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alepo200Por Asmae Dachan – 29 de Abril de 2016
Su nombre y su rostro quedarán esculpidos para siempre en la memoria de cientos de familias sirias. Mohamed Wassim Moaz tenía 36 años y era el último pediatra que había quedado en Aleppo. Había decidido quedarse en su ciudad para asistir a los niños que cada día se despiertan bajo la amenaza de las bombas. No tenía miedo de morir, cuentan los colegas que lo conocieron, sino solo una gran sed de justicia y una profunda humanidad.
Mohamed fue asesinado en el perverso bombardeo sobre el hospital de Al Quds, en el que trabajaban los Médicos Sin Fronteras. Además cayeron sus colegas Ahmad Almohamed y  Ahmad Yesin y también dos enfermeros. La ofensiva provocó más de veinte víctimas en el hospital. En toda la ciudad de Aleppo se han contado, solo en los últimos tres días, cientos de muertos a causa del aumento de los bombardeos del régimen de Bashar Al Assad  y de la aviación rusa.
Con Mohamed se va, para miles de niños que quedaron en Aleppo,  la frágil esperanza de poder recibir una asistencia adecuada. Así se apaga el último rayo de humanidad en una ciudad que está sufriendo los peores crímenes que jamás se hayan visto. Los colegas de Mohamed utilizaron internet para volcar su dolor y para recordarlo. “Pasábamos al menos seis horas por día juntos”, cuenta el Dr. Hatem. “Era amigable, gentil y le encantaba bromear con todo su equipo. Querría que fuera recordado por su capacidad y por su humanidad”.
Atacar los hospitales y los médicos es algo que va en contra de todas las convenciones internacionales pero en Siria ya se ha convertido en una costumbre. En todo el país hay cientos de hospitales bombardeados por la aviación gubernamental que sigue perpetrando masacres de inocentes. Según la Organización de los Médicos por los Derechos Humanos de Siria han sido asesinados, desde el 2011 hasta el 2015, al menos 610 personas entre médicos y enfermeros, en 183 estructuras sanitarias bombardeadas. Datos que han sido confirmados además por el Syrian Network for Human Rights que ha denunciado el asesinato de 445 médicos y la destrucción de 256 hospitales y puntos de primeros auxilios.

Es algo natural preguntarse qué harían Al Assad y sus partidarios, las personas fieles a él y sus aliados, si sus hijos necesitaran un médico, el último de la ciudad, pero este médico no estuviera... porque ellos mismos lo han asesinado. Claro está, es una pregunta retórica.
Mientras Aleppo arde y los aviones siguen destruyendo lo que queda de la milenaria ciudad en los social network se han lanzado los siguientes hashtag:
#NotATarget #Bombing_hospitals_war_crime #Aleppo_is_burning e #Save_Aleppo.

Extraído de:diariodisiria.com

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