Por Saverio Lodato -3 de Noviembre del 2019

Escuché a Nino Di Matteo, invitado por Annunziata en Rai 3, con bolígrafo y papel en mano. Pertenece, Di Matteo, a esa rara categoría de invitados a la televisión acostumbrados a guardar silencio antes de hablar, hostiles a la batuta, reacios a las frases dichas ligeramente sólo para aumentar la audiencia, para crear los escándalos del día, para acuñar consignas a corto plazo, para obtener aplausos o para titulares efectistas.

Durante un cercano cara a cara con la entrevistadora Lucia Annunziata, nunca eludió las preguntas, nunca recurrió a la fórmula de "eso no lo puedo decir debido a mi función", nunca habló con la nuera para que la suegra entienda, como es costumbre de la gran mayoría de los que quieren ir a la televisión, independientemente de si tienen algo que decir o no.

Por Saverio Lodato-21 de agosto del 2019

Parece que el otro día, en el Senado, Matteo Salvini no se tomó selfies mientras hablaba Giuseppe Conte, decepcionando a su gente por primera vez. Y se podría decir que en el fondo, al final del juego, fueron suficientes las fuerzas de un primer ministro con sentido común para encadenar al genio de la lámpara soberana y populista que amenazaba con la devastación y el caos. En el Senado, y todos lo hemos visto, cuanto más hablaba el primer ministro, más se desinflaba y se encogía el genio hasta el punto de ser conducido de regreso al rencoroso subsuelo que lo había evocado.

El primer ministro, siempre solo, lo golpeó en la cabeza, presentándole una factura muy alta, sin perdonarle una, alineándolo en términos institucionales, constitucionales, políticos, éticos, religiosos, siempre con muy buenos modales, incluso afectuosamente.

El genio, nacido de la lámpara soberana y populista, no sabía dónde sentarse, si llorar o reír, si mantener la boca abierta o cerrada, si mover la cabeza o doblarla, si estrechar manos o morderse las uñas, si agitar o aplacar los ánimos de sus pretorianos; balbuceó, tartamudeó, perdió el hilo, fingió contestar el teléfono, intentó componer un gesto liviano pero dando, sin embargo, al mundo, la impresión de que no saber dónde encontrarse, como si se dijera: "¿Qué estoy haciendo aquí?".

Al final del juego, se puede decir que Matteo Salvini ya no era ese gran fascista que muchos describían. Y es por mérito de Giuseppe Conte, sólo de él, que desde hoy Matteo Salvini no sea un espantapájaros, incluso para los mocosos que juegan en la calle.

Y aquí, ahora, el discurso se pone serio.

Y complicado.

La gran mayoría de los parlamentarios, incluidos los de la Liga del Norte, no quiere volver a votar porque con este claro de luna incluso las encuestas podrían resultar ser mantas demasiado cortas para defender la silla. Y así estamos, y se entiende.

Todos quieren que la legislatura no tire el balde antes de lo previsto. Y justo aquí, hace sólo unos días, nos referimos a la "política de los abandonados".

En vísperas del choque en el Senado, debe reconocerse a 5 Estrellas por haber encontrado al menos una adhesión anti Salvini. Grillo y Casaleggio impusieron la línea de supervivencia, a la que los senadores habrían seguido en el recinto. Decimos línea de supervivencia, porque estamos hablando de un partido que fue el primero en Italia, pero que hoy sabe muy bien que ya no lo es.

El PD se dividió, y dividido quedó.

Prueba de esto es que, mientras el cirujano Conte trabajaba a corazón abierto, Matteo Renzi y Nicola Zingaretti se daban empujones para ingresar al quirófano.

A tal propósito.

Ahora parece que la línea de Zingaretti finalmente está prevaleciendo en el PD. Y consideramos que esto es algo bueno, dado que una enésima babel en el PD interrumpiría de raíz el ya complicado parto de otro gobierno (pronto sabremos cuál). Si se nos permitiera una modesta sugerencia a los dirigentes del PD, los invitaríamos a que no se aventuren demasiado en la "ilegitimidad electoral" de este gobierno amarillo y verde que acaba de descomponerse.

Eviten las apariciones en televisión.

Aprendan de Conte a hablar con hechos en la mano, no con la ayuda de teclados.

Mantengan un perfil muy bajo, en cuanto a las declaraciones públicas.

Caminen de puntillas ante los italianos. Que aquellos que los observan entiendan que, si regresan a un gobierno, saben muy bien que es un milagro.

Y sorprendan, eso sí, con grandes efectos especiales, grandes propuestas, grandes programas, grandes compromisos, grandes nombres; nombres, nos atrevemos a decir, de muy alto perfil. Pronto veremos si entendieron la lección.

Habiendo dicho eso, Giuseppe Conte no les gusta a los que están trabajando para el nuevo gobierno, incluidos, aparentemente, los de 5 Estrellas. Es un hecho Y es una pena.

Veremos si el Jefe de Estado, Sergio Mattarella, tendrá en cuenta su dolor de barriga o le dará una nueva oportunidad al primer ministro que, solo, puso en su lugar al genio de la lámpara soberana y populista.

El profesor Luciano Canfora, refiriéndose al discurso de Conte, dijo que desde hacía años no se escuchaba en el Senado a alguien de tan alto perfil y estilo. Modestamente, suscribimos.

Ciertos comentaristas de la gran prensa, por otro lado, ven a Conte como humo en los ojos.

¿Por qué? Es fácil de entender: porque siempre ha sido un hombre de 5 Estrellas. Durante catorce meses se burlaron de él llamándolo Señor Nadie y ahora él, aunque parezca una broma, derrotó solo al fascismo, sin tener que recurrir a proclamas, firmas o grandes llamamientos. Le debemos a Conte la expulsión de Siri y haber dado vuelta el caso "Moscopoli", desaparecido de las primeras páginas. No es poco. Conte, con su sola presencia, renueva las aguas de ciertos charcos en los que otros, en cambio, se revuelcan maravillosamente.

Un sentimiento común, déjenme decir, que parece resumir Emma Bonino cuando le reprocha a Conte su "arrepentimiento tardío" en el gobierno. Sí.

¿Bonino, quien junto con Marco Pannella, apoyó a todos los gobiernos de Berlusconi, sin una sola palabra de "arrepentimiento"? Que se arrepienta Bonino en lugar de buscar la mancha en los ojos de Conte. Hay un tiempo para todo.

Y quizás el Partido Demócrata, si quiere cambiar el registro, debería comenzar a renunciar a ciertos miembros de la procesión, como Bonino, que nunca han beneficiado a su imagen frente a los italianos.

Habrá mucho trabajo por hacer para Nicola Zingaretti.

Los italianos mirarán el espectáculo.

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Por Saverio Lodato – 5 de junio del 2018

¿Son palabras al viento que nunca se convertirán en hechos? Puede ser. ¿Son el apéndice verbal de una campaña electoral permanente, dado que siete millones de italianos pronto volverán a votar?

Posible, probable

Sin embargo, qué bellas palabras. Vamos a escucharlos juntos: "Lucharemos contra las mafias con todos los medios. Atacaremos sus finanzas, sus economías". ¿Qué sucede con palabras como estas? Son música para los oídos de millones de italianos.

Por Saverio Lodato – 4 de julio del 2019

Las escuchas de Palamara aún no han terminado. Por supuesto, causan sorpresa.

Fueron necesarias varias semanas para descubrir hoy, en el periódico "Il Fatto Quotidiano", que incluso la expulsión de Nino Di Matteo de la "comisión de atentados" de la Fiscalía Nacional Antimafia olía a "azufre". No hay nada mejor, desde el punto de vista literario, que decir que apestaba. Y cómo apestaba.

Y apesta, en general, esta entrega en cuotas de lo "hablado" por Palamara, ya que el buen hombre, en sus conversaciones, tenía el troyano incorporado, una bestia fea que deja escapar todo de inmediato, sin descuentos ni demoras. Así nos enteramos, y sólo hoy, que fue Giuseppe Pignatone, que estaba a cargo de la Fiscalía de Roma, quien le informó en momentos insospechados de la investigación de Perugia en su contra.

Di AMDuemila - 27 de mayo del 2018

"La sentencia de la Corte de Assise sobre la tratativa Estado-mafia", dijo Saverio Lodato en la presentación del libro "Avanti mafia!" escrita por el periodista, escritor y editorialista de Antimafia Duemila, "ha puesto por escrito lo que ya sabíamos y ahora todos sabemos" y que es "la enorme complicidad del Estado en la historia de la mafia y viceversa. ¿Es posible que hoy, con una simple sentencia, creamos haber entendido todo? Lo dudamos, pero, en un país donde durante cincuenta años todas las grandes masacres concluyeron con decenas y centenas de juicios que terminaron en la nada, finalmente tenemos una sentencia que dice que sí, que detrás de la mafia estaba el Estado" mientras, al mismo tiempo, "había una parte honesta del Estado que caía en tanto quedaba en pie la parte corrupta que soportamos hasta hoy".

Por Saverio Lodato-26 de junio del 2019

Se rumorea que en una conocida hoja impresa milanesa, ante la noticia de la candidatura de Nino Di Matteo para las elecciones complementarias del CSM, el escriba habitual especialista en cosas de la mafia con sus anexos y conexos habría saltado de su silla. Las voces habrían sido escuchadas desde los pasillos. El escriba es muy temperamental y no acepta imprevistos ni contratiempos.

Pero cómo ¿de nuevo Di Matteo? ¿Y esta vez encima se candidatea "para ponerle el hombro al sistema" según él mismo declaró en una entrevista, en este caso, a un periódico romano?

Por Saverio Lodato - 20 de abril del 2018

Culpables.

Culpables por haber llegado a un acuerdo con Cosa Nostra.

Culpables por haber acordado en nombre del Estado lo que nunca debería haber sido acordado.

Culpables por haber creído que el uniforme que vestían, los alamares, las insignias, los altos grados del mando que representaban, los eximía del deber institucional de no comprometerse con quienes estaban convirtiendo a Italia a un matadero.

Culpables de haber hecho llegar a Silvio Berlusconi y a su gobierno las solicitudes hechas por la mafia para poner fin a la masacre.

Culpables, en otras palabras, de inteligencia con el enemigo.

chacales

Por Saverio Lodato - 11 de febrero del 2018

Alguna vez fueron llamados los Condenados de la Tierra, los explotados, los colonizados, los esclavos negros, marginados que fueron utilizados para engrasar la aceitada máquina del imperialismo secular, las mujeres y los hombres descartables, la fuerza bruta del trabajo. Pero sucedió en los días en que el mundo todavía estaba separado de las ideologías: visiones diferentes de la posible forma de ser de las sociedades diseminadas por el planeta, visiones utópicas que, sin embargo, con el tiempo serían interrumpidas por las duras lecciones de la historia. Hoy, a los condenados de la tierra, ya no sabemos cómo llamarlos.

 

por Saverio Lodato – 2 de mayo del 2019

Hace unos días, aquí mismo, nos preguntábamos dónde colocar la figura del jefe de Cosa Nostra, Matteo Messina Denaro; se encuentra en la base o en la cima de la pirámide en que están – dando crédito a las indiscreciones periodísticas en la investigación de los fiscales de Palermo y Roma, hasta ahora no negadas por nadie – el subsecretario Armando Siri, el empresario Paolo Arata y el imputado actividades mafiosas, Vito Nicastri (considerado por los investigadores un presta nombre de Messina Denaro), entre tantos grados que se comunican entre sí. En síntesis.

Si esta cadena de San Antonio (y que San Antonio no la tome, porque se trataría, en este caso, de una cadena mafiosa y criminal) fuese verdadera, y probada – hasta qué punto llegaron las cosas, o dónde se frenaron, que sería más exacto – se puede concluir que Messina Denaro está en la cima, en la parte superior y, desde allí, al menos por el momento, no lo baja nadie.

pequenio200Por Saverio Lodato-Enero de 2018


Recordamos bien cuánto lloraron, metafóricamente hablando, los comentaristas, garantistas en cuestiones de la mafia, cuando se supo que un niño de 15 años, el pequeño Giuseppe Di Matteo, había sido estrangulado y luego disuelto en ácido. Recordamos bien el horror a control remoto, los anatemas y los desvíos verbales, las tergiversaciones deliberadas de la realidad, la indignación untada con ambas manos en las portadas de las noticias de la televisión y en las páginas de los periódicos.

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