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23chilapa 9500 1CINCO DIAS DE TERROR EN CHILAPA

ENTRE EL 9 Y 14 DE MAYO, UN COMANDO ARMADO TOMÓ LA LOCALIDAD MEXICANA Y SE LLEVÓ A TREINTA JÓVENES

UN REPORTAJE DE MARTA MARTÍNEZ
Sábado, 30 de Mayo de 2015

Entre el 9 y 14 de mayo, Chilapa vivió cinco días de auténtico terror. Un comando armado compuesto por 300 hombres se hizo con el control de la localidad mexicana y con total impunidad se llevó a 16 hombres jóvenes, según las autoridades, y 30, según los familiares. Tenían entre 15 y 31 años; eran trabajadores de la construcción, taxistas, vendedores, estudiantes, defensores de derechos humanos... Nada se ha sabido de ellos desde entonces. Sus familiares exigen su regreso a casa como todavía hoy lo piden los padres de los 43 estudiantes de Iguala desaparecidos hace ocho meses en el mismo estado, Guerrero, convertido hoy en día en el lugar más peligroso de México.

El comando compuesto por cientos de hombres armados llegó al municipio el día 9 a plena luz del día y no le costó ni una hora tomar la sede de la policía municipal, desarmar a sus agentes y hacerse con los coches patrullas. Luego estableció cuatro retenes y empezó a detener y requisar. El grupo pertenecía al cártel de Los Ardillos, un grupúsculo surgido de la fragmentación de las grandes organizaciones criminales enfrentado a Los Rojos. De hecho, durante los cinco días que estuvieron en Chilapa, los hombres armados exigían la entrega del jefe del cártel rival en la localidad... y por el camino se llevaron a treinta inocentes. Todo ocurrió, según los testigos, mientras en el pueblo patrullaban la policía estatal, la gendarmería -una división de la Policía Federal creada por el presidente Enrique Peña Nieto hace menos de un año para combatir al crimen organizado- y el Ejército. Ninguno frenó el terror. Dos semanas después, no hay un solo detenido y se desconoce el paradero de las víctimas.

LAS VÍCTIMAS

Jorge Luis Salmerón Hernández tiene 22 años y estudia en la Universidad Tecnológica de la región Norte de Guerrero. Su rastro se perdió la tarde-noche del día 10 cuando regresaba a casa de estar con su novia. Ese mismo día, Miguel, Juan y Víctor Carrasco Cuevas fueron secuestrados en uno de los cuatro retenes. Los hermanos, de 23, 20 y 15 años, son originarios de Ahuihuiyuco, comunidad ubicada a 15 minutos hacia el norte de Chilapa, donde se dedican al campo y a la cría de ganado en pequeña escala. Según su madre, ese día se dirigían al mercado a vender un becerro.
Sergio Derramona tiene 25 años y un hijo pequeño, Brandon. Conocido como El Manguero, por la mañana vende frutas en uno de los mercados de Chilapa y algunas noches actúa como stripper en despedidas de soltera. Sergio también fue secuestrado en su puesto de mangos a plena luz del día. Otro de los desaparecidos es Jorge Jaimes Abarca, de 18 años, repartidor de tortillas de día y pizzas, de noche. En marzo también desapareció su hermano Héctor, de 30 años.
Estas son las historias de algunas de las víctimas del último acto de barbarie en el sureño estado de Guerrero. “Chilapa, mucho más que Ayotzinapa, es la demostración patente de un Estado incapaz e ineficiente. Rebasado, arrasado y arrodillado por la fuerza del crimen organizado”, resume el columnista mexicano Raymundo Riva Palacio. Ocho meses y 150 kilómetros separan estos dos trágicos sucesos, pero no son los únicos. El pasado 1 de mayo, el candidato a la alcaldía de Chilapa por el Partido Revolucionario Institucional (PRI) fue asesinado durante un recorrido de campaña delante de sus propios seguidores. Un suma y sigue que engrosa cada día la lista de víctimas en este estado sumido en la oscuridad.
CHILAPA La violencia se disparó en la localidad mexicana, de 1120.000 habitantes, a finales de 2013. Desde entonces han fallecido 105 personas y otras 200 han desaparecido. La tasa de homicidios se situó el año pasado en 54 por cada 100.000 habitantes -la media nacional está en 22-, una cifra que los analistas esperan que se dispare este año en vista de que, desde enero, han fallecido ya más de medio centenar de personas. Ubicado en las faldas de la montaña de Guerrero y rodeado de vastos campos de amapola, Chilapa es la puerta de entrada a la zona de mayor producción de opio de América. Este hecho ha convertido a la localidad en un punto de disputa entre los diferentes cárteles. Ahora son Los Rojos quienes dominan la plaza y Los Ardillos, autores de la toma de Chilapa hace dos semanas, quienes aspiran a arrebatársela.
Los familiares de los desaparecidos se han reunido esta semana con el gobernador Rogelio Ortega, a quien reprocharon conocer la toma de la localidad desde el primer día y no haber hecho nada. Al alcalde Francisco Javier García le acusan haber “desaparecido” de la zona durante la ocupación. “¿Por qué diablos no vino cuando estas personas estaban aquí? Porque no fueron sus hijos”, recriminó uno de los familiares al gobernador. Como en el caso Ayotzinapa, las autoridades se encuentran de nuevo en el punto de mira de las víctimas. Entonces, el gobernador Ángel Guerra tuvo que dimitir por la presión social. Su sucesor no ha actuado mejor ante una crisis similar.
En una semana, el estado celebrará comicios para elegir al gobernador, alcaldes y diputados del Congreso local. Este ha sido calificado como el proceso electoral más violento de las últimas décadas. Los familiares de los 43 estudiantes de Ayotzinapa y otras organizaciones sociales ya han anunciado su intención de boicotear la cita. “Votar en estas elecciones es votar por narcopolíticos, es votar por el crimen organizado”, aseguran.

http://www.deia.com/2015/05/30/mundo/cinco-dias-de-terror-en-chilapa

 

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