CONTENIDOS ARCHIVADOS

Pin It
agrotoxicosPublicado: 25 nov 2016 16:16 GMT
A comienzos de noviembre se realizó el Primer Encuentro de Pueblos Fumigados de Entre Ríos. Ciudadanos de todo el país se reunieron a poner en común y cuestionar las consecuencias del agronegocio.
Imagen IlustrativaImagen IlustrativaCheryl RaveloReuters
Históricamente la Argentina se ha caracterizado por su gran producción ganadera y agrícola. Las vastas llanuras que se extienden por gran parte de su territorio constituyen una de las zonas más fértiles del mundo. Sin embargo, con el correr de los años, las demandas del mercado mundial y las innovaciones tecnológicas en el sector agropecuario han ido transformando este modelo de producción.

Una de sus principales innovaciones fue el desarrollo de semillas resistentes a distintos herbicidas, también llamados agrotóxicos. De esta forma se facilitó el combate de las malas hierbas mediante la fumigación masiva con aviones. Pero esto trajo como consecuencia el envenenamiento y contaminación de los pueblos y ciudades cercanas. La fumigación mediante los aviones conocidos como 'mosquitos' derivó en que los químicos caigan no solo sobre el campo, sino también sobre casas, escuelas y la población en general.

En Santa Fe el agronegocio plantea una dialéctica de la vida y la muerte
Mariano D’Arrigo, periodista del diario argentino 'La Capital' de la ciudad de Rosario, lo define de forma contundente: "En Santa Fe el agronegocio plantea una dialéctica de la vida y la muerte". Tamara Perelmuter, licenciada en Ciencias Políticas y profesora de Sociología Rural en la Universidad de Buenos Aires coincide: "Los agrotóxicos son constitutivos del modelo de agronegocio que, en Argentina, tienen a la soja como su principal exponente. El paquete tecnológico incluye la soja transgénica RR que es resistente al glifosato. Por lo tanto sirve y tiene el nivel de rentabilidad porque se usa de manera conjunta con este agrotóxico que mata todo lo que está alrededor".

Puerto de Rosario, ArgentinaPuerto de Rosario, ArgentinaMarcos Brindicci
Breve historia del agronegocio en Argentina

"Desde el momento en el cual se comenzó con la siembra de soja transgénica en Argentina -en 1996- creció de forma exponencial, llegando hoy a ocupar el 60% del territorio cultivable", explicó Perelmuter en diálogo con RT. "La disparada de los precios de las materias primas y de la soja en particular revitalizaron desde 2002-2003 a ciudades y pueblos muy dependientes de la dinámica del agro", historizó a su vez D’Arrigo, también entrevistado por este medio.

De acuerdo al periodista especializado, durante la década de 1990 se "sufrió" un "atraso cambiario y la tecnificación vertiginosa que imponía el nuevo modelo productivo", lo que provocó "la desaparición masiva de productores agropecuarios".

Sin embargo, "con el cambio de siglo la situación se modificó: la soja trepó de 200 dólares la tonelada en 2003 a 622 dólares en septiembre de 2012 y hoy se encuentra en 358 dólares", apuntó el entrevistado. Este avance de la sojización "generó una suba del empleo de contratistas, profesionales, también fogoneó la actividad de industrias vinculadas al agro. Todo esta situación, además, apalancó el consumo en estas ciudades y localidades".

D’Arrigo asegura que "en los primeros 15 años de soja transgénica se generaron beneficios brutos por 65.435,81 millones de dólares".

Imagen IlustrativaImagen IlustrativaEnrique MarcarianReuters
La contaminación y los agrotóxicos

Consultada puntualmente por el uso de los herbicidas y sus efectos, Perelmuter comenzó señalando que "en el 2000 se calculaba que se utilizaban 145.000 millones de litros de agrotóxicos por año, en el 2006 eran 275.000 millones y en 2013 se llegó a 320.000 millones de litros para 22 millones de hectáreas afectadas". De acuerdo a la experta "esto tuvo consecuencias que no fueron visibles desde un comienzo". Durante los años 90 "el crecimiento de la soja se dio prácticamente sin conflictividad". Pero cuando se empezaron a ver los efectos ambientales "empezó a aparecer como un problema y a generar resistencias".

Para D’Arrigo "este abuso de los químicos provoca grandes daños sobre la población". Al respecto recordó los estudios del científico Andrés Carrasco que "demuestran el carácter nocivo del glifosato". Carrasco era "un médico embriólogo que hizo un estudio sobre la contaminación del glifosato".

Este abuso de los químicos provoca grandes daños sobre la población
"Andrés siempre decía que él, en realidad, solo le puso palabras científicas a lo que las comunidades venían denunciando hace mucho tiempo", apuntó la profesora universitaria. De todas maneras el hecho de que apareciera alguien "del riñón del saber científico, y sobre todo él, que era muy prestigioso, hizo tambalear al sistema", dijo.

Posteriormente a Carrasco, que falleció hace algunos años, aparecieron continuadores de su trabajo. El médico y docente Damián Verzeñassi junto a su equipo "ha realizado en los últimos seis años más de 20 campamentos sanitarios en distintas localidades de la provincia", comentó D’Arrigo. Allí han detectado "una mayor presencia -respecto al promedio- de enfermedades endocrinológicas como hipotiroidismo, malformaciones y cáncer". El caso más paradigmático es el de San Salvador, conocida como "la capital del cáncer". Allí más de la mitad de la población padece algún tipo de esta enfermedad, como consecuencia de las fumigaciones. Esto se repite a lo largo y ancho del país.

La resistencia de los pueblos fumigados

Ante la avanzada del agronegocio y las evidencias científicas que demostraban sus efectos negativos, las poblaciones afectadas comenzaron a organizarse. "Empiezan a aparecer sujetos que se enfrentan al agronegocio que antes no existían", comentó Perelmuter. Y es que "la disputa histórica" con el modelo agrario estaba centrada en los movimientos indígenas y campesinos.

Pero en los últimos años, "asociados a los problemas vinculados a la salud, se empiezan a sumar otros sujetos sociales y empiezan a aparecer estas ideas de los pueblos fumigados, las escuelas fumigadas, los médicos de pueblos fumigados".

Los habitantes de la zona sur de Rosario denuncian una concentración de un polvillo que produce alergias, contamina el agua y afecta a las plantas
"En Córdoba, Entre Ríos, Buenos Aires y Santa Fe surgen organizaciones contra las fumigaciones que llevan a cabo distintos encuentros para charlar sobre sus problemáticas y cómo enfrentarlas", sostuvo la investigadora. El más reciente fue el Primer Encuentro de Pueblos Fumigados de Entre Ríos, que se llevó a cabo en Basavilbaso entre los días 5 y 6 de noviembre de este año. "Entre Ríos es junto con Santa Fe y Buenos Aires el corazón del modelo de agronegocio, por lo cual tiene consecuencias bastante complicadas en relación a la contaminación", detalló Perelmuter.

D’Arrigo amplió la mirada: "En general en los grandes centros urbanos la población no toma dimensión de la gravedad de la situación". A lo sumo "se tranquiliza pensando que los impactos negativos ocurren lejos, en el campo". No obstante, en la provincia de Santa Fe, la zona que va desde Villa Constitución hasta Timbúes, es en términos de concentración geográfica "el mayor polo sojero del mundo".

El periodista subrayó que "allí grandes multinacionales almacenan la soja, la procesan, producen aceite, harina, y la envían desde los puertos a su destino". Y los efectos perjudiciales de los agroquímicos llegan a la ciudad. Por caso, los habitantes de la zona sur de Rosario, lindante al puerto, denuncian "una concentración de un polvillo que produce alergias, contamina el agua y afecta a las plantas, ropa y ventanas de los vecinos. Por eso organizaciones ecologistas denuncian que también Rosario es un pueblo fumigado", completó el periodista.

Santiago Mayor
https://actualidad.rt.com/sociedad/224476-agrotoxicos-cancer-modelo-productivo-argentino
------------------------------------------------------------
Adjuntos
http://notas.org.ar/2016/08/25/rosario-pueblo-fumigado/

ROSARIO TAMBIÉN ES UN PUEBLO FUMIGADO
agosto 25
10:54
2016
Imprimir
Compartí con tus amigos
 0 comentarios
La desobediencia de las medidas de seguridad ambiental al momento de cargar los buques con los cereales producidos en Santa Fe provoca la aparición del famoso “polvillo” infestado con agrotóxicos provenientes de los granos. Las autoridades estatales se desentienden de los hechos, argumentando la falta de jurisdicción en el asunto.

El origen del veneno

Una nube de contaminación recorre los barrios de Rosario. La problemática viene desde hace años y afecta con más fuerza a los vecinos que habitan los márgenes de la ciudad, junto al Río Paraná, donde se hallan los puertos desde los cuales se exporta la producción agraria de gran parte de Argentina.

Las personas que viven en cercanías de silos que almacenan granos poseen problemas respiratorios y, eventualmente, alergia, que se agudiza durante la cosecha y en los momentos de carga, debido a la emisión de polvo de soja, trigo y maíz. En las zonas donde la concentración del polvillo es muy intensa incluso se genera una capa de grasa que impregna plantas, ropa y ventanas de los vecinos.

A la contaminación por vía aérea se le suman las carencias estructurales que sufren las barriadas más populares, en particular sobre el tratamiento del agua, esto deriva en la su intoxicación a raíz de la emisión del “polvillo”, el cual contiene el glifosato utilizado para la plantación de los cereales.

En la ciudad hay 180 silos de almacén de cereales, de manera diaria se movilizan 700 camiones entre los almacenes y las terminales. Según las propias empresas la cantidad de granos transportados diariamente asciende a 800 mil toneladas.

Problemas de salud

José “Pepe” Sanzeri, vecino de barrio Grandoli, (zona sur) vivió toda su vida en ese lugar, y desde hace 10 años sufre alergia, tras realizarse los estudios encomendados por su médico llegaron a la conclusión de que no podían asegurar de dónde provenía su malestar.

Pepe vive a 800 metros del puerto y los silos. Cada vez que llega el momento del despacho y la cosecha, su alergia se agrava, generándole problemas respiratorios e irritaciones en toda la piel. Dentro de su casa caen las cascarillas de la soja arrastradas por el viento a medida que avanza el polvillo.

Victoria es también vecina de Grandoli, vive desde hace 26 años allí y habita la tercera torre, a 200 metros del complejo portuario. Su ventana da directo al basural que rodea la zona. Ella también sufre de alergia, y los síntomas aparecen dependiendo de las condiciones ambientales.

El médico no marca ningún tipo de causa para sus problemas. Tampoco para su hijo recién nacido, que sufre de una malformación en su oreja, que se encuentra plegada, dejando tan sólo un pequeño espacio para su oído.

Si bien quienes están más cerca de la zona son los más afectados, el polvillo se propaga por toda la ciudad, no descartando la posibilidad de que quienes habitan en lugares céntricos puedan ver su salud afectada.

Este hecho anula la posibilidad de “solucionar” el asunto a través de una normativa que establezca un límite espacial para el despacho del grano y las zonas residenciales, como se ha intentado en los lugares rurales. Esa medida no evita que los agrotóxicos alcancen igualmente a los que están a sus alrededores.

Los portuarios relatan que el polvillo que circula por las terminales es un material inflamable que, al mezclarse con el aire y al tener un chispazo con el motor, puede prenderse fuego. Si hubiera gran acumulación en el aire y recibe una chispa podría reventar el silo (como ocurrió en Villa Constitución).

Para los trabajadores del puerto, los problemas de salud se recrudecen, ya que se encuentran en medio de la mayor concentración del polvillo. Los problemas respiratorios se agravan llegando a estados hemorrágicos donde la tos se mezcla con sangre.

¿Quiénes son responsables?

Es obligatorio que las terminales portuarias tengan y utilicen, en el momento del embarque, hidrantes que arrojan agua sobre la zona de carga para mitigar el polvillo resultante de la operación, así como también la utilización de “mangas” para conducir del grano de camiones o silos a buques.

Incumplir esta práctica viola normas ambientales como la resolución 201/2004 sancionada en Santa Fe el 21 de diciembre de 2004 que en su artículo segundo aclara: “Se entiende por contaminación del aire a los efectos de esta Resolución, la presencia en él de cualquier agente químico, físico o biológico, o de la combinación de los mismos, generados por la actividad humana, en concentración y tiempos tales, y la frecuencia de ocurrencia, que puedan ser nocivos para la salud humana o perjudiciales para la vida animal o vegetal, o que impidan el uso y goce de las propiedades o lugares de recreación”.

Si bien la Prefectura Naval Argentina incluye en su función de Policía de Protección Ambiental la prevención y lucha contra la contaminación de las aguas por hidrocarburos y otras sustancias nocivas y peligrosas provenientes de buques, se desentiende de esto y afirma que los municipios son los responsables.

Por su parte las autoridades provinciales ante el hecho consumado deberían accionar si se tiene en cuenta  que el artículo 14 de la Resolución Nº 177/03 sobre almacenamiento, distribución, acondicionamiento y conservación de granos explica que “cuando se detecten episodios de contaminación atmosférica en el área de un establecimiento, en razón de las emisiones que genere su funcionamiento, superándose los Niveles Guía de calidad de aire establecidos en el Anexo I, la Secretaría de Estado de Medio Ambiente y Desarrollo Sustentable evaluará el establecimiento, su ampliación y/o modificación de actividades, requiriendo las correcciones necesarias para adecuarlo a la presente Resolución”.

Leandro Yanson, desde Rosario.

REDACTORES

anna.jpgbgeorges.jpgbgiorgio.jpgbjuan.jpgblorenzo1.jpg
Copyright (c) 2009. Antimafia Dos Mil Argentina