ONU: LA CIFRA DE MUERTOS POR LA REPRESIÓN SIRIA SUBE A 2.700
lunes 19 de septiembre de 2011
GINEBRA, Suiza (Reuters) - Las fuerzas de seguridad sirias han matado a 2.700 manifestantes antigubernamentales desde que se inició el levantamiento contra el presidente Bashar el Asad en marzo, entre ellos al menos 100 menores, según dijo el lunes la oficina de Derechos Humanos de las Naciones Unidas.
Kyung-wha Kang, segunda al mando del Alto Comisionado de Derechos Humanos de la ONU, pidió al Gobierno de Asad que coopere con una investigación internacional sobre el derramamiento de sangre para asegurar un recuento de todas las violaciones.

"Hasta ahora, 2.700 personas, incluyendo al menos 100 niños, han muerto a manos de las fuerzas de seguridad y del Ejército desde el inicio de las masivas protestas a mediados de marzo", dijo en un discurso ante el Consejo de Derechos Humanos de la ONU.
"Déjenme concluir enfatizando la importancia de que los perpetradores de crímenes contra la humanidad sean juzgados. La oficina ha encontrado que esos crímenes pudieron haberse cometido en Siria", aseveró, tras citar un reporte emitido por la ONU en agosto.
El ministro francés de Exteriores, Alain Juppé, en declaraciones en Nueva York, dijo también que Siria debe responder por crímenes contra la humanidad.
Las fuerzas de seguridad sirias, "respaldadas por tanques, helicópteros y francotiradores", continúan aplastando las protestas en ciudades incluidas Homs, Latakia, Deraa y Damasco, dijo Kang al foro de 47 miembros. Un asalto a gran escala en Homs este mes había dejado al menos 23 civiles muertos y cientos de heridos, añadió.
"Se dice que las fuerzas de seguridad sirias han sacado a la fuerza a personas heridas de los hospitales, incluidas salas de operaciones, en Homs e impidieron a personal médico llegar a los heridos", añadió.
Los activistas sirios habían pedido protección internacional y monitores internacionales en el país, una muestra de la gravedad de la situación, dijo.
El embajador de Siria ante la ONU en Ginebra, Faysal Jabaz Hamui, calificó de sesgados la presentación de Kang y los hallazgos del informe preliminar de la ONU, redactado por investigadores de la ONU que no recibieron permiso para entrar en el país.
"Hay muchas bandas en Siria (..) Estas bandas han respondido generando sedición, atacando a civiles inocentes, destruyendo comisarías y matando a una serie de miembros de la fuerza policial", dijo.
Muchos han sido arrestados y confesaron que "dispararon a los manifestantes para incitar a la violencia", añadió.
El Gobierno sirio continuaría aplicando su programa global de reformas y protegiendo a los ciudadanos y sus propiedades, según Jabaz Hamui.
La embajadora estadounidense Eileen Chamberlain Donahoe denunció que el Gobierno sirio "continúa haciendo campaña de represión" y reiteró la petición de Washington para que Asad dimitiera.
"El recuento de cadáveres crece diariamente", dijo, citando las acusaciones en el informe de la ONU, que halló que las fuerzas sirias eran responsables de ejecuciones arbitrarias, detención y tortura.
"Una y otra vez, Damasco ha responsabilizado a insurgentes armados del daño causado a miles de sus ciudadanos que se han desangrado en las calles de Siria. Estas afirmaciones no tienen credibilidad", dijo Donahoe.