EL AJUSTE EN ITALIA LLEGA A LA IGLESIA
Viernes 17 de febrero de 2012 | Publicado en edición impresa
El gobierno le quitará la exención de un impuesto inmobiliario
Por Elisabetta Piqué  | LA NACION
ROMA.- Decidido a salvar a Italia del desastre económico y a desterrar viejos privilegios, el primer ministro italiano, Mario Monti , anunció que le quitará a la Iglesia Católica la exención del pago del denominado ICI, un impuesto inmobiliario.

Es otra medida revolucionaria de su gobierno: nunca nadie se había atrevido a tocar ese privilegio del que gozaba la Iglesia en Italia , que es dueña de un gigantesco patrimonio inmobiliario. El fin de la exención del pago del ICI para las propiedades de la Iglesia, utilizadas con fines comerciales, le significará al Estado millones de euros por año.
En una semana de malas noticias para el Vaticano -sacudido por una fuga de información sin precedente-, Monti, un católico practicante, decidió apretarle el cinturón también a la Santa Sede, debido a ese principio de equidad que suele mencionar desde que asumió el timón de Italia hace tres meses, en plena tempestad financiera.
Cuando aprobó en diciembre un durísimo paquete de ajuste para salvar a Italia de la hecatombe, Monti volvió a establecer para todos los italianos el ICI, el impuesto inmobiliario sobre la primera casa que Silvio Berlusconi había abolido, dejando, sin embargo, exentos los inmuebles de la Iglesia.
Esto dio lugar a una lluvia de críticas en varios sectores de la opinión pública y a una verdadera revuelta en la Web: en tan sólo 48 horas, más de 130.000 personas firmaron una petición en Internet para pedir que se le sacaran a la Iglesia las exenciones fiscales. Era injusto que la Iglesia no participara de esos sacrificios de sangre, sudor y lágrimas que se les pedían a los italianos.
En un principio, la Iglesia se resistió. Pero cuando la austeridad comenzó a hacerse notar en los recortes, en la presión fiscal y en un drástico cambio del sistema de jubilación, los líderes de la Iglesia italiana dijeron que estaban dispuestos a negociar y rectificar abusos pasados.
Monti -que también dio luz verde a un decreto para desregular diversos sectores de la economía de modo que haya más competencia y otro para simplificar y modernizar el aparato estatal- le hizo saber oficialmente a la Comisión Europea (CE) que prepara una ley a través de la cual la Iglesia italiana pasará a pagar el impuesto inmobiliario sobre las propiedades en las que realiza actividades comerciales.
En caso de actividades mixtas, es decir un inmueble destinado al culto y en el cual se realiza actividad comercial, pagará la fracción destinada a la zona comercial.
A instancias de una denuncia realizada en octubre de 2010 por parte del Partido Radical Italiano -famoso por su anticlericalismo-, la Comisión Europea abrió contra Italia un procedimiento de infracción por violación de la competencia e ilegítima ayuda del Estado. De no haber un cambio, esto podría significarle en los próximos meses una sanción económica importante.
En Italia, la Iglesia posee clínicas privadas, hoteles y casas de huéspedes, que gozan de ventajas fiscales porque parte de esos inmuebles están ocupados por sacerdotes o monjas, o tienen una capilla en su interior. Se trata de un inmenso patrimonio inmobiliario, que incluye unos 100.000 edificios, de los cuales 9000 son colegios; 26.000, estructuras eclesiásticas, y casi 5000, instalaciones sanitarias.
Aunque nadie sabe exactamente cuál es el valor de esos inmuebles. Según Avvenire, el diario de la Conferencia Episcopal Italiana (CEI), el ICI puede representar para la Iglesia menos de 100 millones de euros anuales. Una cifra muy alejada de los entre 500 y 700 millones al año que la Asociación de Ayuntamientos Italianos calcula que los municipios podrían recaudar a través del ICI para los inmuebles religiosos.
Por su parte, la Agencia Tributaria estima que ese impuesto podría significar a las arcas públicas hasta 2000 millones de euros anuales.
La decisión de Monti de quitarle la exención del ICI a la Iglesia Católica, un tema controvertido sobre el cual se viene hablando desde hace años, fue bienvenida por la Unión Europea y sorprendió al mundo eclesiástico.
"Esperamos conocer el contenido exacto del texto para expresar un juicio correcto", afirmó un vocero de la CEI, en un comunicado.
Con esta medida, que significa un giro en la relación entre el gobierno y la Iglesia -institución hasta ahora intocable en Italia- como telón de fondo, el católico Monti se reunió ayer con la cúpula del Vaticano y de la CEI en una recepción en la embajada de Italia ante la Santa Sede, por el aniversario de los Pactos Lateranenses con los que en febrero de 1929 se selló un concordato entre Italia y el Vaticano.
Al salir de este encuentro, donde según trascendió reinó un clima muy cordial, el presidente de la CEI, el cardenal Angelo Bagnasco, prefirió no hacer comentarios sobre el nuevo impuesto. Un tema candente que seguirá dando que hablar.