MÁS AJUSTE EN LA UE, PESE A LAS PROTESTAS
Italia y Portugal anunciaron ayer fuertes recortes para los próximos años; el Parlamento griego terminó de aprobar el plan de austeridad
Viernes 01 de julio de 2011
Elisabetta Piqué
Corrresponsal en Italia
ROMA.- Hace calor, es tiempo de playa, pero en este convulsionado verano de 2011 pocos en Europa pueden permitirse pensar en vacaciones. Con el fantasma de una crisis de deuda al acecho, con Grecia salvada del abismo in extremis, Italia con una gigantesca deuda pública bajo la lupa, Portugal y España en situaciones al borde de la cornisa, la consigna es una sola: apretarse el cinturón.
Pese a las masivas protestas contra el ajuste, de España con los "indignados" a Varsovia, pasando por Londres e Italia, varios gobiernos anunciaran ayer impopulares planes de recorte, considerados la única alternativa en este momento de extrema debilidad para la eurozona.
"Para ser sólido, un país no puede vivir por arriba de sus posibilidades", dijo ayer el premier italiano, Silvio Berlusconi, al anunciar un nuevo plan de ajuste presupuestario que prevé para la altamente endeudada Italia ahorros de 47.000 millones de euros en los próximos tres años. El objetivo es cumplir el compromiso de reducir su déficit presupuestario de 4,6% en 2010 a 0,2% en 2014.
Tal como todo el mundo esperaba, por otra parte, el Parlamento griego sorteó su último obstáculo y aprobó ayer la ley de implementación del nuevo plan de ajuste, exigido por la Unión Europea (UE) y el FMI para desbloquear el quinto tramo de un primer plan de rescate de 110.000 millones de euros anunciado el año pasado. Sin esos fondos (12.000 millones de euros), Grecia se vería obligada a anunciar una cesación de pagos en julio, lo que sumiría a la zona euro en una gravísima crisis.
Los legisladores griegos ya habían aprobado anteayer el plan en su conjunto -que contempla recortes por 28.400 millones de euros y privatizaciones por 50.000 millones entre 2012 y 2015- en medio de violentas protestas en Atenas y una huelga general que paralizó a casi todo el país.
"Hemos librado y ganado una batalla difícil", admitió el primer ministro socialista, Giorgios Papandreu.
En Portugal, otro país bajo la lupa de los mercados, el nuevo primer ministro de centroderecha, Pedro Passos Coelho, también presentó un programa de ahorro "más ambicioso" que el previsto hasta ahora en el plan de rescate de la UE y el FMI. Así, anunció un impuesto extraordinario de 50% sobre el aguinaldo para todos los sueldos superiores al salario mínimo y una aceleración de las privatizaciones.
"Hemos aprendido de los errores del pasado. Seremos rigurosos a la hora de reducir el gasto público", dijo Passos Coelho en su primera intervención en el Parlamento desde que fue elegido, el 5 de junio. "La situación de las cuentas públicas exige mayores sacrificios a los portugueses", agregó, en un discurso que se repite en casi todos los países europeos que se encuentran al borde de la cornisa.
A cambio de un plan de ayuda de 78.000 millones de euros concedido en mayo por la UE y el FMI, Lisboa tendrá que reducir su déficit del 9,1% del PBI el año pasado a 5,9% este año, con un objetivo del 3% en 2013.
Mientras en Gran Bretaña miles de trabajadores se sumaron a la huelga nacional contra los recortes lanzados por el gobierno de David Cameron (ver aparte), unos 80.000 militantes del sindicato Solidaridad se reunieron en Varsovia en vísperas del inicio de la presidencia polaca de la UE, para protestar en contra de la política económica del gobierno de Donald Tusk. "¡Son unos ladrones!", gritaron los manifestantes al pasar por el Parlamento.
En Italia, donde la deuda representa cerca del 120% del PBI, en medio de tensiones en el seno del gobierno, golpeado por dos recientes palizas electorales (en elecciones municipales y en un referéndum), el consejo de ministros le dio luz verde a un plan de recortes que fue considerado "una bomba de tiempo" por la oposición de centroizquierda.
"Se trata de un plan depresivo y de recortes que impide el crecimiento y que deja a Italia con la soga al cuello", denunció Pier Luigi Bersani, del Partido Democrático.
La denominada "maniobra" del gobierno italiano, que deberá ser aprobada por el Parlamento, pretende ahorrar unos 47.000 millones de euros hasta 2014. Prevé recortes de 1500 millones de euros este año, 5500 millones de euros en 2012 y nada menos que de 20.000 millones entre 2013 y 2014. De hecho, se anunciaron recortes de los costos de la política, una drástica reducción de funcionarios del Instituto del Comercio Exterior, ajustes en los presupuestos de los ministerios y de los gobiernos locales, aumento de la edad jubilatoria de las mujeres y una gradual reforma fiscal, entre otras medidas.
"El equilibrio del presupuesto no es un objetivo de contabilidad sino un objetivo político y ético del país", dijo el ministro de Economía, Giulio Tremonti, a quien Berlusconi le agradeció la "gran paciencia" demostrada. Tremonti fue el artífice del durísimo plan de ajuste, que en los últimos días fue objeto de críticas incluso por parte de miembros del oficialismo.
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