Por Augusto Luzzi.

  Durante los años de la guerra fría, (1950-1989), Estados Unidos envió a África 1.500 millones de dólares en concepto de armas y entrenamiento, lo cual sentó las bases de la actual serie de conflictos, por no mencionar el aumento del apoyo militar a 50 de los 54 países del continente africano. En Europa, la India, Japón y Norteamérica se explota cada metro2 de suelo agrícola disponible. En África aún no. Quedan vastas tierras por explotar y dado que la hegemonía estadounidense no es total, ha empezado el festín.
El terrorismo ha comenzado a profundizarse en los últimos años.

Muchos han oído hablar de Boko Haram.  Este grupo se creó en 2002 en (Nigeria). Su objetivo es establecer un Estado totalmente islámico en Nigeria, en el que se instauren tribunales penales que apliquen la Sharia extremista por todo el país.
Nigeria es la economía más importante y el país más poblado de África, con más de 174 millones de personas y cerca de 350 grupos étnicos que hablan 250 idiomas.

El CFR(Consejo de las relaciones exteriores en EEUU) ha sacado un informe donde la incursión geopolítica de China ha alterado los planes para eeuu por el control de recursos en África.

África se ha convertido en un medio especialmente lucrativo de financiación terrorista a través del narcotráfico. La ruta africana del narcotráfico sustenta a ISIS, Boko Haram y Al Qaeda. Muchas de las armas de boko haram se las robaron al propio ejército nigeriano pero muchas otras proceden de Libia cuando derrocaron a Gadaffi. La mayor parte de la droga en África viaja hacia Europa y la droga procedente de Brazil, Colombia y Venezuela tiene también como ruta su destino final al sur europeo previo paso por un país del oeste africano llamado guinea Bissau.
Nada de eso habría sido posible si la CIA, el MI6, el Mossad israelí y el ISI pakistaní no hubieran creado juntos rutas para el narcotráfico, redes de blanqueo de dinero y el control institucional financiero necesario para mover el dinero negro.

 La transformación de Malí, de Estado soberano a base de operaciones de Al Qaeda contra los países africanos, no es casual sino que es «una consecuencia directa del derrocamiento del gobierno libio en 2011, perpetrado por la Administración Obama, en colaboración con Al Qaeda, los británicos y otros miembros de la OTAN».
 Tras la “victoria” rebelde en Libia, los rebeldes salieron del país en masa para desestabilizar otros países africanos, así como para unirse a la oposición armada al presidente sirio Hafez Asad(padre del actual presidente Bashar Al Ásad). Estos grupos, al igual que los que perpetraron los atentados del 11-S, reciben una gran cantidad de financiación y equipamiento de la familia Real Saudí y Qatar.
La RAND, una de las principales organizaciones estadounidenses en toma de decisiones y formulación de políticas, declaró que «se ha producido una distribución masiva de armas libias saqueadas por los rebeldes y están llegando a toda africa.
 
Los mismos terroristas de Al Qaeda, aliados de Estados Unidos en Libia y Siria operan en Malí, y no dejarán pasar la oportunidad de propagar una guerra permanente a lo largo y ancho del África Occidental. Si se tiene en cuenta que la mayor parte de la población en África vive con menos de un dólar por día, 500 dólares es una verdadera fortuna para muchos como para no pertenecer a estos grupos terroristas.
La tentancion es muy grande.

Nigeria es un rehén de Boko Haram.
Malí es prácticamente una ciudad en estado de sitio.
Egipto se desmorona por los conflictos internos.
Kenia aún se recupera de su peor atentado terrorista en más de una década.
Túnez, considerado la joya del Mediterráneo, se encuentra en una situación de bloqueo, golpeada por los dos atentados contra turistas occidentales.
Al otro lado de África, Somalia, Etiopía y Eritrea están hasta el cuello de la sangre derramada en las masacres sectarias.
La epidemia de ébola ha dejado África Occidental prácticamente aislada del resto del mundo: Liberia, Guinea, Sierra Leona, Nigeria y Malí.
Los tres primeros, además, son Estados fallidos controlados por los capos del narcotráfico. Al igual que Niger y el Chad.
En Burkina faso hay gente que solo se limita a comer hoja de los árboles y gusanos*1.

El hambre es una creación política.  Los alimentos son la principal arma utilizada como mecanismo de control  y una potente arma en la lucha por la supervivencia.
Según el Club Bilderberg, los recursos de un país concreto no pertenecen a ese país, sino a la Empresa Mundial, S. A. que dirige la élite.
El objetivo final de la “guerra global contra el terrorismo” es subyugar a los ciudadanos, despolitizar totalmente su vida social, impedir que la gente piense y conceptualice, que analice los hechos y sobretodo que cuestione la legitimidad del orden social inquisitorial que gobierna estos países.
El discurso para tontos que nos dan masticado los grandes medios de comunicación refleja la dramática realidad del hombre moderno cuya capacidad de análisis es nula o casi nula.
La idea dictatorial de que debemos amoldar nuestra mente y pensamientos a las mentes de los demás es la mayor farsa de la humanidad.
El 11 de septiembre de 2001 fue sólo un preludio de lo que tienen previsto para nosotros en esta suerte de “tercera guerra mundial por partes”*2, como bien ha dicho el Papa Francisco en más de una oportunidad.
El 2017 promete ser una bisagra que se aproxima al ritmo de los jinetes que cabalgan fulgurosos contra el tiempo, un 2017 con olor a guerras, muerte y destrucción.
Nos encontramos realmente a las puertas del infierno. Subyugados por el hambre, el trabajo esclavo y atormentados mediante el terror sintético. Fuera de control.

Augusto Luzzi.

*1 Extracto del libro de Daniel Stulin, fuera de control. Cuyo libro ha sido nominado a ganar premio pulitzer.

*2  Agosto del 2014, durante una rueda de prensa que ofreció a bordo del avión en el que regresó a Roma desde Corea del Sur.

Foto: https://lacritica.eu/noticia/1443/el-salafismo-yihadista/boko-haram-el-azote-de-dios.html