Por Lucas Gabriel Martins, de Our Voice Buenos Aires – 27 de abril de 2020
El ahora ex Ministro de Justicia de Brasil, Sergio Moro, renunció a su cargo y al salir, su discurso fue prácticamente una delación premiada.
Sergio Moro dejó claro que el motivo de su salida el pasado 24 de abril, era debido a que el presidente Bolsonaro venía desde hace mucho tiempo demostrando interés en intervenir en el comando de las investigaciones de la Policía Federal (PF), investigaciones que señalan a los hijos de Bolsonaro.
Moro, antes de asumir el cargo de Ministro de Justicia, fue juez federal por 22 años y desde 2014 tuvo a su cargo la operación Lava Jato que, actuó en el combate a la corrupción, y entre muchos logros, condenó a una elite empresarial en el país y también fue quien determinó la prisión del ex-presidente Lula.
Prisión injusta, una farsa jurídica, un golpe preparado desde 2013, con motivos meramente políticos, pero este es otro tema.
En 2018, Bolsonaro al anunciar a Sergio Moro como Ministro de Justicia, dijo “la agenda anticorrupción y anticrimen organizado, serían sus nortes”. Además de cerrar un acuerdo, donde Moro, tendría autonomía y carta blanca para nombrar a todos los asesores de los órganos policiales y que no interferiría en su trabajo.
En agosto de 2019, Bolsonaro rompió su compromiso con Moro y substituyó el superintendente de la Policía Federal de Río de Janeiro, alegando “problemas de gestión y productividad”.
Casualidad o no, recordemos que Río de Janeiro es un Estado tomado por las milicias y también es el escenario de investigaciones que involucran a uno de sus hijos, Flavio Bolsonaro, por lavado de dinero. La PF sospecha que el senador habría inyectado ilícitamente más de 2 millones de reales en negro, en compras de inmuebles.
En su discurso, Moro alega que Bolsonaro viene intentando interferir en la dirección general de la PF desde el año pasado (2019) y que nuevamente le había expresado su interés en el cambio del director general, lo que fue el punto final de este impase y Moro terminó renunciado al cargo en defensa de su “moral”.
Horas más tarde, Bolsonaro hizo un discurso completamente confuso, y con todos sus ministros completamente desconcertados presentes, intentó defenderse sobre las acusaciones de Sergio Moro, pero quedó solamente en el intento.
Fue verdaderamente una clase de cómo no se debe hacer un discurso, algo catastrófico e improvisado. En los primeros 30 minutos, Bolsonaro habló de su vida personal y de asuntos completamente aleatorios. Intentando mostrar preocupación con el gasto del dinero público, uno de los primeros puntos abordados por Bolsonaro fue sobre el de no usar el climatizador de la pileta olímpica del Palacio da Alvorada (residencia oficial del presidente). En realidad, la pileta tiene climatización a base de energía solar desde 2002, construido en el gobierno de Fernando Henrique Cardoso.
Entre otras cosas, también dijo nunca haber usado las tarjetas corporativas que están a su disposición, habló también sobre el caso de su suegra que, según él, cometió el crimen de falsedad ideológica para reducir la edad en su partida de nacimiento.
En fin, después de casi 40 minutos de discurso en cadena nacional, Bolsonaro hizo ataques al ex ministro, afirmando que él era “movido por su ego” y que había negociado la salida del director general de la PF Mauricio Valeixo en cambio de una futura indicación para un cargo en el Supremo Tribunal Federal, lo que más tarde fue desmentido por Sergio Moro en las redes sociales.
En el medio de toda esa confusión, Bolsonaro dijo algo que me llamó mucho la atención y me dejo con rabia al mismo tiempo: “La Policía Federal, se preocupó más con Marielle Franco que con su Jefe Supremo”
Con esa frase completamente irrespetuosa sobre la muerte de la concejala Marielle Franco, podemos entender un poco como funciona la mente de este neurótico ser.
Bolsonaro realmente se cree un dictador, un líder supremo y todas las instituciones tienen que estar disponibles para obedecerlo y atenderlo.
La Policía Federal existe para contribuir con el mantenimiento de la ley y del orden, preservando el estado democrático de derecho, como está escrito en sus valores éticos y morales, y no para funcionar como una milicia particular, para servir a un único presidente, que se reconoce así mismo como un Jefe Supremo.
La Policía Federal, es y debe seguir siendo un órgano autónomo en sus operaciones, exactamente para defender la democracia y seguir con su trabajo anticorrupción sin la necesidad de someterse bajo voluntades particulares de ningún presidente.
Bolsonaro acusó a la Policía Federal de no priorizar las investigaciones sobre los mandantes del intento de homicidio, sufrido en septiembre de 2018, cuando Bolsonaro fue acuchillado durante una manifestación pre electoral.
Las dos investigaciones realizadas fueron archivadas, ya que no fueron encontrados indicios que conecten posibles financiadores o posibles mandantes del crimen cometido por Adelio Bispo de Olveira.
Más tarde en el noticiero Jornal Nacional, fueron presentadas evidencias proporcionadas por el propio ex-ministro sobre la acusación a Bolsonaro. Esas evidencias, fueron: capturas de pantalla de conversaciones entre Sergio Moro con la diputada Carla Zambelli y entre Sergio Moro con el presidente Bolsonaro. En la conversación con Carla Zambelli, ella intenta convencer a Moro de aceptar la sustitución del director general de la Policía Federal y en cambio a eso, ella ayudaría a convencer al Presidente en indicarle para un cargo en el STF (Supremo Tribunal Federal).
Moro contestó:“Estimada no estoy en venta”.
Antes de seguir con este tema quiero escribir sobre la relación de Carla Zambelli con el ex ministro. Sergio Moro fue su padrino de casamiento en abril de 2020, en la logia masónica, “Grande Oriente do Brasil”(GOB), la más antigua potencia masónica de Brasil.
En este evento, estuvieron presentes: secretarios del gobierno de Bolsonaro, ministros y también la primera dama Michelle Bolsonaro. Muchos miembros del gobierno son masones de alto grado, como el vicepresidente Hamilton Mourão, grado 33, el más alto grado de la masonería. El Mayor Olimpio, hoy senador y perteneciente al PSL, antiguo partido de Bolsonaro, también es miembro de la masonería, así como muchos otros.
A lo largo de la historia, siempre vimos a la masonería presente en muchos gobiernos y también en las fuerzas armadas, trabajando de manera muy influyente y oculta en la política a nivel mundial.
Volviendo al tema de las conversaciones entre Moro y Bolsonaro, otra captura de pantalla muestra que el presidente Bolsonaro había enviado un mensaje a Moro, conteniendo un link de una noticia sobre una investigación de la Policía Federal a 11 diputados bolsonaristas, acompañado de la frase: “Otro motivo para el cambio”, en referencia a la sustitución del director Valeixo del comando de la PF.
¿Por qué Bolsonaro estaría tan desesperado para cambiar el director general de la PF?
El portal“The Intercept”, tuvo acceso a documentos y datos sigilosos de la investigación del Ministerio Público de Rio de Janeiro a Flavio Bolsonaro, conocido como el 01.
Según la investigación, Flavio estaría financiando con dinero público, la construcción ilegal de edificios construidos por la milicia. Los investigadores llegaron a la conclusión gracias a un cruce de informaciones bancarias de 86 personas sospechosas involucradas en el esquema ilegal.
Los datos apuntan que Flavio Bolsonaro, hoy senador de Río de Janeiro, recibiría el lucro de inversiones de las construcciones de los edificios, que fueron logradas, gracias a transferencias realizadas por el ex capitán del BOPE(Batallón de Operaciones Especiales), Adriano da Nóbrega y por su ex asesor Fabricio de Queiroz.
Entonces, el funcionamiento del esquema seria: -Flavio Bolsonaro pagaba a sus empleados con el dinero de su gabinete en la Asamblea Legislativa del Estado de Rio de Janeiro (ALERJ) -Fabricio de Queiroz, que sería el articulador del esquema nombrado como “Rachadinha”, confiscaba el 40 % del “salario” de estos empleados y repasaba parte del dinero a Adriano da Nóbrega, quien fue señalado como el jefe del “escritorio del crimen”, ya mencionado en otros artículos, una especie de milicia especializada en asesinatos por encomienda. -La organización criminal, también actúa en el cobro de “tasas de seguridad”, ventas de garrafas de gas, de agua, de señal clandestina de televisión. Pero lo más importante, y que les estaba rindiendo mucho lucro, era la construcción civil. -La región de Rio das Pedras y Muzema, dos favelas donde viven más de 80 mil personas y que a lo largo de los últimos años vieron el aumento de construcciones irregulares en la región, era el enfoque del trabajo de este grupo. -El lucro con la construcción y venta de los edificios, seria dividido también con Flavio Bolsonaro, ya que él era quien financiaba todo el esquema con dinero público.
Según el Ministerio Publico, hubo un movimiento de más de 1 millón de reales entre cuentas bancarias de la madre de Adriano da Nóbrega y cuentas de empresas. Tres restaurantes y tres constructoras que estarían a nombres de “terceros” que recibirían el dinero de la mano de Adriano, estaban en la mira de las investigaciones. El vínculo de Adriano con estas pequeñas constructoras, fue descubierto gracias a las investigaciones del asesinato de la concejala Marielle Franco, quien fue muerta por esas propias milicias.Marielle luchaba incansablemente en contra de las actuaciones de las milicias en las Favelas de Rio de Janeiro.
Adriano era quien definía los precios, condiciones de pago y también quien hacía el cobro de los valores directamente de los inquilinos. Gracias a escuchas telefónicas de los integrantes del Escritorio del Crimen, los promotores pudieron descubrir que este grupo paramilitar había evolucionado del acaparamiento de tierras para la construcción civil en la zona.
Adriano da Nóbrega, fue asesinado a disparos en una quinta de un político bolsonarista, con indicios de quema de archivos, en febrero de 2020 en el estado de Bahía. Siempre fue explícito el vínculo de la familia Bolsonaro con las milicias en Rio de Janeiro, esto no es una novedad para nadie, solo para aquel que no quiere abrir sus ojos.
También siempre fueron explícitos los comentarios antidemocráticos, racistas, a favor de la tortura y la dictadura, de Jair Bolsonaro.Esto no debería ser una novedad para Sergio Moro, que antes de vincularse con su gobierno, sabía el terreno que estaba pisando y sabía quién era el personaje Bolsonaro y toda su historia familiar.
Él no puede decir que el ambiente que encontró en el gobierno y la conducta autoritaria de Bolsonaro de querer controlar la PF para proteger a sus hijos, hayan sido una sorpresa. Hay indicios de que Sergio Moro venía planeando la forma y el momento oportuno para poder dejar el gobierno y nada mejor que el actual momento, el momento en que el barco se está hundiendo.
Moro, buscando una forma “positiva” para hacerlo, sin que su falsa imagen de “persona noble”, con valores éticos y morales sea tocada, usó el momento exacto para saltar afuera del barco y no quedar mal con una imagen de alguien que dejó el gobierno en el medio de una crisis sanitaria y económica.
En el mensaje de WhatsApp que hizo público, Moro contestó a la diputada Carla Zambelli, “no estar en venta”, pero, de hecho, sí, estuvo en venta, y se vendió para este gobierno sucio en el momento que puso su carrera como juez en la basura.
Sergio Moro fue una pieza clave para el “establishment” en el juicio del ex-presidente Lula, actuando de manera completamente arbitraria y sin permitirle ni siquiera la presunción de inocencia, lo condenó rápidamente a 9 años de prisión, en primera instancia, un hecho inédito en la justicia brasileña.
La prisión de Lula, fue meramente política y Moro ya había demostrado a que había venido, quizás para conseguir el cargo de ministro de justicia, que ahora no es más suyo, o quizás para un futuro cargo en el STF o hasta para una futura candidatura a la presidencia, no lo sabemos.
Resumidamente, con todo ese escándalo, las cosas quedaron claras y pudimos conectar el eslabón faltante para entender la conexión entre: Jair Bolsonaro, sus hijos, Fabricio de Queiroz, las milicias de Rio de Janeiro y la muerte de Marielle Franco.
Ahora entendemos la razón de la desesperación de Bolsonaro en querer cambiar el director general de la PF, únicamente para frenar las investigaciones y proteger a sus hijos.
Ahora entendemos por qué la familia Bolsonaro tiene tanto miedo de la pregunta: ¿ Quién mandó matar a Marielle Franco?
En este mismo día 24 de abril, después de la salida de Sergio Moro del cargo de ministro de justicia, el director general de la PF Mauricio Valeixo fue exonerado.
¿Y quién entro en su lugar? El delegado Alexandre Ramagem, una persona muy cercana a la “Famiglia”. Él, Carlos Bolsonaro y otras personas festejaron juntos el año nuevo de 2019, como podemos ver en una foto publicada en el perfil de Instagram del propio Carlos.
Listo, el escenario perfecto para que puedan seguir con sus planes maquiavélicos en contra de la democracia en Brasil, para que puedan seguir enriqueciéndose con su lavado de dinero, sin que sean “molestados” por cualquier otra persona que se atreva meterse en sus caminos.
Como si no fuera suficiente, en paralelo a toda esa mugre, otra investigación de la PF logro identificar el articulador y financiador en el esquema de diseminación de las “Fake News”. La investigación afirma que el hijo del presidente, Carlos Bolsonaro, conocido como el 02, está por detrás de los ataques al STF y al Congreso Nacional.
Este mismo equipo, investiga los autores de la marcha “Pro-dictadura”, que Bolsonaro estuvo presente el último domingo 19.
Y para cerrar, como una cereza en esa especie de “torta”, con relleno de falsedad, hipocresía, que está siendo ofrecida a la sociedad impotente a esa estructura de poder creada por ese ¡Dictador!
Jorge Oliveira, el nuevo substituto de Sergio Moro, a ocupar el cargo de Ministro de Justicia, también es amigo íntimo de la “Famiglia”. Jorge Oliveira fue padrino de casamiento de Eduardo Bolsonaro, conocido como 03, como se puede ver en la foto abajo:
El Fiscal General de la Republica, Augusto Aras, solicitó junto al STF, que se inicie una investigación en contra del presidente Bolsonaro.
La situación de Brasil es muy grave y urge que esa investigación sea rápida. Bolsonaro no puede más estar en la conducción de la presidencia. El país tiene una enorme crisis sanitaria para enfrentar y un caos económico golpeando a la puerta. Necesitamos ir a la siguiente página y seguir adelante.
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