ESPERANDO EL MILAGRO
YPF y Chevron firmaron un acuerdo millonario por la explotación de Vaca Muerta. Mientras tanto Añelo, el pueblo más cercano, espera los dólares que, se esperanza, lo sacarán de la pobreza.
Por Romina Zanellato
La presidenta Cristina Fernández anunció un acuerdo entre Yacimientos Petrolíferos Fiscales (YPF) y la empresa estadounidense Chevron para explotar el área de Vaca Muerta, el yacimiento de gas y petróleo no convencional más importante del país. El convenio establece una inversión de más de mil millones de dólares por parte de Chevron, que la provincia de Neuquén le extienda la concesión por 35 años más y la posibilidad de exportar un porcentaje sin retenciones ni límites.
Vaca Muerta es una formación rocosa de 30 mil kilómetros cuadrados en el desierto neuquino; entre esas piedras está la mayor reserva de shale gas y petróleo de la Argentina y una de las más importantes del mundo. El yacimiento fue descubierto en 2010 y su potencial, en 2011. YPF estima que, si se pone en producción el 15 por ciento de Vaca Muerta, ya pueden cubrir el déficit energético del país. Todo eso sin contar lo que producirán las otras empresas que tienen concesión en el área, porque la empresa nacional tiene solo 12 mil kilómetros cuadrados de concesión, ahora cedidos a Chevron.
El pueblo más cercano a este polo hidrocarburífero se llama Añelo y tiene casi 5.000 habitantes. Está a 100 kilómetros de Neuquén capital y en 2010 tenía casi la mitad de población. Sin estar preparado para el flujo de obreros y trabajadores golondrina que se acercan, el pueblo es una postal de contrastes.
Por sus calles de tierra circulan decenas de camionetas 4x4 y los alquileres se dispararon a precios inaccesibles: una casa de dos habitaciones puede llegar a costar 8.000 pesos por mes. No hay hospitales, sólo una salita de primeros auxilios, la única calle asfaltada no mide más de 200 metros, la municipalidad está ubicada en una casa tipo plan de vivienda frente a la plaza y hay una sola estación de servicio.
El combustible es el centro del pueblo. Todo gira alrededor del único lugar donde se puede cargar nafta; ahí es donde paran los petroleros. El comercio más grande está frente a la estación de servicio, un comedor donde almuerzan y meriendan los obreros que vuelven de los pozos petroleros y se dirigen a Neuquén capital.
El país mira de cerca lo que pasa con Vaca Muerta. La Presidenta y su gabinete hablan por televisión sobre el asunto, la comunidad mapuche tomó varios yacimientos para reclamar en contra del acuerdo, se habla del fracking -sistema que se emplea para extraer el recurso- y sus consecuencias en el medio ambiente, se discute con la palabra saqueo. Añelo ve desde primera fila cómo llega gente de todos los sectores y debate sobre el futuro que impactará primero en su comunidad.
El pueblo crece y la razón es una: la esperanza de un boom. Mientras las noticias se suceden, los vecinos se preparan y agrandan los locales, se construyen hoteles, se rumorean nuevas inversiones y la gente no para de llegar. Los números son elocuentes. En 2010, cuando se hizo el Censo, dos meses antes del anuncio del descubrimiento de Vaca Muerta, en Añelo vivían casi 2.500 habitantes. Tres años después, el municipio estima que se duplicó la población y prevé que llegue a los 10 mil en tres años más. La mayoría, según dicen, son hombres solos de pueblos cercanos que llegan a pedir trabajo, algunos hasta acampan frente a las empresas petroleras para ganar por cansancio. Una vez instalados, traen a su familia.
Los puestos, sin embargo, se definen en Buenos Aires. Además, YPF no tiene su base en la localidad, porque usa el yacimiento Loma La Lata -a pocos kilómetros- como centro para alojar todos los servicios de sus empleados, así que sólo pasan por la ruta o se detienen en la estación de servicio. La apuesta de los comerciantes y los trabajadores son las empresas contratistas que les brindan servicios a YPF y las otras petroleras que operan en la formación Vaca Muerta, como Pluspetrol, Apache, ExxonMobile y Total, entre otras.
Hasta el acuerdo firmado con Chevron, YPF perforó 60 pozos de petróleo y unos 15 de gas del gran mesías hidrocarburífero que parece Vaca Muerta. Según un relevamiento de junio pasado del Departamento Energético de los Estados Unidos (AIE, sus siglas en inglés), la Argentina está segunda en el podio mundial de recursos de gas y cuarta en el de petróleo no convencional (shale oil y gas), en gran medida por el valor de Vaca Muerta. YPF estima que hay recursos de gas por 100 trillones de pies cúbicos y 40 mil millones de barriles de petróleo; esto significa que la Argentina decuplicará sus reservas.
El escepticismo del pueblo está basado en la historia. A 147 kilómetros al norte de Añelo está Rincón de los Sauces, otra ciudad que se formó alrededor de un descubrimiento de petróleo. A fines de los 90, el pueblo explotó, se multiplicaron las 4x4, llegó gente de todos lados, se abrieron casinos y prostíbulos. Entre 2001 y 2010 la población aumentó casi 75 por ciento. Pero un día se acabó el petróleo y el pueblo se vació.
Por ahora, lo que ocurre en Añelo es la preparación a la espera del desembarco de las multinacionales. Al cruzar la ruta provincial 7, arriba de la meseta de color arcilloso, está el desierto donde se armará el parque industrial de la ciudad. Son 90 hectáreas ya adjudicadas, y pronto se ampliará a 50 más. Ya está todo vendido pero no hay ni una sola empresa instalándose.
Hoy el movimiento está en la construcción. La lista de desocupados se engrosó los primeros meses del año con la llegada de la gente nueva al pueblo, y el empleo surgió tímidamente en la obra privada: desde la ampliación de casas para alquilar hasta una tubería de 100 kilómetros para una de las empresas.
"Está todo inflado eso de Vaca Muerta", dice uno de los delegados de la UOCRA, Mario Parra. Lo mismo repiten varias personas del gobierno municipal y pequeños empresarios que desconfían, pero esperan. Nadie sabe explicar bien cuáles serán las bondades económicas que traería al pueblo tener al lado el yacimiento de hidrocarburos no convencional más importante de América Latina.
Toda esa especulación es la que utilizará el municipio para reclamarle a YPF financiamiento en las obras que necesita. El intendente Darío Díaz habla de exigir un plan de inversiones urbanas a veinte años, además de algunas obras de infraestructura. Pretende que la empresa tenga una presencia similar a la que tuvo en Cutral Co. "Nos hace falta infraestructura para poder recibir a todo este movimiento", explicó.
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