06 de Marzo de 2015 06:54
/ Gentileza
Un juez resolvió anular el certificado de nacimiento brasileño de Vilmar Acosta y de esta manera se reafirma que “Neneco” es paraguayo. Igualmente, se determinó que el exintendente de Ypejhú permanecerá detenido.
Un juez del estado brasileño de Mato Grosso del Sur mantendrá preso a Vilmar Acosta por un hecho de encubrimiento a un sicario. De esta manera, la salida en libertad de “Neneco” no se dará hoy, como se estaba manejando.
Horas de gestiones y de constatación de documentos definen el futuro de un asesino
Por Jean Georges Almendras
La incertidumbre, la burocracia, las certezas legales, la astucia en las gestiones, la mezquindad mafiosa, la impunidad y la sed de justicia se dan cita alrededor de un detenido de nombre Vilmar Acosta, alias “Neneco”, alojado en un edificio estatal de la ciudad de Navirai, en el estado de Matogrosso del Sur, en el Brasil. Mientras los abogados del ex intendente de Ypehjú, sindicado como el ideólogo del mortal ataque a balazos cometido contra Pablo Medina y su asistente Antonia Almada, apelan a todos los mecanismos legales (y hasta quizás sutilmente ilegales) para que su patrocinado recupere la libertad, en el marco de una maniobra que podría permitirle eludir su extradición al territorio paraguayo para su condena, en diferentes ámbitos de la sociedad paraguaya se hacen movilizaciones y se corre una verdadera carrera contra reloj, para que toda la maquinaria jurídica del Estado paraguayo deje limpios y sin obstáculos, todos los caminos para que todo el peso de la ley caiga sobre el instigador y mandante del crimen del periodista Pablo Medina y de su asistente. Un péndulo perverso si se quiere, pero inevitable, dentro de una sociedad que está siendo testigo de un hecho quizás sin precedentes en el Paraguay y que podría marcar un mojón muy importante, sea del triunfo de la Justicia o del triunfo del poder mafioso, en connubio con el sistema político paraguayo, apadrinado por la desidia de una burocracia siempre poco diligente cuando se trata de defender la verdad y la legalidad. Un connubio de vieja data en ese país, cuya sociedad humana del 2015, asiste impertérrita a una nueva pulseada entre el bien y el mal, con el saldo de vidas humanas destrozadas y de valores pisoteados y denostados.
Sobrevuela el temor de que Vilmar Acosta sea apañado por políticos y eluda extradición
Por Jean Georges Almendras
“Estamos ante la espera de la extradición a Paraguay de Vilmar “Neneco” Acosta. Ojalá la justicia paraguaya haga su trabajo como corresponde. Caso contrario tendríamos la obligación de hacer la querella para presionar a las autoridades, para lograr su condena. Estamos ante un resultado victorioso de la justicia paraguaya. A cualquier llamado a manifestarnos estaremos atentos y firmes luchando y exigiendo justicia hasta la victoria final” fueron las palabras de Dyrsen Medina, hija del periodista Pablo Medina, al ser consultada por Jorge Figueredo, director del sitio web Antimafia Dos Mil Paraguay, a propósito de la reciente captura de Vilmar Acosta, el ex intendente de Ypejhú quien estaba siendo intensamente buscado por las autoridades paraguayas sindicado como el autor ideológico de la muerte del periodista Medina y de su asistente Antonia Almada, en un hecho que conmocionó al país en las primeras horas de la tarde del día 16 de octubre del pasado año 2014.
NENECO VILMAR ACOSTA NIEGA TODO A LAS AUTORIDADES
Por Omar Cristaldo
Vilmar Acosta, alias “Neneco”, que fue detenido el miércoles 4 de marzo, en territorio brasileño por agentes de la Policía de ese país, por estar sindicado como autor moral del asesinato del periodista Pablo Medina y Antonia Almada, hecho cometido en el Paraguay en octubre del año 2014, negó rotundamente haber participado en el doble crimen, y negó rotundamente ser un narcotraficante
Una vez que los medios de comunicación de Paraguay y de Brasil dieron cuenta de la captura del hombre más buscado en Paraguay: Vilmar “Neneco” Acosta, ex intendente de Ypehjú, se pudo saber también que fue detenido en un mercadito de la ciudad de Navirai, situada a tan solo 250 kilómetros de la frontera con el Paraguay, y que inmediatamente fue derivado a una unidad de detención local, donde en un primer diálogo con las autoridades policiales negó todo lo relativo al doble crimen y a sus actividades como narcotraficante.