DIMITE EL PRESIDENTE DEL SUPREMO TRAS ACUSACIONES DE CORRUPCIÓN
jueves 21 de junio de 2012
MADRID (Reuters) - Después de más de un mes de polémica, el presidente del Tribunal Supremo, Carlos Dívar, dimitió el jueves como principal autoridad judicial del país tras las acusaciones de que usó fondos públicos para pagarse gastos privados en viajes de fines de semana.

El también presidente del Consejo General del Poder Judicial, de 70 años, ha defendido en todo momento su inocencia pero ha dimitido para evitar seguir haciendo daño a la imagen de la Justicia, que hasta ahora había quedado al margen de las críticas generalizadas de los ciudadanos hacia las instituciones.
"(Carlos Dívar) ha presentado su renuncia a su condición de presidente del Tribunal Supremo y del Consejo General del Poder Judicial, que se hará efectiva cuando los trámites así lo permitan", informó Fernando de Rosa, vicepresidente del CGPJ, en una rueda de prensa en Madrid.
De Rosa, que asume de forma interina la presidencia del órgano de gobierno de los jueces, dijo que se buscará un sustituto una vez se haga efectiva la dimisión y se publique en el BOE. En el Supremo también habrá una presidencia provisional, que ocupará el magistrado Juan Antonio Xiol Ríos.
El escándalo, que surgió a primeros de mayo tras una denuncia de un vocal del CGPJ, ha perjudicado la imagen de los jueces, que habían quedado al margen de la indignación ciudadana hacia políticos y banqueros en un país hundido en su segunda recesión en tres años y en el que casi uno de cada cuatro trabajadores está en el paro.
"(Dívar) está dolido por la imagen que se ha transmitido y lo que pueda haber afectado al trabajo que hacen todos los magistrados de este país, por lo que haya podido perjudicar a la carrera judicial en su conjunto", dijo De Rosa, reconociendo la labor de Dívar en los tres años y medio que ha estado en su doble cargo y por sus 43 años de carrera.
SATISFACCIÓN
El magistrado andaluz, que había sido nombrado como candidato de consenso por el anterior Gobierno socialista en noviembre de 2008, ha contado con el apoyo del ministro de Justicia, Alberto Ruiz-Gallardón, durante la polémica.
El jueves, Ruiz-Gallardón se limitó a decir que "es el momento de mirar hacia delante, el momento en el que todos contribuyamos a fortalecer el prestigio de nuestros jueces y magistrados".
El resto de los partidos mostró su satisfacción por esta decisión.
"Ahora lo que pedimos al Consejo es que se ponga a trabajar para recuperar credibilidad, porque la ha perdido a chorros", declaró a la prensa el líder de la oposición, el socialista Alfredo Pérez Rubalcaba.
El próximo presidente del CGPJ y del Supremo ocupará el cargo solo hasta septiembre de 2013, cuando caduca el mandato del actual Consejo.
"VÍCTIMA DE UNA CAMPAÑA"
Tanto la fiscalía como el Supremo han descartado investigar las acusaciones de que Dívar cargó unos 30.000 euros a fondos públicos para cenas y restaurantes en unos 30 viajes a diversas localidades turísticas, sobre todo la andaluza de Marbella, considerando que las pruebas no eran suficientes y que los integrantes del Consejo no tenían obligación legal de detallar sus gastos. A raíz de la polémica se han establecido nuevos requisitos para una mayor transparencia.
Pero el escándalo desatado en un momento en el que los españoles están teniendo que apretarse el cinturón por las medidas de austeridad del Gobierno para reducir el déficit público fue extendiendo el malestar entre los propios jueces y aumentando la presión sobre Dívar para que dejara el cargo.
Las tres asociaciones de magistrados y 17 jueces decanos, así como varios integrantes del CGPJ, habían pedido la marcha del presidente del Supremo y del Consejo, por el desprestigio y los graves perjuicios causados a la imagen de la Justicia y criticando los viajes por "excesivos, abusivos y frívolos".
Dívar, por su parte, lamentó en una entrevista esta semana el "proceso paralelo" y "la campaña" desatada en su contra e insistió en que no cometió ninguna irregularidad en los pagos de lo viajes.
El pasado sábado, el pleno del Consejo no votó sobre una posible destitución de Dívar después de que éste afirmara que hoy iba a tomar "una decisión contundente", lo que le permitió acudir a los actos del bicentenario del Supremo que se celebraron el lunes.
El Rey, que está tratando de recuperar su imagen pública tras la indignación que causó su cacería a Botsuana en abril, no presidió el acto central, como estaba previsto inicialmente, al acudir a las exequias del príncipe heredero de Arabia Saudí. Fue su hijo, el Príncipe de Asturias, el que encabezó un acto breve y frío, lo que fue interpretado como una señal del aislamiento de Dívar y de su inminente dimisión.
/Por Teresa Larraz Mora/