5 MILLONES PARA EMPLEADOS QUE NO TRABAJAN
Lunes 28 de mayo de 2012 La Voz
Son 326 agentes que cobran entre el 50% y el 70% del sueldo y no trabajan. Están a la espera de jubilarse. Se sumarán otros 300.
Doble erogación. La Municipalidad está pagando dos veces en los puestos jerárquicos por pasividades.
  En abril pasado, la Municipalidad de Córdoba afrontó un costo salarial corriente de 143,5 millones de pesos (114,9 millones por salario bruto, más 28,6 millones de contribuciones patronales) para cumplir sus obligaciones con 10.052 agentes (ver Una puerta de ingreso giratoria y descontrolada).

Ese paquete incluyó también la situación de 326 empleados acogidos al beneficio de la pasividad anticipada, que de esa manera perciben una parte del salario (entre el 50 y el 70 por ciento) de quienes están en actividad, sólo que ellos no concurren a trabajar. Por ese renglón, el municipio gasta cinco millones de pesos al mes, una cifra equivalente a lo que le gira a Apross para asegurar la cobertura social de sus empleados.
Los beneficiarios provienen en una alta proporción de las área de Salud (79 casos) y Desarrollo Urbano (50 casos) y accedieron a esa situación gracias a la vigencia, desde 2000, de la Ley Provincial de Modernización del Estado, a la cual el municipio adhirió en la gestión de Germán Kammerath.
En diciembre, el intendente Ramón Mestre revirtió esa adhesión y dio un corte al esquema de pasividad, bajo la interpretación de que por esa vía el municipio se desprendía de sus empleados más calificados y al final terminaba pagando doble por un mismo cargo: el porcentual correspondiente a quien se pasivizaba y también el 100 por ciento a quien lo reemplazaba.
Esa duplicación se da porque los pasivizados retienen el cargo hasta el momento de su jubilación, lo que produce un doble efecto. Por un lado, no se genera la vacante, para poder cubrirla; y además se altera toda la cadena de mandos porque una alta proporción de quienes se fueron eran jefes de departamento.
El perfil de los pasivizados también puede corroborarse por su antigüedad. De los 326 que se fueron, al 75 por ciento les faltaban entre cinco y seis años para jubilarse. En esos casos, perciben entre 68 y 70 por ciento del salario en actividad.
Desde el Ejecutivo señalan que la ecuación no era conveniente desde ningún punto de vista. “Se nos iban los mejores hombres y lo mismo teníamos que seguir pagándoles, además de buscarles reemplazantes. Cortamos ese sistema para racionalizar un poco la política de recursos humanos, pero es un proceso que va a llevar años”, indicó el secretario General, Sergio Torres.
Al margen de que ya no está permitido iniciar nuevos trámites de pasivización, la sangría de los recursos humanos más experimentados todavía no terminó. En lo que va del año se acogieron a ese beneficio 51 empleados, hasta redondear la cifra de 326 antes mencionada.
Sin embargo, todavía están en trámite y pendientes de resolución otros 300 casos, que, se calcula, quedarán completados a lo largo de este año. De ese modo, la cifra final de pasivizados trepará a 626 trabajadores.