Se trata de los hermanos Milton y José Damario, a quienes les dieron 16 y 17 años de prisión por haber acribillado a Lucas Espina, de 26 años, en el barrio La Tablada; luego asesinaron a Norma Bustos, la madre del joven
LUNES 08 DE AGOSTO DE 2016 •
ROSARIO. Norma Bustos no pudo escuchar la condena contra los asesinos de su hijo. Ella fue ejecutada por orden de Milton y José Damario el 20 de noviembre de 2014, ocho meses después de haberlos acusado, con nombre y apellido, de acribillar con ametralladoras a Lucas Spina en el barrio La Tablada.
El juez de Sentencia N° 5 de Rosario, Gustavo Salvador, condenó a los hermanos Damario a 16 y 17 años de prisión, respectivamente, por considerarlos responsables del delito de homicidio. Los Damario son dos conocidos sicarios de la zona sur de Rosario, que ya estaban presos por ser autores materiales del asesinato de Claudio Pájaro Cantero, el líder de la banda de los Monos, el 26 de mayo de 2013, en Villa Gobernador Gálvez.
Lucas Spina tenía 26 años cuando lo mataron en la esquina de Pavón y Santa Rosa de Lima, a pocos metros de donde su madre tenía un kiosco. Después de cenar, el muchacho se reunió con los amigos del barrio. Cerca de la 1 aparecieron dos autos con gente armada. Según los testigos, iban a buscar a un tal Joel, que participaba de un cumpleaños en una casa ubicada a pocos metros de allí. Los hermanos Damario bajaron de un Peugeot 207, cada uno con una ametralladora, y comenzaron a disparar. La policía encontró 34 vainas servidas en la escena del crimen.
El grupo de jóvenes que estaba reunido en la esquina trató de esconderse y correr. Lucas recibió cuatro disparos en el cráneo, en el hombro y en el brazo derecho. Murió unas horas después en el hospital.
Norma Bustos, la madre de la víctima, se presentó tres días después en la fiscalía Nº 5, donde acusó a los Damario por el crimen. Ella no vio la ejecución, pero contó que los vecinos habían visto a los hermanos Damario, dos sicarios conocidos del Fonavi de Lola Mora, que habían empezado a matar a cambio de dinero desde los 16 años. Después pasaron a formar parte de la banda narco de los Bassi, enemiga de los Cantero.
Desde 2008 esta mujer denunció ante los medios de comunicación el flagelo de la violencia que supuraba en el barrio. Luego mataron a su hijo y después ella fue blanco de los sicarios.
Ni la Justicia ni el Ministerio de Seguridad de Santa Fe prestaron demasiada atención a Bustos. Tampoco a los testigos, que en su mayoría formaban parte del grupo de amigos de Lucas Spina. Las amenazas comenzaron a hacerse patentes cuando empezaron a declarar en los tribunales y misteriosamente cambiaban sus dichos. Uno de ellos fue Ariel López, quien en un principio había contado que había visto a los Damario en el lugar del crimen y después cambió de opinión y dio un testimonio incomprensible. El propio joven admitió luego que un día antes de presentarse a declarar ante el juez fue interceptado por dos hombres en moto que le apuntaron con un arma a la cabeza y le dijeron: "Vos elegís. Te podemos matar hoy o mañana".
El 20 de noviembre de 2014 a las 10.30 le llegó el turno a Norma Bustos. Dos hombres tocaron timbre en su casa, en Pavón al 4600, donde funcionaba el kiosco, el emprendimiento de la familia. Cuando abrió la puerta, detrás de una reja, la mujer de 53 años vio a dos hombres en moto con cascos oscuros. Sólo fueron unos segundos. La acribillaron de tres balazos en el pómulo, el cuello y el hombro.
La mujer había entablado una lucha por el esclarecimiento de la muerte de su hijo y quedó a la intemperie en una zona donde las balas moldean la vida y la muerte. "A mí no me importa que me maten, si yo ya lo perdí todo. Me mataron a mi hijo, se murió mi marido, ¿qué más me pueden sacar? Yo estoy vacía. Pero quiero que los que mataron a mi hijo se pudran en la cárcel. Si el infierno existe, yo vivo en el infierno desde que me mataron a mi hijo", dijo la mujer en una entrevista en el diario La Capital, de Rosario.
Más de un año y medio después de la muerte de Norma Bustos no hay ningún detenido por el crimen. Se presume que los Damario ordenaron su ejecución desde la cárcel, donde están alojados desde setiembre de 2013, cuando fueron apresados en Santo Tomé, ciudad vecina a Santa Fe, por el crimen del Pájaro Cantero. Cuando fueron aprehendidos se movían en un VW Bora con once celulares y una suma de casi 100.000 pesos.
Milton tiene causas sobre sus espaldas en seis juzgados de los tribunales provinciales. Está acusado de cuatro homicidios. A los crímenes de Cantero y Spina se suman los asesinatos de Juan Pablo Colazzo, un narco que quería eliminar la banda de Luis Bassi, para la que los Damario trabajaban, y Norberto Armanino, un ex barra de Rosario Central a quien le decían "Peligroso". Lo mataron el 11 de mayo de 2011 en Uriburu e Hipócrates desde un auto del que los testigos vieron bajar a Milton Damario.
Fuente: http://www.lanacion.com.ar/1926189-condenaron-a-dos-sicarios-en-rosario