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10estrategiaKICHNERISMO TERMINA EN DICIEMBRE DE 2015 Y ARGENTINA COMENZARÁ INTEGRACIÓN AL MUNDO
MARTIN REDRADO
En conversación con ESTRATEGIA, el ex presidente del Banco Central trasandino (2004-2010) aseguró además que la economía trasandina enfrenta un ajuste desordenado, que sólo responde a la necesidad de dólares y no a un afán correctivo.
—Cristina Fernández no va a la reelección en 2015, ¿se acerca el fin de una era?
— Sin duda que termina el kirchnerismo el 10 de diciembre de 2015. Y las alternativas que tiene Argentina por delante son mucho más racionales. Hay una nueva camada de políticos y de intendentes, por lo que creo que vamos a tener una Argentina más a tono con el resto de los países de la región, con una mayor integración al mundo.

— ¿Será muy difícil sanear a la economía en un contexto como ese?

— Los problemas económicos de Argentina son relativamente fáciles de resolver con un buen programa económico profesional e integral, que ataque la inflación y la falta de inversión, dándole un realce al sector energético, que representa grandes posibilidades. Ahora, sin duda, hay problemas sociales que van a llevar bastante tiempo resolver.

— Tomando en cuenta el último paro nacional, ¿están llegando las dificultades a un límite?

— La manifestación fue consecuencia de una caída en el salario real. El aumento en la inflación, producto de la devaluación, no se ha visto correspondida con un aumento de salario. No diría que se ha llegado a un límite, pero se observan crecientes tensiones sociales.

Medidas “Parche”

— ¿Confía en los números del gobierno tras los reclamos del FMI?

— Aunque son más creíbles, el gobierno no ha sido explícito respecto a cuál es la nueva base de cálculo, como para generar confianza. Sin la transparencia suficiente, esto se trasforma en una prueba mes a mes del gobierno, lo que se habría evitado si le hubiese dado independencia al Instituto de Estadísticas y Censos.

— Con Axel Kicillof  a la cabeza del equipo económico, hemos visto algunas medidas correctivas, ¿qué detecta usted?

— Es un ajuste desordenado producto de la realidad. Se han tomado medidas impensables meses atrás, pero obedecen a la falta de dólares. La política de los últimos cuatro años, en la que se utilizó al banco central como una caja del gobierno, dilapidó sus reservas, dejándola sin capacidad de repuesta. Aquí no hay un cambio de política, sólo se está atendiendo a la necesidad.

— Pero, ¿ayudan los ajustes a mejorar la situación?

— Son meros parches. Acá se necesita un programa económico profesional, el cual no existe. Simplemente van postergando los problemas.

— ¿Tiene sentido asimilar a Argentina con Venezuela?

— Ese análisis es erróneo, responde a una simplificación. Argentina no tiene condiciones económicas ni políticas para transformarse en la próxima Venezuela. Por una parte, está la fortaleza de la clase media y, por otra, la estructura diversificada de la economía. Además, la soja, que es el producto más importante en generación de divisas, está en manos privadas. Desde el punto de vista político, lo único que podría habernos acercado a Venezuela era la reforma constitucional, con la que se podría haber perpetuado el gobierno, pero la votación de la clase media a favor de Sergio Massa en las pasadas elecciones descartó esa posibilidad.

Preocupaciones sobre China Son “Desproporcionadas”

—¿Le preocupa la desaceleración en China?

— Era previsible. Hay quienes se confunden y no consideran que su base de crecimiento es mucho más amplia y, por lo tanto, crecer 10% cuando el PIB es de US$5 billones es distinto a crecer 7,5% cuando la base es de US$9 billones. Así, es lógico que no se puedan mantener las tasas del pasado reciente. Pero China tiene los instrumentos de política económica y monetaria para poder revertir cualquier tendencia negativa en el corto plazo.

— ¿Por qué, entonces, hay tanta preocupación en los mercados?

— Los mercados tienen que prever qué cosa puede ir mal y actualmente, en el balance de riesgos, China aparece con mayores interrogantes que hasta hace poco tiempo, sobre todo por un sistema bancario que plantea un nivel de opacidad importante. Pero insisto en que hay una preocupación desproporcionada.

— ¿Se acabó la fiesta para América Latina, como dicen algunos?
 
— Hace algunos días estuve con la presidenta de la Fed, Janet Yellen, y no veíamos que estuviéramos frente a un cambio brusco de la política monetaria, sino que gradual. De todos modos, este nuevo escenario plantea que aquellos países que hayan hecho bien las cosas, van a tener aportes de fondos del resto del mundo y a nivel interno. El crecimiento seguirá adelante en el mundo emergente este año, aunque pueda haber un ajuste.

— ¿Percibe una mejora en las relaciones de Argentina con Chile con la llegada de Michelle Bachelet a la presidencia?

— Claramente hay una mejor sintonía personal, lo que ayuda a las relaciones internacionales. El hecho de que el primer viaje al extranjero que haga la Presidenta Bachelet sea a Argentina, marca una voluntad de relanzamiento en las relaciones entre ambos países. Sin embargo, en el fondo, en la tensión comercial con nuestros sus vecinos está la falta de dólares, que genera decisiones unilaterales que a veces perjudican a otros países y eso seguirá presente.

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