LA CULTURA DE LA CORRUPCIÓN
Domingo 08 de enero de 2012 | Publicado en edición impresa
La sociedad argentina viene dando muestras de una peligrosa resignación frente a uno de sus peores flagelos
A lo largo de las dos últimas décadas, la sociedad argentina parece haberse acostumbrado -no sin algún grado de resignación y también de cinismo- a convivir con la corrupción y sus efectos disolventes. Escándalos que en otros países acarrearían la renuncia inmediata de los funcionarios involucrados aquí parecen simples picardías, mientras que cualquiera de nuestros más sonados casos de corrupción provocaría la caída de un gobierno en otras latitudes.
Domingo 08 de enero de 2012 | Publicado en edición impresa
La sociedad argentina viene dando muestras de una peligrosa resignación frente a uno de sus peores flagelos
A lo largo de las dos últimas décadas, la sociedad argentina parece haberse acostumbrado -no sin algún grado de resignación y también de cinismo- a convivir con la corrupción y sus efectos disolventes. Escándalos que en otros países acarrearían la renuncia inmediata de los funcionarios involucrados aquí parecen simples picardías, mientras que cualquiera de nuestros más sonados casos de corrupción provocaría la caída de un gobierno en otras latitudes.
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