JAPON, TRAS EL TERREMOTO Y EL TSUNAMIPublicado el 31/Diciembre/2011 | 00:01
Los hechos internacionales 2011
Los desastres naturales azotaron al mundo en 2011. Las inundaciones, sequías y hasta terremotos fueron relacionados con el cambio climático. Sin embargo, la cumbre de Durban no registró nuevos compromisos
El terremoto fue el quinto más grande de la historia; incluso desplazó al Japón una distancia de 3 a 4 metros hacia el este, por lo que se encuentra ahora más cerca de los EEUU y más lejos de Rusia.
El Servicio Geológico de los EEUU explicó que el terremoto ocurrió a causa de un desplazamiento en proximidades de la zona de la interfase entre la placa del Pacífico y la placa Norteamericana.
Pero la dimensión de la catástrofe escaló a la par que se fusionaba el material radiactivo de la dañada central nuclear de Fukushima, situada en la costa nororiental del Japón.
Los daños en los reactores causaron una alerta nuclear de inmensas proporciones, que incluso llevó a algunos a temer una explosión similar a la de Chernóbil, en Ucrania.
Nueve meses después del sismo, los habitantes de las regiones niponas afectadas luchan por salir adelante y recuperar la normalidad, ayudados por una legión de jóvenes cooperantes.
Pero algo ha cambiado en la conciencia de los japoneses desde que comenzó la pesadilla. "La confianza centenaria en el Gobierno y las autoridades se ha perdido", explica el politólogo Minoru Morita.
En efecto, el pueblo japonés vivió el fracaso de sus líderes en los momentos posteriores a la catástrofe. El ex primer ministro Naoto Kan escondió al principio el verdadero riesgo que se ocultaba tras los resquebrajados muros de la central de Fukushima.
La empresa operadora de la planta, Tepco, tampoco dio datos fiables. Y el Gobierno se enzarzó en una pequeña guerra con los burócratas en la que descuidó sus competencias.
De hecho, un informe elaborado por expertos y académicos japoneses independientes y difundido en la última semana de 2011 aseguró que la eléctrica Tepco no estaba preparada para un accidente como el desatado por el tsunami de marzo, por lo que en su respuesta inicial al desastre, hubo situaciones "extremadamente inapropiadas".
Está previsto que el comité de investigación, que hasta mediados de diciembre había entrevistado a 456 personas relacionadas con el accidente, divulgue su informe completo el próximo verano.
Mientras el país intenta recuperarse moral y materialmente, en Fukushima, el Gobierno asegura tenerlo ya todo bajo control. Apenas hace unos días, el Ejecutivo de Yoshihiko Noda anunció que se consiguió "apagar en frío" los reactores afectados y aseguró que se superó un "gran factor de temor".
Los ecologistas le acusan, sin embargo, de querer engañar a la opinión pública. Según la definición del Gobierno y de Tepco, el "apagado en frío" se logra cuando se consigue mantener por debajo de los 100 grados centígrados la temperatura en el suelo de la vasija de contención.
Sin embargo, hay restos del combustible nuclear derretido en el reactor que alcanzan 3 000 grados centígrados, apuntó el experto del grupo medioambiental austriaco Global 2000, Reinhard Uhring.
"Hablar aquí de un apagado en frío raya con una mentira premeditada", denunció Uhring.
La desconfianza llega hasta los ciudadanos, quienes a mediados de septiembre, realizaron una manifestación pública, la mayor en el país desde los sesenta, para pedir el abandono de la energía nuclear.
Sin embargo, lo ocurrido en Fukushima no cambió sustancialmente la política energética de Tokio. Aunque el primer ministro Noda habla de una reducción a largo plazo de la dependencia de la energía nuclear, no se ha pronunciado sobre un abandono completo de las centrales atómicas.
El Japón seguirá consumiendo energía nuclear al menos hasta 2030 y Noda quiere poner en funcionamiento cuanto antes algunos de los reactores que fueron apagados provisionalmente y que pasaron los controles de seguridad. Los japoneses se preguntan hasta cuándo. (DPA-AFP-EFE)
Colombia vive el peor invierno
Otro país que se ha visto afectado duramente por las lluvias es Colombia, que durante buena parte de los últimos dos años, ha tratado de sobreponerse a lo que su presidente, Juan Manuel Santos, calificó como "la peor tragedia natural de la historia".
La época invernal y las incesantes lluvias han dejado pérdidas económicas superiores a los $5 000 millones, 182 muertos y 964 165 damnificados, según cifras oficiales.
El Gobierno colombiano ha invertido 102 000 millones de pesos (unos $52,61 millones) en la atención de las emergencias causadas por el segundo período de lluvias en el país.
Poco menos de la mitad de esta suma ha tenido como destino la asistencia humanitaria de emergencia, precisó el titular de la Dirección de Gestión del Riesgo (DGR, gubernamental), Carlos Iván Márquez.
Márquez agregó que el segundo rubro por cuantía asignada ha sido el del apoyo económico a los damnificados, que es en general de subsidios para el arriendo de vivienda temporal.
Los eventos asociados a las lluvias han destruido 1 213 casas y averiado otras 155 015, según lo muestra el informe de afectación de la temporada de precipitaciones, que comenzó el 1.° de septiembre pasado.
A pesar de una tregua que lleva semana y media, los pronósticos del servicio meteorológico estatal mantienen que el período lluvioso irá hasta las primeras semanas de enero próximo.
El titular de la DGR informó que la temporada deja también 137 heridos y 22 desaparecidos.
Según el informe facilitado por la DGR, las lluvias han ocasionado hasta hoy emergencias en 503 municipios de 27 de los 32 departamentos de Colombia.
Un total de 1 107 eventos asociados a las lluvias deja la temporada, la mayoría de ellos, 684, de inundaciones, seguidos de deslizamientos de tierras (321), vendavales (88), tormentas eléctricas (7), avalanchas (6) y erosiones (1).
Los deslizamientos ocasionaron 132 víctimas fatales, seguidos de las inundaciones, con 40, según el mismo reporte. Además, la infraestructura pública, como carreteras y puentes, se ha afectado también. (EFE)
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Hora GMT: 31/Diciembre/2011 - 05:01
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