UNA GUERRA A LOS BARONES DE LA DROGA, CON 50.000 MUERTOS
12/11/11 Es una batalla que ha teñido toda la gestión de Calderón como presidente desde hace 5 años.
DE TODOS LOS DIAS. UNA DE LAS VICTIMAS DE LOS NARCOS EN ACAPULCO
Felipe Calderón estaba destrozado. Por momentos se le quebró la voz cuando apareció de corbata negra en televisión pocas horas después de la muerte de su Secretario de Gobernación. Calderón –que llegó al poder tras una ajustadas elecciones– se había rodeado de “amigos” y “leales”. Y Blake Mora era uno de ellos. Como también lo era Juan Camilo Mouriño, el otro secretario fallecido hace tres años y a quien conoció casi siendo un niño.
La lealtad, fue la principal cualidad de ambos y por eso a ellos encargó la “guerra” frontal al crimen organizado y el “narco”.
Así que frente a los mexicanos primero ayer habló el presidente y luego el amigo. Cuando terminó su comunicado a la nación las redes sociales eran un hervidero especulando con un posible atentado. Los medios tradicionales, más cautos, lo decían más sutilmente: “contamos menos de lo que intuimos”, señaló en antena uno de los jefes de noticias de Milenio TV.
“Ha muerto un patriota que dio todo por México. El helicóptero estuvo siempre resguardado por elementos del Estado Mayor y el piloto contaba con suficiente pericia.
He ordenado una investigación que será exhaustiva y contemplará todas las hipótesis. México ha perdido a un excelente secretario de Gobernación pero yo he perdido a un entrañable amigo” dijo el presidente Felipe Calderón al borde de las lágrimas La muerte de Blake Mora llega ocho meses antes de las elecciones presidenciales y en medio de una guerra “entre” y “contra” los narcos que ha dejado en los últimos cinco años (los que lleva en el poder) casi 50.000 muertos, según el “ejecutómetro” de los principales periódicos.
A pesar de que Calderón apuntó la idea del “accidente” como causa de la muerte, aludió, sin referirse directamente, a la situación que vive el país. “Como me pasó, paradójicamente, con Juan Camilo Mouriño hace tres años extrañaré y necesitaré mucho a Francisco Blake. Pienso en ellos y al margen de la amistad que nos unía pienso en los ideales que compartimos. No me desmayaré y redoblaré la lucha por la construcción de un México mejor. Tenemos que ser fuertes (…) con ellos compartí la idea de hacer un México más seguro donde impere el Estado de Derecho” añadió.
La paradoja es que, aunque Calderón ofreció una investigación “exhaustiva” y “transparente” sobre las causas, la muerte de Mouriño sigue sin esclarecerse y el gobierno decretó el “secreto” sobre la misma por un período no menor a 12 años. Cinco años después de llegar al poder, y aunque han muerto decenas de alcaldes, policías o periodistas, el gobierno de Calderón nunca (oficialmente) vinculó ningún atentado directo con el crimen organizado. Por el momento la presión, el miedo y las muertes las padecen miles de funcionarios de bajo rango en el interior del país.
El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, llamó a Calderón para transmitirle el pésame y se mostró conmocionado y entristecido. Todos los medios de comunicación han colgado un lazo negro en sus pantallas.
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