de_magistrisDE CORAZÓN Y DE CABEZA
Luigi De Magistris – 2 de Enero de 2011
En los días de la Navidad el corazón se abre y la mente es más libre. También son los días de las hipocresías de la sociedad opulenta, de aquellos que miran con piedad y misericordia a las multitudes en dificultades, para luego olvidarse de ellas cada día. Además son los días en los que hay quien piensa resolver los defectos y las contradicciones del propio ser con los rituales católicos. Estos días tienen que enseñarnos otra cosa, recordarnos que mientras nazca un niño, Jesús  no se cansará de hacerse hombre; para quien no cree es, de todos modos, el símbolo del amor por la vida.

giuliettto-chiesa1CHINA ÜBER ALLES
Por Giulietto Chiesa - 4 de Enero de 2011
En Occidente hay mucha retórica alrededor de la ascensión de China en el consenso mundial. Aquí en Italia nos dimos cuenta tarde. Hasta hace quince años casi ningún medio italiano tenía un corresponsal en Pekín. Ahora hablamos más de ello, también porque sería imposible no hacerlo.
Sin embargo continuamos obtusos ante cada vislumbre de razón, privilegiando las relaciones y las evaluaciones que pasan por encima del Atlántico, como si el baricentro estuviese aún en nuestro hemisferio.

israeleaksLA HIPOTESIS ISRAELEAKS
Por Giulietto Chiesa – Megachip – 2 de Enero de 2011
A propósito de WikiLeaks sería útil saber qué pensaba a mediados de diciembre del 2010, alguien que entiende de estas cosas. No es que tengamos que confiar de este “alguien” y tomar como si fuera oro todo lo que dice, sino porque – como mínimo – es interesante destacar que piensa que es útil decir algo, en lugar de quedarse callado y escondido en el silencio.
También es interesante que de estas declaraciones suyas no se hayan encontrado rastros en el mainstream, mientras que éstas resurgen desde la web. Basta con ir al canal de YouTube de la PBS, el network “público” estadounidense.

ciotti-1DIGNIDAD Y DERECHOS, LOS DESAFIOS DE LA IGLESIA
SEGÚN EL ANÁLISIS DE DON LUIGI CIOTTI
Por Luigi Ciotti – 27 de Diciembre de 2010
No a definiciones como “cura antimafia”, y tampoco “cura antidroga”, “cura de la calle”, “de frontera”. Etiquetas de este tipo corren el riesgo de hacer pasar por “excepcional” a aquello que en cambio es – o al menos tendría que ser – normal y casi obvio. Un sacerdote no puede hacer otra cosa que alinearse, con fuerza, en contra de la mafia y de todo lo que la alimenta: desde la corrupción a las injusticias sociales, desde la violencia a la difundida ilegalidad.

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