OTRO ESCÁNDALO GOLPEA A BERLUSCONI
Arrestaron a un empresario cercano al premier, al que acusan de organizar una red de tráfico de influencias
Viernes 17 de junio de 2011
Elisabetta Piqué - Corresponsal en Italia
ROMA.- Como si no alcanzara con la paliza electoral del fin de semana último, el arresto del influyente empresario Luigi Bisignani, lobbista, habitué de los ambientes de poder y amigo del siete veces ex primer ministro Giulio Andreotti, ex miembro de la logia masónica P2, de Licio Gelli, cuando era tan sólo un veinteañero, volvió a golpear ayer como nunca al premier italiano, Silvio Berlusconi.
Con estrechísimos vínculos con el Cavaliere, Bisignani, nacido en Milán en 1953 -ex periodista e hijo de un capo de Pirelli que trabajó años en la Argentina-, fue acusado por la fiscalía de Nápoles de haber montado una asociación secreta para delinquir a través de informes falsos que utilizaba para chantajear, hacer nombramientos en el Parlamento, ejercer presiones, estrechar relaciones, hacer negocios e influir a las instituciones.
Considerado un "hombre clave del Palazzo Chigi (sede del gobierno)", Bisignani fue acusado de haber sido artífice de una virtual red de espías o de un "sistema paralelo" que tenía como fin el manejo de noticias reservadas, de licitaciones manejadas por la presidencia del Consejo de Ministros (la oficina del premier) y de nombramientos. Todo esto, junto con Alfonso Papa, senador del oficialista Partido del Pueblo de la Libertad (PDL) y ex magistrado, y otras personas, entre ellas un oficial de los carabinieri y un policía.
Por la trama más que oscura sacada a la luz por los fiscales Francesco Curcio y Henry John Woodcock, si bien no hay nada relacionado con la presencia de una logia masónica, la prensa italiana bautizó este nuevo escándalo que golpea a Berlusconi "P4". Eso por ser el cuarto que tiene lugar en Italia después del denominado "P3", conocido el año pasado y relacionado con el presunto grupo de poder oculto que giraba alrededor de la banda de Flavio Carboni.
"Gigi" Bisignani fue puesto bajo arresto domiciliario, lo que algunos analistas interpretaron como la "auténtica señal del fin del berlusconismo". Papa también recibió una orden de detención, pero su condición de legislador, por ahora, le ayudó a evitar la cárcel.
"Los palacios del poder tiemblan", titulaba ayer la prensa italiana, que dio gran repercusión a la caída de Bisignani, considerado un enfant prodige de una suerte de poderosísima mafia secreta con ramificaciones en el establishment industrial, así como en el Vaticano (hacía negocios con el IOR, el banco de la Santa Sede).
No por nada, en un intento de defenderse, Bisignani reveló que espiaba a diversos magistrados para informarle a Gianni Letta, mano derecha de Berlusconi, si había investigaciones judiciales que lo involucraban.
Tal era la relación con las altas esferas del poder que, en una conversación telefónica grabada, Papa le dice a Bisignani que había recibido una llamada del canciller, Franco Frattini, que habría hablado con Berlusconi del tema justicia, su obsesión.
Según reveló el Corriere della Sera, Papa, que, en sintonía con el Cavaliere , se rodeaba de bellas mujeres, terminó siendo traicionado por éstas, que confirmaron cómo lograba chantajear a empresarios y funcionarios. Gracias a sus influencias, obtenía información sobre procesos judiciales y les prometía "protección y ayuda" a los acusados a cambio de dinero y regalos lujosos para sus amantes, como joyas, autos, casas o un empleo.
"El arresto de Bisignani es una alarma para el berlusconismo, equivalente a la doble derrota electoral", escribió Alberto Statera, de La Repubblica, que consideró este último escándalo como un eslabón más que lleva al inexorable fin de la aventura política de Berlusconi.
http://www.lanacion.com.ar/1382165-otro-escandalo-golpea-a-berlusconi