Stolbizer se presenta como alternativa progresista al peronismo, pero muy débil
Después de meses de divisiones y guerras internas, la izquierda argentina alternativa al peronismo ya tiene oficialmente una candidata a la presidencia: Margarita Stolbizer, una veterana diputada de 60 años muy respetada en Argentina por su trayectoria íntegra y sus denuncias de la corrupción. La única mujer en una contienda presidencial dominada por los hombres —Cristina Fernández de Kirchner no puede presentarse porque la Constitución se lo impide— presentó su candidatura acompañada de algunos intelectuales respetados en su país, como Beatriz Sarlo, y los máximos representantes de la única provincia en la que la izquierda alternativa al peronismo, en este caso el socialismo, aún gobierna y tiene un peso importante: Santa Fe, la rica provincia del norte de Buenos Aires que con su fértil campo, su ganadería y el puerto de Rosario es una potencia económica. Con Stolbizer estaban Hermes Binner, exgobernador y referente del socialismo en esta provincia, y el gobernador actual, Antonio Bonfatti.
Stolbizer intenta arrebatar los votos de la izquierda tradicional alternativa al peronismo y también los de los izquierdistas que apostaron por los Kirchner, a los que ella considera traidores por haberse entregado al mundo de los negocios oscuros. “El progresismo se terminó colocando como un rótulo en un frasco al que se vació de contenido. Lo que quebró el sistema político a manos del progresismo fueron los negocios. Eso es lo que hace que se terminen vendiendo o hipotecando las ideas y las banderas. Son aquellos que esconcen las banderas abajo de la mesa para poner los billetes sobre la mesa”, aseguró.
Sin embargo, la candidatura de Stolbizer nace muy debilitada, y el socialismo incluso puede perder en estas elecciones su último bastión, Santa Fe. El intento por unir a la izquierda que se hizo en 2014, con la Plataforma Unen, fracasó, y buena parte de sus componentes han acabado apostando por apoyar al liberal Mauricio Macri, alcalde de Buenos Aires, como ha hecho el Partido Radical o la exradical Lilita Carrió. Ernesto Sanz, líder de los radicales, cree que es mejor apostar a caballo ganador con Macri frente al peronismo que ir solos sin ninguna posibilidad de éxito, como las encuestas le auguran a Stolbizer.
La diputada alentó la tesis de que Kirchner quiere que gane Macri para convertirse en la líder de la oposición y poder volver dentro de cuatro años. “Espero que no me necesiten en 2019”, dijo Kirchner esta misma semana jugando con esa idea de volver dentro de cuatro años como ha hecho Michelle Bachelet en Chile. “El mejor reaseguro para que vuelva Cristina es que gane Macri, por eso es que la Presidenta ya eligió confrontar con quien le garantiza un lugar de comodidad y la posibilidad de volver”, aseguró Stolbizer.
Sin embargo, otros referentes de la izquierda creen que el rechazo de este grupo a unirse a Macri dividirá el voto y eso favorecerá en última instancia al peronismo. Diversos analistas consultados creen que las opciones izquierda-derecha habituales en Europa y otros países no son homologables en Argentina, donde se va a producir una batalla entre el peronismo y su alternativa, que une a sectores más conservadores como el de Macri con otros más progresistas como los de Sanz y Carrió.
Argentina lleva 12 años de gobiernos kirchneristas con una fuerte impronta de discurso de izquierdas. La propia presidenta ha aumentado la intensidad de su mensaje contra “los ricos” en las últimas semanas. “Yo fui pobre”, ha reivindicado esta misma semana, pese a que recibe fuertes críticas por su fortuna personal y el aumento de su patrimonio en los últimos años. Sin embargo, después de 12 años, todo parece indicar que Argentina va camino de un notable giro al centro. Los tres candidatos fuertes, dos peronistas,Daniel Scioli y Sergio Massa, y uno liberal, Mauricio Macri, están alejados de los planteamientos izquierdistas de Kirchner, que ha llevado a cabo una política de nacionalizaciones, aumento del gasto público con planes sociales importantes y proteccionismo para promocionar la industria nacional.
Stolbizer, sin embargo, denuncia que Kirchner en realidad ha aprovechado ese discurso de izquierdas para enriquecer a su familia y a sus amigos empresarios. De hecho ella es la impulsora de algunas de las causas que más inquietan a la familia de la presidenta, en especial la de Hotesur, en la que se investiga un posible blanqueo de capitales en hoteles de la familia. La sobrina de Kirchner, Romina Mercado, ha pedido que la justicia desplace al juez de la causa, Claudio Bonadío, y este lunes muy probablemente se tomará una decisión. La presión política es enorme y Kirchner habla con frecuencia del “partido judicial” para acusar a los jueces de querer destruirla por intereses políticos.
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