Por Davide de Bari–3 de mayo del 2020
1º de mayo de 1947. La recién nacida República italiana, en Sicilia, sufre su primera masacre: Portella della Ginestra. El primero de una larga serie de atentados terroristas que atravesaron los años de la primera República, hasta llegar a los de matriz mafiosa de principios de los noventa.
En muchos casos, los autores fueron identificados y condenados por estos hechos. Pero siguen impunes, con los rostros cubiertos, los líderes políticos involucrados.
Y es precisamente la masacre de Portella la que lleva el sello distintivo del secreto de Estado. A partir de estas consideraciones, el ex magistrado Carlo Palermo, sobreviviente de la masacre de Pizzolungo, que le costó la vida a Barbara Rizzo y a sus dos hijos Salvatore y Giuseppe, desarrolló su razonamiento en un Facebook en directo organizado en el día de los trabajadores: "La pandemia nos hace olvidar cuál es nuestra historia, olvidamos que nuestra historia comienza con la masacre de Portella della Ginestra – dijo el abogado – Me gustaría recordarlo porque las conmemoraciones están ausentes en este día. En este momento, la historia puede ser el punto de referencia para encontrar nuestra identidad – continuó Palermo – todo comienza con la masacre de Portella sobre la que, después de más de 70 años, todavía pesa el secreto de Estado". Como bien ha reconstruido el ex magistrado, por la masacre fue condenado el bandido Salvatore Giuliano, quien luego "fue asesinado por Gaspare Pisciotta y durante el juicio el mismo admitió el asesinato e hizo fuertes acusaciones contra diputados monárquicos, como Giovanni Alliata di Montereale, Tommaso Leone Marchesano, Giacomo Cusumano Geloso, el demócrata cristiano Bernardo Mattarella, padre del actual presidente de la República, y Mario Scelba. Estos últimos fueron acusados de haber tenido reuniones con el bandido Giuliano para planificar la masacre – explicó Palermo – El Tribunal Penal declaró infundadas las acusaciones de Pisciotta en el sentido de que dio nueve versiones diferentes sobre los instigadores políticos de la masacre, sin embargo, existe el hecho de que aún hoy sigue el secreto de Estado". El ex magistrado quiso también dar una indicación que podría ser útil para alcanzar una parte de la verdad, comenzando precisamente por los casquillos de las balas que golpearon a los trabajadores en las montañas cerca de Piana degli Albanesi. Si "como se piensa, los que se encontraron en el lugar podían provenir de nuestras fuerzas y de las estadounidenses, ya que estaban en una misión en ese territorio en esos días, entonces todo cambiaría, porque habría una matriz americana en la masacre". Palermo, por lo tanto, instó a eliminar el secreto de Estado, "un poder que pertenece al presidente del Consejo de Ministros".
Los aparatos "desviados" dentro de la democracia italiana
Durante la transmisión en vivo, Carlo Palermo reconstruyó la existencia de ciertos aparatos secretos, incluso antes de la entrada en vigor de la Constitución de 1948: "Hubo un aparato que fue establecido por los servicios secretos estadounidenses después de la guerra y desde ese momento ese aparato, junto con Gladio, estuvo presente en nuestra historia hasta el colapso del muro de Berlín. Los aparatos establecidos y Gladio – continuó – en Italia tenían el objetivo de evitar el avance del comunismo, cuando la teoría de la invasión de la URSS resultó inverosímil. Esas estructuras, por lo tanto, se unieron y constituyeron andamiajes de apoyo de la actividad cívica y democrática-política en nuestro país pero, sin embargo, secretas".
El abogado ha, entonces, vuelto a revisar todas esas actividades realizadas desde atrás de Gladio u otras estructuras secretas similares. Un ejemplo es el nacimiento del centro Scorpione "una unidad operativa creada en 1987 en Trapani para combatir al comunismo, cuando el muro de Berlín estaba a punto de caer, y que estaba vinculado a las operaciones de Trapani".
"Nuestra historia fue alterada por estos aparatos – agregó – así como nuestra democracia, porque el comunismo no podía llegar al gobierno, de lo contrario, el PCI habría sabido de la existencia de aparatos como Gladio y, por lo tanto, de esos lazos entre Italia y Estados Unidos". Entonces, por esta razón, según el ex magistrado de Trapani, "hemos tenido una serie de manifestaciones ocultas, que han ocurrido desde 1947 para pasar después, desde 1969, a una serie de episodios subversivos, de derecha e izquierda, siempre enredados con los aparatos del Estado". En su razonamiento, Palermo subrayó la existencia de pactos y secretos de Estado "no sólo hilos atlánticos, sino también hilos árabes".
Del pasado al presente
Según Carlo Palermo, hoy, con la epidemia de coronavirus, estamos experimentando un momento de transición histórica en algunos aspectos similar "a lo que vivimos desde el '89 al '93". En ese momento "pasamos de la guerra fría (con los equilibrios basados en el terror determinado por la oposición y la autodestrucción del mundo dentro del conflicto entre la URSS y los Estados Unidos) al colapso del muro de Berlín. Luego sucedieron las masacres en Italia y el comienzo de Europa - continuó - Y sólo después de un tiempo es posible entender lo que sucedió entonces y sólo con el paso del tiempo se podrá entender lo que está sucediendo hoy. Lo que sucedió entre el '92 y '93 –añadió– cambió el orden mundial, porque el viejo enemigo del comunismo tuvo que ceder ante el nuevo enemigo del fundamentalismo islámico".
Entre las masacres y el nacimiento de Europa
También a principios de la década del‘90, según Palermo, bajo el horror de las masacres de la mafia, nació la Comunidad Europea, que debía ser una "unión de pueblos", pero que luego resultó ser otra cosa. "Todavía hoy existen las llamadas 'constantes', es decir, los grandes poderes siempre presentes. En febrero de 1992 se firmó el tratado de Maastricht. Se suponía que era una alianza entre los pueblos, pero había alguien que operó contra el proyecto, porque las masacres distorsionaron todo. Tuvimos los atentados en el '92 y '93 y no nos dimos cuenta de que esa soberanía era parcial, nacía defectuosa y estaba limitada por los pactos subyacentes, que cambiaron todo y que condujeron a una forma diferente de mover el equilibrio internacional". Palermo puso en fila una serie de hechos, como la guerra en Irak que, lentamente, llevó a la creación de un "nuevo enemigo", destinado a "crear el fundamentalismo islámico que luego condujo a los eventos de las torres gemelas en el 2001".
La militarización de los bancos
El nacimiento de Europa no fue sólo sobre política sino también sobre "el sistema bancario porque la verdadera alianza de la Comunidad Europea no fue entre los pueblos". Según Palermo, "siempre ha habido poderes económicos y bancarios vinculados a los servicios secretos y a la masonería y poderes transversales y ocultos. Sucedió algo que yo he definido como la 'militarización de los bancos'. Hasta entonces, los bancos habían desempeñado un papel importante como herramienta para los delitos, como es el caso de Sindona y Calvi. Sin embargo, con la liberalización de los mercados, a principios de los años noventa se produjo la 'militarización de los bancos' que comenzaron a asumir un poder de dirección en los equilibrios políticos y militares".
La masonería y los Rosacruces
Carlo Palermo habló luego del papel de la masonería y de las referencias a los Rosacruces contenidas en documentos del pasado, incautadas cuando era magistrado en Trento, en una investigación sobre tráfico de drogas en 1980, hasta llegar a hablar de familias estadounidenses poderosas como los Rockefeller y los Kissinger. Según Carlo Palermo, el nuevo orden mundial "ha sido consolidado por estos sujetos: Rockefeller y Kissinger. Son ellos quienes en nuestra historia han gobernado esa parte secreta que ha condicionado y eliminado nuestra soberanía. En 1991-1992, algunos países al norte de Italia querían crear un nuevo orden de naciones europeas centradas en Alemania. Estados Unidos, en cambio, intentó expandirse a través de la OTAN, sin autorización de la ONU y recibió fondos de una miríada de organizaciones internacionales que merecen ser investigadas, porque se sabía que el programa de cooperación Rose Roth, con un centro de operaciones en Ginebra, fue puesto en marcha para implementar el control democrático de las fuerzas armadas. La USAID, es decir, la agencia de Estados Unidos para el desarrollo internacional, también está conectada. Detrás de NED (Fundación Nacional para la Democracia, ndt) están la CIA, Rockefeller y la USIS, que siempre han estado en nuestros países". En conclusión, para Carlo Palermo, hay un hilo que une al accionar de los bancos, a los grandes nombres y al tráfico de armas, en lo que él define como "el nuevo orden mundial" con variados intereses. Acciones que de alguna manera condujeron a una "sustracción de la autonomía de nuestro Estado".
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*Foto de Portada: © Imagoeconomica