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09okupasDE OKUPAS Y OTRAS YERBAS
13-08-2012
DEFICIT HABITACIONAL
“La ocupación de unos terrenos improductivos es sólo un síntoma”, apuntó el autor de este artículo en que analiza la problemática local. Indica que es “la manifestación visible de una sociedad, en donde la inequidad en la distribución de oportunidades es extremadamente grande”.
 Por Marcelo Costarelli
Hace aproximadamente un mes emerge de modo visible una de las carencias más importante que sufre la sociedad correntina. La falta de vivienda social. Era un secreto realizable para el trabajador correntino para convertirse en una epopeya.
El déficit habitacional creció, de manera sostenida en los últimos 15 años. A sus vez las posibilidades de satisfacer esta necesidad se alejaba del horizonte de las familias trabajadoras, a un ritmo mucho mayor de lo esperado.
La especulación inmobiliaria ha generado un mercado inaccesible al trabajador correntino, la compra de un departamento de 40 metros cuadrados de construcción de mediocre calidad cotiza inicialmente en $ 350.000, y de ahí en adelante los precios aumentan, en escala geométrica. Un trabajar promedio  en Corrientes, gana aproximadamente $ 6.000 por mes de este modo la ecuación convierte en inaccesible la posibilidad de la vivienda digna.
Una sociedad que sigue manteniéndose entre las más pobres del país, logró dilatar la emergencia de la necesidad de vivienda digna. Porque en los últimos tiempos sólo logró aproximarse a la satisfacción de las necesidades fisiológicas. Cuando estas necesidades (fisiológicas) se satisfacen, aparecen en el horizonte de acuerdo al Maslow las siguientes en la escala, y en este grupo la vivienda digna es la principal.
La ocupación de unos terrenos improductivos son sólo el síntoma, la manifestación visible de una sociedad en donde, la inequidad en la distribución de oportunidades es extremadamente grande. Esto queda de manifiesto en la conducta esquizoide del mercado inmobiliario local. Por un lado inunda la ciudad con edificios de departamentos inaccesibles, y por otro lado la demanda de vivienda social, de acuerdo a números de público conocimiento, asciende a 38.000 solicitudes en el Invico.
Es también un hecho constatable, que la agencia que debiera dar respuesta a la demanda de vivienda social no ha logrado articular  ningún tipo de solución a este problema.
La responsabilidad indelegable del estado para garantizar la vivienda digna, sostenida por la Constitución Nacional, ha sido abandonada en manos de un mercado especulador e inhumano. En esta línea daría la impresión que el único derecho tutelable para el estado provincial es el derecho a la propiedad privada.
La solución de problemas complejos requiere de análisis complejos y responsables. Las acciones tomadas por las personas responsables de garantizar la vida digna de los personas, hasta el momento no han logrado un análisis complejo  y real, no han sido capaces ni siquiera de poder describir la situación, un claro ejemplo de esto es que no se sabe realmente cuántas personas hay en la toma de estos terrenos. Existen distintos "censos",  relevamientos con diferencia abismales en la cantidad de individuos o familias, que contabilizan.
Existen explicaciones mezquinas que solo buscan responsabilizar al adversario político. Hasta el momento ninguna de la explicaciones está a la altura de la circunstancia. El afán mezquino electoralista sólo lleva a deslindar responsabilidades, acusando a tirios y troyanos de estar detrás de esta manifestación social concreta real y constatable.
La ocupación de terrenos ociosos, por parte de una porción de la población que ve como se alejan sus posibilidades reales de dar respuesta a sus necesidades, recurriendo a los medios que tiene a mano, es sólo la punta de iceberg. Las necesidades latentes son muchas más que aquella que la dirigencia política se anima a reconocer.
La necesidad de encontrar un culpable detrás de esta manifestación social, un cabecilla, un incitador, habla muy mal de la comprensión de los gobernantes de los procesos sociales. Una sociedad que crece en conciencia de sus derechos no necesita cabecillas que llevan a las personas de las narices, cualquier tipo de acusación de que esta manifestación esta orquestada, es un insulto a la ciudadanía, una falta de respeto, es decirle a los ciudadanos: "ustedes no son capaces de nada si no son llevados por otros". Cualquier tipo de acusación de que esta manifestación de disconformidad social está articulada es desconocer y sobrevolar la capacidad real de la dirigencia política local. Hoy en la ciudad de Corrientes no existe ningún partido, ningún movimiento social capaz de movilizar esta cantidad de personas. Si existiera alguien con esta capacidad de movilización le recomendaría que se postule, porque  con una capacidad de movilización semejante seguramente accedería a algún cargo electivo.
La realidad se impone, estamos de frente a una dirigencia miope, mezquina, y sin capacidad de dar respuestas a las necesidades de las personas. La toma de terrenos improductivo es solo un síntoma, es probable  que estemos de frente a un proceso de cambio. Los años de democracia, nos hacen madurar, y es posible que las prácticas clientelares ya no sean  suficientes para ganar una elección.
        

http://www.ellitoral.com.ar/es/articulo/212953/De-okupas-y-otras-yerbas

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