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Brillante estudiante paraguaya encaro a un gobernador bajo sospecha de corrupción

Por Jean Georges Almendras, enviado especial al Paraguay-23 de octubre de 2018

La prensa paraguaya la llamó “La heroína de Villa Hayes”.

Nosotros decimos que fue una valiente joven que luchó por actuar libremente y sin miedos.

La libertad es un derecho. Y ejercer la libertad y especialmente para señalar los actos de injusticia o de corrupción, es legítimo. Es un derecho legítimo de los pueblos que se dicen democráticos. Y pisotear esos derechos son demostraciones de autoritarismos propios de las dictaduras.

La estudiante paraguaya de enseñanza secundaria Antonella Mateu el día jueves 16 de agosto de este 2018, en la ciudad de Villa Hayes, encaró al flamante gobernador (que asumía el cargo)  y le dijo que no merecía estar en ese alto puesto, que era indignante verlo allí porque “no era un glorioso representante”  porque tenía una causa abierta por actos de corrupción.

Antonella  fue retirada inmediatamente del lugar. Fue violentada en su derecho a expresarse siendo que ella era un referente de una institución educativa de la región. Un referente, no precisamente por una ideología política, sino por su rendimiento académico. Antonella era la estudiante abanderada del instituto secundario al cual asiste: Complejo educativo NUR.  Y eso significa mucho. Porque para definirla y para elegirla como tal seguramente los educadores deben haber evaluado convenientemente, además de sus calificaciones como estudiante, su calidad humana y sus valores éticos y morales. Para habilitarla como una muy distinguida representante de toda una institución y  como portadora de la bandera nacional.

 Pero a la hora de encarar al político Rubén Rousillón,  expresándole su opinión, como una joven ciudadana,  sobre su alta investidura  –y sin ejercer contra él violencia física- fue literalmente desvalorizada y avasallada en su derecho a ejercer la libertad de expresarse.

Hay que consignar que Rubén  Rousillón, del Partido Colorado, venía siendo investigado por un presunto desvío de fondos (una acto de corrupción) en su administración anterior.

Nunca nadie imaginó que en ese momento en que se llevaba a cabo la ceremonia en la que Rousillón asumía como gobernador, iba a ser increpado libremente nada menos que por una estudiante, en un espacio público y ejerciendo un derecho amparado en la Constitución.

Una estudiante a la que luego pretendieron desprestigiar y desvalorizar. Pero fue imposible. Su actitud de joven libre y con derechos recorrió el país y el mundo. Porque fue una actitud ejemplar. Una actitud que debería haber sido adoptada por todos los ciudadanos de Villa Hayes, que conocían como ella, que el flamante gobernador estaba bajo la mira de la justicia como presunto elemento corrupto. Todos lo sabían pero la que habló sin hipocresías fue Antonella.

Pero vayamos al grano.

El primer avasallamiento a la justicia y a la democracia fue haberse llegado a ese punto. Al punto de  que Rubén Rousillón, que estaba siendo investigado (y que aún se desconocían los resultados de las investigaciones) fue nombrado gobernador. Partamos desde ese momento y veamos la situación.

La comunidad y las autoridades tenían sospechas sobre Rousillón, entonces ¿por qué seguir por el camino del nombramiento? ¿Y por qué escandalizarse por la actitud crítica de una estudiante que lisa y llanamente no hizo otra cosa que decirle en la cara (sin hipocresías) lo que seguramente muchos de los presentes  estaban pensando.

Hipocresías de nuestros días.

Prácticamente a los pocos minutos de este episodio inédito, en el Paraguay (y creo que en la región y en el mundo), acusaron a Antonella de haber cometido un acto de agresión verbal muy grave.

Y tan grave parece que fue que la sacaron de un brazo del lugar y le dijeron que estaba suspendida en el instituto. El periodismo local difundió el hecho y con el correr de las horas y los días la situación tomo otro perfil. Se le levantó la sanción a Antonella y desde esferas del gobierno consideraron que su actitud no constituía falta alguna. Los periodistas informaron que la Ministra de la Niñez y la Adolescencia, Teresa Martínez dijo que lo sucedido (refiriéndose a la sanción  que se le aplicó desde el instituto educativo privado) es una clara falta a la libertad de expresión y a la ciudadanía de la menor, indicando además que el uniforme que llevaba en ese momento no le quitaba su condición de ciudadana “por lo que su suspensión no tenía sustento”

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En el marco de las repercusiones de este episodio la prensa local informó que quien dejó sin clases por tres días a Antonella fue el director del instituto educativo al que ella asiste, Victorino Ramón Cardozo.

 “Es un director que viene de la época de la dictadura. No tiene una costumbre acorde a estos tiempos” fueron las afirmaciones de varios maestros de Villa Hayes.

Por su parte la vice ministra de Educación Básica Nancy Ovelar dijo que no se tenía  que suspender a la estudiante y que “este tipo de actitudes son rémoras del pasado que todavía afectan, no solo a la Escuela, sino a toda la sociedad”.

El padre de Antonella , Jorge Mateu, dialogando con periodistas habló así:”Yo soy comerciante, tengo una ferretería desde hace años. En estos días los clientes se acercan, me saludan o me dan un abrazo y me dicen que están de acuerdo con lo que hizo mi hija”

La mamá de Antonella, Margaret Bóveda, docente y abogada, al ser consultada por el periodismo paraguayo fue muy contundente en sus declaraciones: “Siento orgullo y una envidia sana por un lado cuando veo cómo se movilizan los jóvenes de Asunción, cuando reclaman por más educación, cuando protestan por las notas reversales de Yacyretá o contra los corruptos. Mi hija no es solo mejor alumna en la Educación Media. Estuvo en un colegio de menonitas donde también fue la mejor alumna hasta el cuarto grado. Luego, pasó a una escuela pública hasta el tercero de la Escolar Básica. Me duelen algunas expresiones de algunas personas durante el acto del gobernador que tildaron de drogadicta a mi hija. Difícilmente mi hija sea mejor alumna en esa condición”

Dos meses después de aquel episodio encontramos a Antonella Mateu en la sala Bicameral del Congreso Nacional.

La vemos resplandeciente. Nos cuenta que le da mucha emoción estar en un evento recordando a Pablo Medina y a Antonia Almada. Nos habla con la misma transparencia con la que encaró al gobernador Rousillón. Nos relata los hechos.

“La tarde del jueves me llama la secretaria y me pide asistir a un acto por la asunción del nuevo gobernador, para llevar la bandera de Paraguay de nuestro Colegio, representando a la institución. Voy aproximadamente a las seis y en ese momento había comenzado el acto ya, y el que estaba hablando decía que teníamos un flamante gobernador y que era un acto muy emotivo. Ahí yo me empiezo a cuestionar en mi interior, a reprocharme y a reclamar con mucha rabia sobre cómo alguien que está procesado, con una causa abierta, va a ser gobernador. Ante mi cuestionamiento primero le pedí a Dios que me ayudara y guiara para tomar una decisión correcta. En ese momento llamo a mi mamá por el celular y ella no me atiende. Entonces para mí eso fue una señal. Así que ahí mismo me levanté de mi silla y me fui. Me paré enfrente del gobernador y le dije que para mí no era un acto emotivo, sino que era indignante que él estuviera ahí y que ocupe ese lugar que no se merece. Que cómo un departamento tan lindo como Presidente Hayes iba a estar en sus manos. Ahí entra ya un señor que me toma del brazo y me saca del lugar. Luego empiezan a agredirme verbalmente; llega una chica que me reconoce, me saca del lugar y luego mi mamá va a buscarme asustada, porque yo la había llamado llorando”

“Al día siguiente regreso al colegio y al mediodía llega la secretaria diciéndome que quiere hablar con mi mamá, porque yo había incurrido en una falta grave a la cual ellos llaman agresión verbal. Yo volví a sentirme mal porque me dijo que posiblemente ya no iba a poder seguir asistiendo al colegio, que iba a quedar suspendida. Me sentí mucho peor ahí, porque me di cuenta de que hay gente que lo protege, por decirlo así; porque ya es el colmo sancionarme por decir la verdad.  Así que el viernes yo ya no fui al colegio, y el lunes mi mamá va al colegio a hablar con el director, quien le pide tiempo porque dice que tiene que estudiar mi caso con la asesoría jurídica de la central. El martes sigo sin ir al colegio, mi mamá envía una nota y ese día ya los medios de prensa van tomando conocimiento del hecho.  El miércoles a la mañana mi mamá vuelve a llamar al colegio, se comunica con la Directora General, ella le dice que sí voy a poder asistir al colegio, pero con unas condiciones y recién el miércoles me reincorporé al colegio”

¿Qué condiciones pueden surgir para un episodio de esta naturaleza?¿Qué parámetros de sanción pueden barajarse para esta expresión de libertad ciudadana?¿Es viable establecerse una suerte de amedrentamientos para un episodio cargado de conciencia ciudadana?

Nos responde la mamá de Antonella.

“Pusieron como condición no volver a incurrir en esa misma falta en que supuestamente incurrió, que es la agresión verbal y que según ellos es una falta grave en el reglamento interno del colegio”

“Todo esto siempre ha sido manifestado por ellos en forma verbal; y  luego ellos borraron y negaron todo, porque hizo eco en la Ministra de la Niñez y la Adolescencia interviniendo también el Ministro de Educación,  enviando asesores jurídicos y a la autoridad supervisora administrativa pedagógica que se apersonaron e intervinieron en el colegio. Hablaron con el director e inmediatamente mi hija fue reincorporada. A raíz de toda la presión ya de la prensa, de la Ministra de la Niñez, del Ministro de Educación, del Coordinador, ella vuelve al colegio, donde le piden disculpas a mi hija, por los malos momentos que pudiera haber pasado y prometen que ella va  recuperar los tres días que perdió por consecuencia de la suspensión”

Margaret Bóveda también comparte una reflexión mirando hacia atrás. Haciendo foco en aquel jueves del mes de agosto.

“Como mamá me siento muy orgullosa de ella, porque en estos momentos ella sembró una semilla de valor, de valentía, de coraje; y rompió ese miedo que en el departamento todos tienen. Y ahora se está iniciando un grupo de ciudadanos indignados, cansados; están comenzando una movilización contra la corrupción en nuestro departamento. Y por ese lado me siento muy orgullosa, porque ella es prácticamente la semilla”

Según nos dice la mamá de Antonella, el gobernador escrachado Rubén Rousillón, mantiene una causa abierta.

“Bueno, la situación, jurídicamente, es que todos sabemos que el está con esa causa abierta y están con la chicana de que pueda llevarse adelante una audiencia preliminar en la cual él debe ir a juicio oral, pero que, hasta la fecha, justamente por las manos políticas metidas dentro, no está pudiendo realizarse. Y generalmente un noventa por ciento de la población villa hayense por más que tengan temor, ellos en forma privada te manifiestan que “ojalá ustedes puedan sacar a esta gente, ojalá caiga esta gente”, esa es la visión y esa es la información que ellos nos hacen llegar. Pero como nuestra gente es un poquito apática, tienen miedo todavía; todavía no pueden romper esas barreras de decir basta ya y vamos todos a salir, pero hay muchísima gente que está con nosotros.

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¿Y qué significó para Antonella estar en el evento recordando a Pablo y Antonia?

La estudiante que sembró la semilla para romper con el miedo nos dice, sin dejar de mirarnos a los ojos: “Cuando mi mamá me dijo, para mí fue muy valioso, una gran oportunidad de participar de un debate donde es importante hablar de la corrupción que abunda en nuestro país, no solamente en mi departamento sino en todo el país también. Hay muchísima corrupción y yo creo debemos hacer algo para cambiar eso, para luchar contra la corrupción.”

Margaret Bóveda coincide con su hija y agrega: “Nos sentimos protegidas, por un lado, porque en el momento en que ella realizó todo esto recibimos el apoyo de mucha gente, y nos sentimos tranquilas cuando recibimos el apoyo del fiscal, el Dr. Jorge Figueredo, del licenciado Oscar. Nos dimos cuenta que no estamos solas, porque al principio nos asustamos, pero ahora me doy cuenta que no estamos solas, y la invitación a este evento nos complace”

La prensa paraguaya definió a Antonella como una “heroína” y como una joven “corajuda”.

Nosotros decimos que fue una valiente joven que ejerció su libertad y no tuvo miedo.

Lo decimos, lo diremos e insistiremos en subrayarlo.

Insistiremos además, en señalar, que los compañeros de  Antonella la apoyaron desde un primer momento. Insistiremos en apostar por ellos. Insistiremos en recordar tanto hoy como mañana, y al mundo entero, de que en la localidad paraguaya de Villa Hayes una joven de 16 años sembró la semilla del valor y del coraje, para perder el miedo.

Ese miedo que atenaza a los adultos, pero que  se desvanece en los jóvenes.

Estos jóvenes, como Antonella, que están dejando de ser silenciosos para ser militantes.

Militantes para revertir la situación actual de la sociedad paraguaya. Una sociedad que  se codea con el lujo, como con la miseria. Que  se codea con la corrupción como con el narcotráfico. Y que intima con la indiferencia y con la indiferencia.

Mientras tanto, las injusticias sociales campean; como campean los abusos y los avasallamientos de los derechos ciudadanos. Como campean las muertes de periodistas y de campesinos. Como campea el crimen organizado, la corrupción de políticos y gobernantes. Como si tal cosa.

Antonella fue más que educada (y fue además muy sabia en su procederf) encarando al flamante gobernador. Pero no olvidemos que después fue pisoteada y avasallada. Y aunque sobrevinieron las disculpas y los resarcimientos el mensaje del autoritarismo estuvo presente y se hizo sentir.

Pero no olvidemos tampoco que también se hizo sentir (y muy fuerte) la voz de la justicia y de la libertad, en la voz de una joven. Como se hizo sentir el apoyo que ella recibió la comunidad de Villa Hayes y de sus compañeros del colegio que incluso, como medida de protesta no asistieron a clase estando ella impedida de hacerlo.

Una joven que  en su accionar estaba representando a todos los jóvenes del Paraguay y del mundo.

Una joven que fue la voz de todos los jóvenes hastiados de éstas sociedades devoradoras de esperanzas y  de libertades.

Una joven que plantó entre los jóvenes del Paraguay la semilla para luchar por la libertad y la justicia, sin miedos y sin dejarse intimidar.

Mal que le pese a Rubén Rousillón, a quienes la sancionaron y a muchos más.

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*Foto de Portada: Leandro Gómez de Our Voice

*Foto 2: www.extrapy.com

ARTICULO DE REFERENCIA EN ANTIMAFIA DOS MIL:

- JOVENES DE OUR VOICE, VANGUARDIA DE LA ANTIMAFIA EN PARAGUAY

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