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Por el Comité promotor de la campaña #NO GUERRA #NO NATO (NO A LA GUERRA, NO A LA OTAN)
Que Italia quede afuera del sistema de guerra. Poniendo en práctica el artículo 11 de la Constitución.
Como Italia forma parte de la OTAN tiene que destinar al gasto militar un promedio de 52 millones de euros por día, según los datos oficiales de la misma OTAN, cifra que en realidad es superior y que el Instituto Internacional de Estudios para la Paz de Estocolmo cuantifica en 72 millones de euros por día.
Según los compromisos asumidos por el Gobierno en el cuadro de la Alianza el gasto militar italiano tendrá que alcanzar los 100 millones de euros por día. Es un desembolso colosal de dinero público, recortado a los gastos sociales, para una alianza cuya estrategia no es defensiva, como se proclama, sino que es ofensiva.
Ya el 7 de noviembre de 1991, inmediatamente después de la Primera Guerra del Golfo (en la que la OTAN había participado no oficialmente, sino con fuerzas y estructuras) el Consejo Atlántico aprobó el Nuevo Concepto Estratégico (confirmado y oficializado en la cumbre realizada en Washington en abril de 1999) que compromete a los países miembros a realizar operaciones militares en “respuesta a las crisis no previstas por el artículo 5, por fuera del territorio de la Alianza”, por razones de seguridad global, económica, energética y migratoria. De lo que era la alianza comprometía a los países miembros a asistir, incluso con la fuerza armada, al país miembro que hubiera sido atacado en el área nor-atlántica, la OTAN pasó a ser una alianza que contempla la agresión militar.
La nueva estrategia ha sido puesta en práctica con las guerras de Yugoslavia (1994-1995 y 1999), Afganistán (2001-2015), en Libia (2011) y las acciones de desestabilización en Ucrania, en alianza con las fuerzas fascistas locales, y en Siria. El nuevo concepto estratégico viola los principios de la Carta de las Naciones Unidas.
Quedando afuera de la OTAN, Italia se desligaría de esta estrategia de guerra permanente, que viola nuestra Constitución, especialmente el artículo 11, y perjudica nuestros verdaderos intereses nacionales.
Pertenecer a la OTAN priva a la República italiana de la capacidad de tomar decisiones autónomas de política exterior y militar, decididas democráticamente por el Parlamento en base a los principios constitucionales.
El más alto cargo militar de la OTAN, es decir, el de Comandante Supremo aliado en Europa, corresponde siempre a un general estadounidense nombrado por el Presidente de los Estados Unidos. Y también los otros comandos clave de la OTAN han sido confiados a oficiales estadounidenses de alto rango. Por lo tanto la OTAN está de hecho bajo el mando de los Estados Unidos que la usan para sus fines militares, políticos y económicos.
Es decir que pertenecer a la OTAN refuerza la posición de sumisión de Italia frente a los Estados Unidos, representada por las redes de bases militares USA/OTAN en nuestro territorio que ha transformado a nuestro País en una especie de portaaviones estadounidense en el Mediterráneo. De particular gravedad es el hecho que, en algunas de estas bases, hay bombas nucleares estadounidenses e incluso los pilotos italianos son adiestrados para utilizarlas. De esta forma Italia está violando el tratado de “no proliferación nuclear” que ha firmado y ratificado.
Al salir de la OTAN Italia se convertiría en neutral y recuperaría una parte sustancial de su soberanía: de esa manera sería capaz de cumplir la función de puente de paz tanto hacia el Sur como hacia el Este.
(7 de Abril de 2015)
LA PAZ TAMBIÉN NECESITA DE TI
Los primeros en firmar han sido:
GiuliettoChiesa, periodista
Dario Fo, Premio Nobel, autor y actor
Alex Zanotelli, religioso
Jacopo Fo, escritor
Gianni Minà, periodista
Ferdinando Imposimato, magistrado
Giorgio Bongiovanni, director deANTIMAFIADuemila
Vauro, dibujante
Ascanio Celestini, actor
Pino Cabras, director deMegachip
Marcello Foa, periodista
Aldo Giannuli, docente universitario
Antonio Mazzeo, periodista
David Riondino, músico
Gianni Vattimo, filósofo