“Las pruebas indican que las fuerzas israelíes tenían bajo control esas zonas. No había enfrentamientos y los combatientes palestinos no se escudaban entre los civiles atacados. Ondearan o no una bandera blanca, esta gente no participó en las hostilidades y, según el derecho internacional, no debería ser atacada”, reza el informe de 63 páginas titulado “Muerte con bandera blanca”.
Había cuatro niños y cinco mujeres entre los fallecidos, señala el texto, que basa sus conclusiones en la investigación in situ de siete incidentes, en las pruebas balísticas, en la historia médica de las víctimas y en entrevistas a tres testigos por cada caso. Todos fueron abatidos “cuando eran visibles y no suponían un riesgo” para los militares israelíes.
Según el ejército israelí: “Ante la sospecha de que una persona que porta una bandera blanca es un peligro para las fuerzas de seguridad, éstas están autorizadas bajo reglas de combate, a verificar y neutralizar la amenaza”.
El ejército insiste en que milicianos de Hamás “usaron a gente que portaba banderas blancas como cobijo para sus acciones y para protegerse de la respuesta”.
Ayer el ejército inició una operación de rastreo en el centro de Israel, después de que un grupo palestino hasta ahora desconocido, Ejército de Al Quds, enviara un mensaje por el cual reivindicaba el secuestro de un soldado.
La agencia de noticias palestinas Maan recibió el mensaje sobre la supuesta captura de un soldado cerca del aeropuerto Ben Gurion.
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