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07Gesualdi_DenunciantePOCHO, JEFE DE SEGURIDAD DE LAS MADRES, MANDA EN LA VILLA 15 A PUNTA DE PISTOLA
17 de julio de 2011 PERFIL
Rubén Brizuela es “amo y señor” del barrio. Es empleado del Gobierno porteño y de la Fundación Sueños Compartidos. En la toma del Indoamericano participó en un tiroteo.
Por Emilia Delfino
Indoamericano. El día de la toma, Brizuela manejó a los punteros y acampantes. Tiene la casa más grande de la Villa y se mueve en un Citroën C3. Las vainas del tiroteo.
Rubén “Pocho” Brizuela es conocido en Ciudad Oculta como “el presidente de la villa”. Es el encargado de seguridad de la Fundación Madres de Plaza de Mayo y “amo y señor” de la Villa 15, nombre oficial del barrio que le pertenece.
Marcela de Contreras es la única vecina de Ciudad Oculta que se anima a hablar de Pocho y su entorno. Su marido, Raúl Leopoldo Contreras, quedó detenido luego de tirotearse con uno de los hijos del puntero de la Fundación.
“Al principio (el apoderado Sergio) Schoklender y la Fundación no podían entrar en el barrio porque Pocho manda en la villa desde fines de los 90, y no quería saber nada con ellos. Hasta que trajeron plata y prometieron que iban a cambiar el barrio y le iban a dar trabajo a la gente. El barrio cambió pero Pocho cada vez tiene más poder”, cuenta Marcela a PERFIL.
“Pocho es como el puntero de la serie de televisión pero con mucho más poder. Si hacés algo que no le gusta, te amenaza y trae gente armada a tu casa. A mí me tirotearon la casa el 7 de abril. Tiene gente para apretar, un grupo de mujeres que salen como testigos truchos, tiene la mejor casa del barrio, se compró muchas propiedades y tiene un C3 guardado en el obrador de Piletones, una camioneta Ford Ranger, una Eco Sport, tres taxis y varios autos más”, agrega la denunciante.
—Brizuela figura como empleado municipal del Gobierno de la Ciudad. ¿De dónde saca el dinero para tener tantos autos y propiedades?
—No lo sabemos. Supuestamente de su sueldo en la Fundación.
El defensor de su marido presentó un escrito ante la Justicia haciendo responsables a Brizuela y su entorno de cualquier amenaza o hecho de violencia que sufran Marcela y su familia.
Marcela también reveló que “en el barrio no podés construir si no te autoriza el Pocho. Si lo hacés, vienen y te lo tiran abajo. Ahora que Schoklender no aparece, la gente le reclama al Pocho por la falta de pago. El jueves sacó a todos los vecinos que fueron a tomar las casas de las Madres en Castañares. No quería que tomaran los departamentos de la Fundación”.
No es todo. La vecina de Ciudad Oculta, que teme por la seguridad de sus hijos y reclama la excarcelación de su esposo, asegura: “El día que tomaron el Parque Indoamericano, el Pocho nos dijo que agarremos a las familias y vayamos a ocupar, pero que lo de las Madres no se podía tocar. Ellos delimitaban qué podíamos tomar y qué no. Por eso, los primeros disparos salieron del obrador de las Madres. No querían que la gente se metiera. Como Pocho no podía aparecer, lo puso al Pitufo –por Alejandro “Pitu” Salvatierra– para figurar”.
Tiros. El esposo de Marcela, Raúl Contreras, era chofer de la Fundación de las Madres desde 2009 y trabajaba bajo la órbita del Pocho. Es un ex convicto, como la mayoría de los empleados de seguridad de la Fundación. Su esposa había trabajado en el área de compras de la misma organización. Un enfrentamiento con el hijo del Pocho y el jefe de los choferes de la Fundación, de apellido Carrizo, quienes lo acusaron de amenazar a la concubina de Brizuela por haberle “descontado haberes” y de romper una computadora en el Hospital El Elefante Blanco, lo convirtieron en blanco de una emboscada en un pasillo del barrio a plena luz del día, el 7 de abril pasado.
Juan José Rearte, vecino y trabajador en el obrador número 2 de las Madres, resultó herido durante el tiroteo. Según su denuncia ante la Comisaría 48ª, a la que accedió PERFIL, Rearte estaba cerca de Contreras cuando vio cómo el hijo del Pocho, David Brizuela, le disparaba en el pecho. Cuando el tiroteo terminó, Rearte, que sólo pasaba por ahí y fue despedido de la Fundación luego de la denuncia, fue el único herido.
David Brizuela tiene 25 años y trabaja para la Fundación de las Madres desde 2008. Según Marcela, integra el equipo de “seguridad” que dirige su padre en Ciudad Oculta. Estuvo un mes detenido por herir a Rearte pero luego fue liberado, mientras que Contreras sigue preso en Ezeiza y podría ser condenado por herir a Rearte. “Las pericias confirmaron el testimonio de Rearte, pero la Justicia no escucha”, dice Marcela.
En la causa, la concubina de Brizuela admitió que el Pocho “se ocupa de las tareas de seguridad de la Fundación.

http://www.perfil.com/ediciones/2011/7/edicion_591/contenidos/noticia_0033.html

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