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SE DILUYE UNA OCASIÓN DE INVESTIGAR LA TRATA DE PERSONAS
La pesadilla no terminó para Ceci
La madre de la chica que huyó de un prostíbulo donde estuvo retenida oyó disparos y amenazas frente a su casa. Y desistió de seguir la causa.
Por Érica Rozek, desde Santa Fe
02.08.2009
El caso de Cecilia Castro quedó estéril. Con su aparición, “la causa se tornó abstracta”, tal como abrevió un integrante del grupo de Asistencia a la Víctima de la Defensoría del Pueblo de Santa Fe.
“No hay manera de proceder porque la madre no quiere hacer ninguna denuncia penal y ni el juez ni la policía actuarán de oficio”, explicó. Y Mariana Godoy, madre de la adolescente, decidió olvidar y callar. “La trata de personas para la explotación sexual es un delito de instancia privada, si no lo denuncia la madre de la menor, entonces no existe”, simplificaron fuentes allegadas al caso.
A poco de cumplirse un mes de su aparición, y tras la denuncia de Crítica de Santa Fe, la madre de la chica de 17 años que en mayo escapó de su casa y estuvo retenida dos meses en un prostíbulo de San Francisco, confesó que en la siesta del martes 28 de julio se escucharon tiros en la puerta de su casa y gritos que la acusaban de “buchona”. Un par de días más tarde, Cecilia y su mamá se desdijeron de ese relato sobre las amenazas. La retractación le vino como anillo al dedo a los organismos oficiales para justificar su pereza y silenciar a una mujer que llegó a expresar de manera explícita su necesidad de justicia, que creyó en el testimonio de su hija y que se sentía comprometida en las marchas contra la trata de personas realizadas en estos últimos días en la capital provincial.
Cecilia le había narrado a este diario y a integrantes de la agrupación Las Diversas que estuvo cautiva en un prostíbulo de San Francisco. Llegó a escuchar de otras mujeres que trabajaban allí que ella estaba en proceso de ‘ablande’. Pero ante la Policía la joven cambió su versión, y al equipo de la Defensoría del Pueblo le contó una versión distinta cada día. Mariana Godoy aseguró temer por la vida de su hija por las amenazas recibidas, pero se negó a denunciar ese hecho y se excusó: “Los tiros son comunes en mi barrio”.
Desde Asistencia a la Víctima lamentan: “Cambian su declaración de un día para el otro”.
CASO CERRADO. El caso de Cecilia parece disolverse, y con él también se diluye una oportunidad tangible de investigar la trata de personas. Un informe de la Organización Internacional para las Migraciones (OIM), señala que “Santa Fe es una de las tres provincias de donde provienen los proxenetas más importantes que operan en las redes de trata. Un proxeneta puede alcanzar una ganancia neta de 13 mil dólares por año, por mujer”.
Silvina Sierra, de Las Diversas, contó: “Mariana nos llamó asustada el martes a la noche, habían oído tiros en la puerta de su casa y gritos de ‘buchona’. Según ella –agregó Sierra– hace unos días observa autos rodeando la zona y tiene miedo de que le maten a su hija”. Cecilia, en tanto, fue atendida por un equipo de psicólogos y abogados del Centro de Asistencia a la Víctima y el Delito de la Defensoría del Pueblo de Santa Fe.
Cuando Cecilia apareció, tanto ella como su madre asentaron su declaración en la subcomisaría 10ª del barrio San Lorenzo. En ese momento, la joven de 17 años no quiso dar precisiones, y el jefe de la seccional, Alcides Colnachi, cerró el expediente por desaparición de persona. “El expediente por búsqueda de paradero se archivó, se notificó el cierre de la causa al juzgado y seguramente sin que el juez conozca el caso”, explicaron desde la Defensoría del Pueblo aclarando que “no es que el juez no quiso atenderla, sino que estaba terminada su causa. Cuando Crítica de Santa Fe consultó al juez de instrucción penal, José Costa, por el caso de Cecilia, el magistrado contestó exaltado: “¿Quién?, no, no sé de qué chica me habla. Seguramente habré intervenido, pero no lo recuerdo, estoy desbordado”.
El juez Costa nunca intervino porque el expediente fue archivado durante la feria judicial. Si bien él aseguró que “la policía no puede cerrar nunca un caso”, desde el juzgado confirmaron que la policía notificó la aparición de Cecilia Castro, y entonces, cerraron el caso. Algo que el juez nunca supo.
Romina y Cristina
En septiembre de 2006 Romina Gamarra y María Cristina Ojeda lograron escapar de una red de proxenetas que las explotó haciéndolas circular por tres provincias distintas. Tras hacer la denuncia, pidieron protección, pero un mes más tarde, Ojeda se desdijo después de haber estado 48 horas desaparecida. En ese momento la causa estaba en la fiscalía federal de Griselda Tessio, que cerró la causa.

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