó. Como regalo de bodas, ascendió a Asef al rango de general. Hafez y el sucesor, Bashar, acabaron encariñándose con el marido de Bushra.
En una ocasión solemne, el presidente Hafez al-Assad encargó a Shawkat que velara mientras viviera por la seguridad de Bashar. En el entierro de Hafez, Asef permaneció junto a Bashar, en un lugar más destacado que los de Mahid y Maher, los otros dos hijos varones, y de Bushra.
Esa preeminencia se mantiene hoy: Asef Shawkat es el jefe de los servicios de espionaje, el subjefe del ejército (el jefe en la práctica, porque él mismo colocó al frente de los militares a un amigo de la infancia) y el número dos del régimen.
El hermano predilecto de Hafez al-Assad, Rifaat, fue enviado al exilio después de intentar un golpe de Estado en 1984. El otro hermano de Al-Assad padre, Jamil, murió en 2004.
A Bashar le queda sólo un hermano, Maher, jefe de la Guardia Presidencial, un cuerpo militar de elite, y jefe en la sombra de la Guardia Republicana, aunque el jefe nominal sea uno de sus tíos. El otro hermano, Mahid, murió de una enfermedad en 2009.
Los puestos más importantes del régimen son ocupados por otros miembros de la familia: Adnan Makhlouf, primo de la madre de Bashar, es jefe de la Guardia Republicana; Adnan al-Assad y Mohammed al-Assad, primos segundos de Bashar, son jefes de milicias; Rami Makhlouf, primo de Bashar, es el empresario más rico de Siria.
Enric González
EL PAÍS
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