Garrido. El ex titular de la FIA no cree que la decisión de Noailles sea “casualidad”.

El ex titular de la Fiscalía de Investigaciones Administrativas (FIA) Manuel Garrido presentó una denuncia contra su sucesor en el cargo, Guillermo Noailles, por no haber impulsado la apelación al sobreseimiento dictado por el juez federal Norberto Oyarbide en la causa por el presunto enriquecimiento ilícito de la presidenta Cristina Kirchner y de su esposo.

“La omisión más grave del fiscal Noailles ha sido la falta de apelación subsidiaria del sobreseimiento decretado” por Oyarbide, consideró Garrido luego de enumerar los argumentos para poner en duda el dictamen del cuerpo de peritos de la Corte Suprema de Justicia que actuó en la causa. “Esta omisión ha permitido que se consolidara el sobreseimiento y ha importado una violación a sus deberes como funcionario público en general, y como fiscal en especial”, señaló.

Garrido citó como un ejemplo en los antecedentes a tener en cuenta, que los auditores contables de la FIA habían elaborado un dictamen “del que se desprenden serias objeciones a la peritación realizada por los contadores auditores de la Corte Suprema de Justicia y, fundamentalmente, que la evolución patrimonial de los imputados correspondiente a 2008 no se halla justificada con la documentación que se examinó para la confección de aquel estudio pericial”. Según puntualizó en el escrito, ese dictamen fue “comunicado al fiscal Noailles”.

Garrido avanzó un paso más en la argumentación contra la actuación de su reemplazante en la FIA y mencionó que a pesar de ese dictamen de sus peritos y a que investigaba “períodos anteriores de evolución patrimonial” de los Kirchner, “incumplió con su obligación de impulsar la acción penal, que recae sobre los fiscales aun en casos controvertidos, y más todavía en casos en que la prueba no es concluyente o es manifiestamente deficiente”.

Para el ex titular de la FIA, la decisión de Noailles no es casual sino que la inacción implica que se perjudique la posibilidad de completar los peritajes a través de “el silencio absurdo y contradictorio con el desempeño de su propio organismo después (lo cual) evidencia que no obró movido por una casualidad”.