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onu_01REDOBLAN LA PRESIÓN SOBRE SIRIA  
La ONU discute sanciones contra Damasco mientras crece la condena por la represión, que ya dejó 1100 muertos
10 de junio de 2011
DAMASCO.- Tras provocar un auténtico baño de sangre, con unos 1100 manifestantes opositores muertos en casi tres meses, y mientras miles de pobladores huyen a Turquía e Israel, el régimen sirio enfrentaba ayer nuevas presiones internacionales para que detenga la represión del levantamiento popular que se inició a mediados de marzo. "Estamos recibiendo un número creciente de informes alarmantes que dan cuenta de los continuos esfuerzos del gobierno sirio para aplastar en forma despiadada las protestas populares", dijo ayer la alta comisionada de la ONU para los Derechos Humanos, Navi Pillay, en Ginebra.
Y exigió a Damasco que detenga la violencia. "Es absolutamente deplorable para cualquier gobierno intentar forzar a su pueblo a la sumisión por medio de tanques, artillería y francotiradores", añadió.
Las declaraciones de la funcionaria llegaron poco después de la presentación, en el Consejo de Seguridad de la ONU, de un proyecto de resolución que condena a Damasco por la represión, el éxodo de habitantes y la enorme cantidad de víctimas civiles. A la vez, crecen las sospechas de que Siria está desarrollando armas nucleares en forma encubierta, tal como ocurriría en Irán, su principal aliado en la región.
Se estima que la represión dejó al menos 1100 muertos desde el comienzo de las protestas, el 15 de marzo, mientras que unas 10.000 personas fueron arrestadas y miles huyeron hacia el Líbano y Turquía.
El aumento de la presión internacional se produce después de que una violenta intervención del ejército sirio en la ciudad de Jisr al-Shogur (Noroeste) provocó la huida hacia la vecina Turquía de más de 2500 sirios que narraron la represión brutal de las fuerzas de seguridad contra los habitantes desarmados. Además, el domingo pasado soldados israelíes dispararon contra centenares de manifestantes que trataban de cruzar la frontera desde Siria. Por lo menos 20 personas murieron y decenas resultaron heridas.
"La actitud de Siria es inaceptable. No se puede seguir masacrando a la población civil con el pretexto de que esa población aspira a más libertad y más democracia", declaró ayer el ministro de Relaciones Exteriores francés, Alain Juppé.
Benedicto XVI también exhortó ayer a las autoridades sirias a respetar "la dignidad inalienable" de las personas, al recibir en el Vaticano al nuevo embajador de Siria.
A pesar de la condena internacional, el régimen del presidente Bashar al-Assad persiste en su voluntad de aplastar toda protesta. Según un militante de los derechos humanos, por lo menos 60 camiones que llevaban tanques y blindados y más de 10 vehículos de transporte de tropas, partieron anteanoche desde Alepo (norte de Siria) hacia el Oeste, en dirección a Jisr al-Shogur, localidad ubicada en la región de Ibled, 300 km al norte de Damasco.
Un manifestante murió y seis resultaron heridos en la ruta entre Alepo e Ibled, cuando lanzaban piedras contra el convoy, agregó el militante.
Las autoridades amenazaron con responder de "manera firme" a la muerte de 120 policías que perecieron, según ellas, en Jisr al-Shogur en enfrentamientos con "bandas armadas", una versión cuestionada por la oposición y testigos que afirmaron que las víctimas murieron en un motín.
Debate en la ONU
Sin embargo, los activistas por la democracia llamaron hoy a una nueva jornada de manifestaciones instando a las tribus del país, que tienen un importante peso social y político en Siria, a movilizarse contra el régimen del partido único Baath, que gobierna con mano de hierro desde hace varias décadas. Desde el 15 de marzo, los militantes opositores convocan a marchas los viernes después de la oración musulmana semanal, y cada vez utilizan consignas diferentes. Estas manifestaciones siempre fueron reprimidas.
Por otra parte, el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas empezó a debatir anteayer un texto que condena a Siria y que ya obtuvo el respaldo de Estados Unidos. Las potencias europeas presionaron al Consejo para que condene a Damasco, en tanto Rusia y China expresaban una fuerte oposición a la propuesta.
Rusia repitió que "se opone a toda resolución del Consejo de Seguridad de la ONU sobre Siria", declaró Alexander Lukacevich, según la agencia Interfax. "Desde nuestro punto de vista, la situación en ese país no es una amenaza para la seguridad y la paz en el mundo", agregó. Una resolución de ese tipo podría provocar "una escalada aún mayor" dentro de Siria, recalcó.
Por otra parte, el Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA) aprobó una resolución planteada por Estados Unidos con la que decidió transmitir al Consejo de Seguridad de la ONU el caso sirio por haber "fallado en sus obligaciones" respecto del organismo. El OIEA sospecha que Damasco desarrolla actividades nucleares ilícitas.

http://www.lanacion.com.ar/1380291-redoblan-la-presion-sobre-siria

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