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ferozrepresionFEROZ REPRESIÓN A LAS MANIFESTACIONES
EN UNA VIOLENTA JORNADA, LOS REGÍMENES DE LIBIA, BAHREIN Y YEMEN DISPARARON SOBRE SUS OPOSITORES Y PROVOCARON DECENAS DE MUERTOS
Crisis en el mundo árabe / Crece la preocupación de EE.UU.
TRIPOLI.- Las rebeliones populares inspiradas en las revueltas de Túnez y Egipto que estallaron esta semana contra los regímenes autoritarios de Libia, Bahrein y Yemen enfrentaron ayer, día de la plegaria musulmana, una brutal represión que dejó decenas de muertos, lo que agudizó el caos en el que está sumido el mundo árabe.
Preocupado por la violencia ejercida contra las manifestaciones, que ponen en peligro los intereses de la Casa Blanca en Medio Oriente y el norte de Africa, el presidente norteamericano, Barack Obama, exhortó a los gobiernos de esos países a demostrar "moderación al responder a las protestas pacíficas".
La inquietud por la grave situación también llegó a la ONU: la alta comisionada para los derechos humanos, Navi Pillay, condenó las reacciones "ilegales y excesivamente represivas" de los gobiernos contra las "demandas legítimas" de la población, que piden el fin de los longevos regímenes.
En Libia, que sufre las peores protestas en los 41 años del régimen de Muammar Khadafy, por lo menos 35 personas murieron ayer durante los violentos choques entre manifestantes y las fuerzas de seguridad en Benghazi, la segunda ciudad del país, y en Derna, cerca de la frontera con Egipto, según fuentes médicas.
En tanto, dos policías que intentaban contener una protesta en Al-Baida, a 200 kilómetros de Benghazi, murieron ahorcados por los manifestantes. Desde que estalló la rebelión en Libia, el martes pasado, la cifra de muertos supera los 60, de acuerdo con distintos medios locales.
En un intento de sofocar las protestas contra Khadafy, que accedió al poder en 1969 con un golpe militar, los comités revolucionarios, pilares del régimen, amenazaron con una respuesta "fulminante" a la rebelión, y advirtieron que "sobrepasar las líneas rojas" será un "suicidio".
Las protestas se centraron en el este del país, donde el apoyo a Khadafy ha sido históricamente más débil que en el resto de Libia. Con el cierre del aeropuerto de Benghazi, la zona quedó casi aislada para los medios internacionales, lo que dificulta el recuento exacto de víctimas fatales.
La capital, Trípoli, ha estado mayormente en calma. Para contrarrestar las convocatorias de la oposición, partidarios del régimen se concentraron en la céntrica plaza Verde, donde ayer llegó el propio Khadafy, rodeado por una multitud.
Ayer también se vivió una nueva jornada de agitación en el reino de Bahrein, un archipiélago del Golfo Pérsico aliado de Arabia Saudita y de Estados Unidos, que tiene allí la base de su V Flota, encargada de proteger las rutas marítimas petroleras.
La represión de las tropas contra los manifestantes -que piden el fin de la monarquía sunnita, en un país de mayoría chiita- dejó un muerto y más de 60 heridos cerca de la plaza de la Perla, en la capital, Manama.
El derramamiento de sangre se produjo un día después de que la policía lanzara una redada para despejar un campamento de protesta, que dejó un muerto y más de 230 heridos.
Los activistas que conmemoraban ayer la muerte de uno de los manifestantes fueron alcanzados por soldados, que abrieron fuego contra ellos. El clérigo chiita más relevante del país, el jeque Issa Qassem, describió el ataque del ejército como una "masacre", aunque evitó convocar a nuevas protestas.
La violencia coincidió con un llamado a la calma del príncipe heredero, el jeque Salman bin Hamad al-Khalifa. "Bahrein vive un estado de división y es inaceptable. Hoy es el momento de entablar un diálogo, no de pelear", dijo en el canal oficial.
Consciente del creciente descontento entre la mayoría chiita, el ejército de Bahrein -un país de 1,3 millones de habitantes, pero sólo 600.000 nativos- emitió una advertencia para que la población se mantuviera alejada del centro de la capital.
En el séptimo día consecutivo de protestas en Yemen, cuatro personas murieron ayer en Adén, al sur del país, en enfrentamientos entre la policía y miles de personas que pedían reformas políticas y la caída del presidente Alí Abdullah Saleh, en el poder desde hace 32 años.
En tanto, en Sana, la capital, unos 4000 manifestantes fueron disueltos por la policía y matones partidarios del régimen, que los atacaron con sables, bastones y piedras.
Desde anteayer, ya suman cinco los muertos en este pequeño país de la península arábiga, aliado clave de Washington en su lucha contra la red terrorista Al-Qaeda.
Marchas en Teherán
Mientras tanto, en Irán, miles de partidarios del gobierno de Mahmoud Ahmadinejad pidieron ayer en Teherán el procesamiento y la muerte de los líderes de la oposición, a los que el régimen acusa de secesionistas.
Los manifestantes gritaron "¡Muerte a Mir Hussein Moussavi y a Mehdi Karroubi!", que han sido aislados por las autoridades. La oposición iraní convocó a una marcha mañana para honrar a las dos personas muertas en la movilización del pasado lunes.
Por otra parte, en Jordania, donde las revueltas causaron hace dos semanas la dimisión del primer ministro, Samir Rifai, partidarios del nuevo gobierno atacaron a cientos de jóvenes que pedían reformas políticas en Ammán, la capital.
Según testigos, los atacantes coreaban lemas en apoyo al rey Abdullah II, quien le pidió al nuevo gabinete instrumentar reformas "rápidas y reales" para aplacar la tensión.
Agencias AFP, EFE, AP, Reuters y DPA
Sábado 19 de febrero de 2011
http://www.lanacion.com.ar/1351245-feroz-represion-a-las-manifestaciones

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