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03diegolucianiEs uno de los encargados de llevar adelante las acusaciones ante los Tribunales Orales Federales y destaca la herramienta del juicio abreviado para imponer las penas
14 de abril de 2018  

Con más de 300 condenas por narcotráfico en los últimos cuatros años, Diego Luciani está a cargo de la fiscalía N° 1 ante los Tribunales Orales Federales, posición que lo coloca al frente de muchas de las acusaciones más importantes contras las redes del delito transnacional.

Su experiencia de enfrentar grandes casos con un reducido grupo de colaboradores lo lleva a definir la necesidad de reforzar la posición del Estado frente a megacausas de tráfico de drogas: "Las fiscalías de juicio hoy tienen muy poco personal y muchos casos que se deben resolver rápidamente porque existe un alto riesgo de prescripción". Desde septiembre de 2013, cuando asumió como fiscal de juicio ante los Tribunales Orales Federales, logró 430 condenas, de las cuales el 74% son por narcotráfico, con delitos que van desde el narcomenudeo hasta expedientes en los que se apunta a importantes organizaciones criminales.

Para el fiscal, que además tomó reconocimiento público por la investigación del contrabando de efedrina, todo se trata de trabajo. En su oficina no hay objetos personales o recuerdos de viajes, ni marcos con fotos de su familia, solo cajas abarrotadas de expedientes de casos, pasados y presentes. En ese ambiente afirmó: "Lo que más inquieta a la población es el avance del crimen organizado, estamos hablando de casos de narcotráfico, trata de personas, secuestros extorsivos y corrupción".

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Sabemos que el narcotráfico penetró en lugares vulnerables, donde la solución es tener más presencia del Estado, desde un mejor acceso a la Justicia hasta más efectivos policiales

Diego Luciani

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En su fiscalía hay, más allá de los casos de narcotráfico, expedientes que van desde falsificaciones de documentos de identidad a malversación de fondos públicos. "El problema es la demanda de tiempo en las causas más pequeñas (porque están dentro de la esfera federal), que se solucionarían con una probation, mientras que las causas más graves y que tienen vinculación con la criminalidad organizada son las que más recursos demandan". Por eso, Luciani consideró, a base de su experiencia, que sería ideal contar con equipos de fiscales para, en forma conjunta, llevar adelante las acusaciones en los casos complejos, en los que muchas veces el representante del Ministerio Público queda metido en una solitaria y larga batalla judicial contra demasiados defensores.

-¿Qué se puede hacer para revertir esta situación?

Una de las soluciones es recurrir al juicio abreviado, una herramienta que establece el actual Código Procesal Penal y que permite arribar rápidamente a la solución del conflicto. Es lo que estamos haciendo en gran parte de nuestras causas, ya que sabemos que tiene beneficios para todos. El Estado se ahorra la producción de un juicio, el imputado admite la responsabilidad del hecho y eso tiene como posible recompensa una reducción de la pena (que en general es de entre un 20% y un 30% de la expectativa de la condena en un juicio). Lo importante es que en estos casos los imputados saben que va a haber una condena y la sociedad también puede visualizar rápidamente la pena.

-¿Cuántas condenas a organizaciones criminales logró en su fiscalía?

El mayor porcentaje de sentencias condenatorias es por hechos vinculados con el narcotráfico, que representa un 74% (50% del total de las causas es por comercio de drogas, tenencia con fines de comercialización y transporte de estupefacientes, el 17% representa a casos iniciados por tenencia simple de estupefacientes y el restante 7% implica a expediente en los que se trata otros delitos, pero vinculados con el comercio de drogas ilícitas). En tanto, dentro de ese porcentaje, se constató que un 30% se trataba de personas que formaban parte de organizaciones criminales que operaban en el país. Mientras que el restante 26% corresponde a condenas por otros delitos graves, como por ejemplo hechos de corrupción que vinculan a funcionarios públicos y particulares, trata de personas, reducción a servidumbre y extorsión, entre otros.

-¿Qué pueden hacer las fiscalías para dar pelea al crimen organizado?

Si nos quedamos solamente con la foto de una persona que fue detenida con 50 kilos de droga, solo se lleva a juicio esa causa. En cambio, la clave es ver que hay detrás de esa persona e investigar cómo llegamos a lo más alto de la cadena criminal. Tiene que haber no solo investigación policial, sino el direccionamiento por parte de los fiscales y los jueces para seguir avanzando en la cadena de la organización. En general, es lo más dificultoso, porque la actividad del crimen organizado va mutando en su modus operandi en diferentes lugares del país.

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Las fiscalías de juicio hoy tienen muy poco personal y muchos casos que se deben resolver rápidamente porque existe un alto riesgo de prescripción

Diego Luciani

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-Por su experiencia en juicios a diferentes clases de bandas vinculadas con el negocio de las drogas, ¿puede decirse que el narcotráfico penetró en todos lados?

Sabemos que el narcotráfico penetró en lugares vulnerables, donde la solución es tener más presencia del Estado, desde un mejor acceso a la Justicia hasta más efectivos policiales. Los narcotraficantes se ocultan entre las necesidades de las personas y con eso logran un espacio para que puedan emerger estas grandes organizaciones criminales.

-¿Las investigaciones sobre organizaciones criminales siempre terminan en juicios?

Del total de nuestras causas, un 30% van a juicio, y asimismo tenemos un alto porcentaje de condenas, con no más de cinco absoluciones en cuatro años. Cuando los casos más complejos llegan a juicio oral es común ver que son los grandes estudios jurídicos los que defienden a los imputados y, generalmente, con sus planteos que la misma norma procesal les permite se dilata y se hace aún más compleja la causa. El problema que tenemos en estos casos es que los planteos de los "megaestudios" son importantes ya que cuentan con diez o más personas trabajando en un solo caso, mientras que yo tengo solo dos personas ayudándome, lo que demuestra que nuestras desventajas son muy grandes. Además, en muchas de estas causas tenemos a varios imputados, o sea que también hay varios estudios trabajando para defenderlos en ese juicio; en cambio, como fiscal uno queda como la única persona representando los intereses de la sociedad. Las fiscalías de juicio hoy tienen muy poco personal y muchos casos que se deben resolver rápidamente porque existe un alto riesgo de prescripción.

-¿Alguna vez fue amenazado durante un juicio contra organizaciones criminales?

Jamás me amenazaron y tampoco tengo custodia policial, aunque no descarto que es algo que pueda necesitar en el futuro. Sin embargo creo que tiene que ver con cómo se trabajan los casos y con qué casos se tienen. Un ejemplo de esto son las causas de narcotráfico, porque una vez que los acusados saben que ya detuvimos al grupo con droga, dinero y armas, hay muy poco que pueden hacer y las amenazas no les sirven.

https://www.lanacion.com.ar/2125554-diego-luciani-el-fiscal-que-logro-mas-de-300-condenas-por-narcotrafico

 

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