CONFUSO ATENTADO CONTRA EL JEFE DEL PENTÁGONO EN AFGANISTÁN15/03/12
Una camioneta se lanzó hacia el avión del ministro cuando aterrizaba en Kabul. El vehículo se atascó en una zanja y allí se incendió. El jefe de Defensa de la Casa Blanca no sufrió heridas. El Pentágono dijo que en el coche no había armas.
Camp Leatherneck, Afganistán. Ap -
Según el vocero del Pentágono, Capitán John Kirby, un civil afgano robó un vehículo del tipo pick-up de la base, obligando al soldado que la manejaba a bajarse de ella.
Siempre según la versión oficial, antes de entrar a la pista, el afgano atropelló a un miembro de las fuerzas internacionales de seguridad , que resultó herido.
El vehículo luego se dirigió a toda velocidad a la zona de rampas de la base aeronáutica y se clavó en una zanja, donde ocurrió el estallido. Según Kirby, en el interior del vehículo no se encontraron explosivos ni armas , y la vida del jefe del Pentágono nunca estuvo en peligro. Su avión fue redirigido a otra área de la base. Y el funcionario pudo retomar su agenda tal cual estaba previsto.
El jefe de prensa del Pentágono, George Little, manifestó que no podía explicar los motivos del conductor afgano o si se trataba de un atacante suicida.
Según la versión de Little, recogida por el diario The New York Times , “el conductor terminó prendido fuego , el personal de la base pudo extinguir las llamas. Y el hombre fue tratado inmediatamente por heridas de quemaduras”. Situación en la que continuaba anoche.
Aunque el Pentágono negó horas más tarde que se tratara de un atentado, el incidente podría entenderse como una represalia contra las fuerzas de ocupación norteamericanas, luego de que un soldado estadounidense disparara contra civiles en la provincia de Kandahar, el domingo pasado, matando a 16 personas , entre ellos varios niños y mujeres. Los talibán habían afirmado tras la masacre que se vengarían de la matanza.
El asesinato de civiles del domingo no es el único hecho que ha provocado la furia entre los afganos hacia las fuerzas norteamericanas. En otra serie de excesos recientes, marines prendieron fuego ejemplares del Corán y se los filmó orinando sobre cadáveres de combatientes talibán.
El martes una manifestación de protesta antinorteamericana reunió a unas 2 mil personas en la ciudad de Jalalabad.
La visita de Panetta a Afganistán tuvo por objetivo, ayer, la reunión con líderes tribales afganos para asegurarles que la misión norteamericana en el país sigue en curso, a pesar de la violencia. El secretario también sostuvo encuentros con fuerzas militares de su país.
“No permitiremos que hechos aislados socaven nuestra determinación en esta tarea’’, dijo Panetta a unos 200 infantes de Marina en el Campamento Leatherneck. “Nos pondrán a prueba; seremos desafiados por el mismo infierno de la guerra. Pero nada de eso debe disuadirnos jamás de la misión que debemos cumplir’’, afirmó. Y les habló sobre la necesidad de que las fuerzas afganas y de la coalición sigan trabajando juntas para ayudar a la transferencia de las tareas de seguridad en el país a las fuerzas del país asiático.
Un dato curioso: cuando Panetta se reunió ayer con los infantes de marina, abruptamente el comandante de las tropas pidió a los 200 soldados que dejaran afuera de la tienda sus armas (rifles automáticos M16 y M4 automatic y pistolas 9 mm.) y que regresaran desarmados, en una clara señal del nerviosismo que rodeó a la visita .
El comandante, sargento mayor Brandon Hall, dijo a los periodistas que actuaba bajo las órdenes de superiores .
La visita del ministro a la zona de guerra, que incluyó tres visitas al sur de Afganistán y que durará dos días, se planificó desde hace meses , mucho antes del ataque a tiros del fin de semana en Kandahar. En todos los lugares que visitó Panetta hizo referencias indirectas a esa matanza aunque sin dar detalles.
El ministro, al igual que el presidente Barack Obama, ha denunciado las muertes en Kandahar y se comprometió a llevar al asesino a la justicia, en un mensaje que planea entregar personalmente al presidente afgano, Hamid Karzai.
Esas muertes han ensombrecido aún más las relaciones entre ambos países, ya en tensión.
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