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Por María Cecilia Bartholin-17 de diciembre de 2018

El fallo del día viernes 14 de diciembre, que da  como resultado  la culpabilidad del Lonko Facundo Jones Huala, no hace más que ratificar que este gobierno como todos los anteriores ha tomado como suyo un actuar que viene perpetuándose desde  tiempos de la colonia. Pues seguimos acorralando y estigmatizando como terroristas, pisoteando los Derechos Humanos más básicos que nuestra constitución nos consagra, a todos aquellos que nacimos y vivimos en ésta República (“el Derecho a vivir en un ambiente limpio y en paz”) incluido por supuesto al pueblo Nación Mapuche, que tiene un derecho ancestral, por ser, quien primero habitó estas hermosas tierras y que fueron y siguen siendo usurpadas por el Winka (el hombre blanco).

En este conflicto una y otra vez se ha omitido deliberadamente un elemento importantísimo, que son las grandes transnacionales y las forestales que son una pieza clave y el origen del problema de fondo en territorio Mapuche y que pertenecen a dos de las familias más poderosas de este país, nos referimos a Angelini y Matte. Estas no aparecen ni en los medios de comunicación escrita, ni televisión y mucho menos mencionadas por las autoridades: siendo que este año en julio el directorio de Celulosa Arauco y Constitución S.A. aprobó el proyecto de Modernización y Ampliación de la Planta Arauco, una millonaria construcción que significará edificar una de las instalaciones más grandes de Latinoamérica.

Un alto ejecutivo de la compañía informó que las obras parten en agosto y demorarán 30 meses, por lo que estará operativa en 2021.

Arauco, el brazo forestal de Empresas Copec, del Grupo Angelini, había anunciado que este 2018 espera plantar 48 mil hectáreas de monocultivos, superando el promedio anual que traía, de 35 mil hectáreas. Todo esto para abastecer al nuevo gigante de la celulosa, que se estima producirá más de 2 millones de toneladas anuales.

Más plantaciones significan más territorio de pinos y eucaliptus, en una zona que se caracteriza por  las reivindicaciones de comunidades mapuches contra la ocupación que han hecho tanto Forestal Arauco como Forestal Mininco, esta última pertenece al grupo Matte.

Ahora bien debemos recordar que todas estas forestales además de pertenecer al 1% más rico y por supuesto más poderoso de Chile, tienen una regalía que no es menor, que es el Decreto 701;

“Cuerpo Legal que nace el año 1974 (en plena Dictadura), con el objetivo de impulsar el desarrollo forestal de Chile; para este efecto se establecen incentivos a la actividad forestal:

•    Bonificación para la forestación o estabilización de dunas en suelos de aptitud preferentemente forestal.

•    Bonificación y beneficio tributarios para realizar actividades de administración y manejo de bosques plantados en terrenos de aptitud preferentemente forestal.

Posteriormente, en el año 1998 se dicta la ley N°19.561 que modifica el D.L. Nº 701, a través del cual se incentiva la forestación de pequeños propietarios y de suelos frágiles y degradados y las prácticas de recuperación de suelos. Esta modificación legal incorpora dos tipos de incentivos:

•    Bonificación a pequeños propietarios para realizar actividades de forestación y manejo de bosques plantados en suelos de aptitud preferentemente forestal.

•    Bonificación para realizar actividades de forestación, recuperación de suelos y/o estabilización de dunas en suelos frágiles, ñadis o en proceso de desertificación, en suelos degradados, o en suelos degradados con pendientes superiores al 100%”.

Todo lo anterior no hace más que reafirmar que entre el Poder Ejecutivo, el Poder Judicial y los Poderes Económicos hay una colusión de larga data.

Hemos sido testigos del fallo contra autoridades sociales y políticas como es el caso Lonko Facundo Jones Huala,  de la implantación de pruebas (como en el juicio a la machi Francisca Linconao), de la detención de ocho líderes mapuches por medio de un montaje (como la operación Huracán), de asesinatos por la espalda (como el de Camilo Catrillanca, el más reciente pero no el único), de ajusticiamientos con máscaras de suicidios (como el de Macarena Valdés), de seguimientos y persecuciones vulnerando los derechos humanos de niños, adolescentes, mujeres y ancianos en sus mismas comunidades, que son violentamente allanadas sin ninguna orden de un juez, con carabineros del Comando Jungla armados como si fueran a la guerra. Hemos sido testigos de realidades donde las víctimas de las fuerzas de seguridad son un pueblo al que no se le ha probado, a pesar de las operaciones y los montajes, que posea armas de fuego y que siempre padecen la violencia ejercida en este caso por Carabineros, los que  supuestamente están, para proteger y servir a la ciudadanía.

A pesar de todo esto, guardábamos la esperanza que, no teniendo ninguna evidencia contundente, no habiendo sido identificado por ningún testigo que presentara la fiscalía, el Lonko Facundo Jones Huala fuera encontrado inocente. Pero una vez más el poder del dinero puede más que la verdad y la justicia. Fue encontrado culpable y ahora se espera el dictamen de su sentencia.

Estamos frente a un modus operandi que se repite sin importar el gobierno de turno, ni del color político que represente. Estamos frente a un Estado coludido con la élite reinante que se ha dividido el país entero y quiere más, pues su única meta es incrementar ganancias. Mientras tengamos autoridades que valoren más el dinero que entra en sus bolsillos que la ética, la verdad, la justicia y las leyes que nos rigen, seguiremos siendo testigos de la represión al pueblo Nación Mapuche y a otros luchadores por el medio ambiente que miran siempre en pos del bienestar de muchos y no de unos pocos.

La Justicia y Verdad de la que hablan las autoridades, que en su boca se torna en vergüenza y desidia de una clase política y una élite desgastada y moribunda que tiene como raíces la vileza, la codicia y la traición al género humano.

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*Foto de Portada: www.resumenlatinoamericano.com 

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