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02quita-de-subsidiosECONOMIA DE GUERRA: LA SUBA DE TARIFAS CAMBIARÁ HÁBITOS DE CONSUMO
Domingo 15 de enero de 2012 | Publicado en edición impresa
El recorte de subsidios a los servicios públicos que encaró el Gobierno aumentará las facturas y obligará a los usuarios a repensar el uso que hace
La interrupción de la energía eléctrica que se produjo la última semana en medio de temperaturas sofocantes no es el único corte al que deberán acostumbrarse los argentinos. Luego de ocho años de tarifas casi testimoniales de los servicios públicos, ahora tendrán que prepararse para cortar los hábitos de derroche energético moldeados al abrigo de un carnaval de subsidios que llega a su fin. Electricidad, gas, transporte y combustible serán de ahora en más terrenos en los que los usuarios se verán obligados a desplegar una "economía de guerra", para evitar que los incrementos en las facturas corroan sus bolsillos.
Carla Fernández nunca había pensado en ello, pero de pronto se encontró con un interminable correo electrónico de su madre, Inés, que le especificaba forma, tamaño, potencia y precio de cada una de las bombitas eléctricas que debía comprar para reemplazar las que iluminaban su departamento. Una semana antes, la mamá se había convertido en experta al recambiar todas las lamparitas de su casa por otras de bajo consumo. "Es que ahora, con los aumentos, ya no va a dar lo mismo", dice Carla. No son las únicas que harán cambios.
Heladeras que se dejan enchufadas aun en vacaciones, aires acondicionados a su máxima potencia, piletas climatizadas, luces encendidas por seguridad aunque el propietario no esté en su casa, equipos electrónicos conectados en modo stand by , taxis nafteros y edificios de oficina con varios pisos iluminados durante la noche, son algunas de las costumbres que empezarán a dejarse de lado. "No te olvides la luz prendida" o "No abras tanto la heladera", son frases casi olvidadas que volverán a oírse en los hogares argentinos. Es que el impacto de la quita de subsidios no será menor. Santiago Urbiztondo, especialista en servicios públicos de la Fundación de Investigaciones Económicas Latinoamericanas (FIEL), estima que la magnitud de la economía de guerra va a ser muy significativa. "Hay que tener en cuenta -dice- que aproximadamente dos tercios de los ingresos de las empresas prestadoras provienen de los subsidios, por lo que, si se los elimina, las tarifas pueden triplicarse o hasta sextuplicarse, según el caso."
Según el cronograma oficial, a partir de los primeros días de este mes a 275.000 usuarios de la Capital Federal y algunas zonas del Gran Buenos Aires se les retiraron los subsidios en las boletas de luz, gas y agua. Los barrios afectados son Puerto Madero, Palermo Chico y partes de Belgrano R, Retiro y Recoleta, en la Capital Federal; La Horqueta y Barrancas, en San Isidro, y Punta Chica, en Victoria. Además, se empezará a consultar a vecinos de otras zonas si consideran que deben seguir recibiendo el subsidio. Si no contestan, se les quitarán en 30 días.
Todo intento de crear conciencia energética en el país naufragó en medio de un oleaje de tarifas que desincentivan el ahorro. El informe de precios de la energía, que elabora el Estudio Montamat y Asociados, dirigido por el ex secretario de Energía Daniel Montamat, muestra que la electricidad y el gas cuestan en la Argentina 33% y 21%, respectivamente, de su valor de referencia regional e internacional.
No extraña así el dato que aporta la Fundación para el Desarrollo Eléctrico (Fundelec): en los últimos cinco años se produjeron varios récords históricos de consumo de energía, que culminaron con el del martes pasado, cuando los usuarios de Edesur demandaron 3570 MW de potencia y los de Edenor, 3890 MW. No sólo eso: lo que más ha crecido en el país es el consumo residencial. "Hoy representa 45% de la demanda, mientras que hace 15 años era el 30 por ciento", precisa Oscar Dores, director de Fundelec.
Los analistas consultados coinciden en que esa demanda desmesurada debería bajar ahora, con tarifas sinceradas. De ser así, no parece mala idea la de aquellos que empezaron con el cambio de bombitas, ya que la iluminación artificial representa el 40% del consumo promedio de los hogares argentinos que se ubica en los 500
600 kilovatios/hora por bimestre. Las lámparas de bajo consumo permiten ahorrar un 80% de energía comparadas con las incandescentes.
Desde Philips, empresa que enfocó su negocio en este tipo de tecnología, comentan que mientras que en 2010 las lámparas de bajo consumo eran 45 millones, en 2011 llegaron a 70 millones. Pablo Brener, gerente de Producto de Philips Lighting, acota que otra tecnología que ganará terreno es la LED, que en 2011 ocupaba 1% del mercado y que se estima que captará 5% este año.
La heladera es el otro gran "vampiro" energético hogareño, ya que representa 30% del consumo total de la casa. Algo que puede comenzar a ocurrir con mayor intensidad es que la gente empiece a comprar las de etiqueta "A", que son más caras, pero consumen menos. No sólo eso. "Hasta ahora, pocos se preocupaban por desenchufarlas durante las vacaciones, pero van a comenzar a hacerlo", opina Dores.
El puntito de luz colorada que indica que los equipos están en modo stand by quizá también empiece a languidecer. Según Fundelec, se puede ahorrar 5% del consumo hogareño de electricidad con sólo eliminar esta función durante un mes. "A primera vista no parece mucho, pero todo suma", señala Domingo Speranza, de la inmobiliaria Binswanger Giménez Zapiola, que efectuó el experimento. "Más si la factura ahora se triplica", acota el especialista en edificios verdes.
Si hay un artefacto que se convirtió en protagonista de esta época, ése es el aire acondicionado. Si bien "chupa" menos electricidad que la heladera o la iluminación, debido a que, a diferencia de éstas, no se usa todo el año, el boom del último lustro, en el que se vendieron cinco millones de equipos, según el Instituto de Estadística (Indec) y la Cámara de Calefacción y Aire Acondicionado (Cacaav), lo transforma en el gran cuco en tiempos de energía cara.
"Usar el aire muy frío en verano y caliente en invierno es algo que se verá cada vez menos", comenta Dores, de Fundelec. Un solo dato será disuasivo para los despilfarradores. "Por cada punto de temperatura el aire consume 7% más de electricidad", señala el especialista. No es un dato menor: según la Secretaría de Energía, un aire encendido cinco horas por día consume 390 kilovatios/hora.
Matías Palopoli no tiene problemas con el aire. Al menos no en su taxi, donde el frío se siente con apenas abrir la puerta. Pero él también se amolda a la economía de guerra que impone un país en el que el precio de los combustibles líquidos se va por las nubes: es uno de los 140.000 argentinos que en 2011 convirtieron su auto para poder usar gas natural comprimido (GNC) en lugar de nafta o gasoil.
Luego de su auge de los primeros años posdevaluación, en los que el alto precio de los combustibles líquidos hizo que llegaran a convertirse 25.000 vehículos por mes, el GNC entró en un letargo del que ahora comienza a despertar. El presidente de la Cámara de GNC, Fausto Maranca, explica que entre 2005 y 2009 su uso cayó porque el mayor control sobre naftas y gasoil planchó sus precios e hizo que la gente se relajara. "Ahora vuelve a convenir - comenta Maranca-. El que cambia a GNC ahorra hoy y se cubre para el futuro, porque hay expectativas de que los combustibles líquidos sigan aumentando."
El GNC no sólo es más barato ($ 1,63 por metro cúbico, contra $ 5,29 del litro de nafta súper, la más vendida en la Capital Federal, y 4,07 del de gasoil), sino que además tiene más rendimiento calórico (1 metro cúbico de gas equivale a 1,13 de nafta). "Si antes gastaba $ 1000 en combustible, ahora gasto $ 300", ejemplifica Palopoli. Y apunta otro cambio de hábito forzado en sus colegas: "Si quiere viajar fresco, no suba a un gasolero o naftero, porque con los precios de ahora, apagan el aire para gastar menos." Basta mirar las ventanillas bajas de ciertos taxis para comprobar que no miente.
Otro frente de batalla para los viajeros es el que abrió el aumento de 127% que empezó a regir esta semana en el boleto de subte (pasó de $ 1,10 a $ 2,50), luego de que el servicio se traspasó al gobierno de la ciudad de Buenos Aires y se le quitó el subsidio. Urbiztondo opina que es posible que la gente camine más o recurra a la bicicleta. "Aun así, no creo que el cambio sea significativo, porque el transporte no es tan elástico al precio, como lo es, por caso, la carne", acota. Por lo pronto, estima, lo que harán será viajar más en colectivos, hasta que también ahí se quiten los subsidios.
Lejos de la problemática del transporte, un empresario local está preocupado por otro efecto de la quita de subsidios. Es que el hombre es todo un referente en la industria de la calefacción de piscinas y ya intuye que el aumento del gas que se avecina le espantará clientes. "Había un mercado cada vez más creciente, impulsado en gran parte por el precio del gas subsidiado -cuenta-. El 95% de las piletas calefaccionadas en la Argentina tiene equipo de gas, pero ahora eso se va a encarecer y no sé cuántos lo seguirán haciendo." El industrial, que pidió no ser nombrado, es importador de equipos y, según dice, no quiere problemas con el Gobierno a la hora de ingresarlos.
Por lo pronto, confía el empresario, ya son varios los clientes que averiguaron el precio de equipos que funcionan con paneles solares. Claro que cuestan el doble, US$ 3000, y además, ya se sabe, el sol no calienta igual que el gas subsidiado.
SUBTE MAS CARO
127
es el porcentaje que aumentó el boleto de subte en la Capital Federal, luego de que el Estado nacional le traspasara el servicio al gobierno de la ciudad de Buenos Aires y le quitara el subsidio a la empresa prestadora..

http://www.lanacion.com.ar/1440518-economia-de-guerra-la-suba-de-tarifas-cambiara-habitos-de-consumo

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