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reemplazoEl referente de la Iglesia paranaense designó el reemplazo de Tovar y aceptó la renuncia de Dumoulin.
A raíz de las renuncias de los dos párrocos Leonardo Tovar y Francisco Dumoulin, el máximo referente de la Iglesia en Paraná, Juan Alberto Puiggari, debió apurar las designaciones y cambios dentro de la curia capitalina. La crisis por la cual atraviesa la institución eclesiástica paranaense se debe al accionar encubridor de las autoridades y la crítica de párrocos por defender la postura de las víctimas de corrupción de menores en los casos Ilarraz y Moya, denunciados por la REVISTA ANÁLISIS. En lugar de Tovar a San Benito irá José María Zanuttini (proveniente de Hernandarias), mientras que el padre 'Leo' seguirá con sus actividades religiosas en otra provincia de la Argentina. Puiggari, además, le aceptó la renuncia a Dumoulin. De modo inesperado, el arzobispo de Paraná, Juan Alberto Puiggari, dio a conocer durante el período de receso de la curia una serie de cambios en los destinos pastorales de los sacerdotes, los que habitualmente se conocen a principios de marzo, según publicó Entre Ríos Ahora.

Los movimientos, en realidad, están motivados por la crisis profunda que atraviesa a la Iglesia de Paraná luego de las sucesivas renuncias de sacerdotes por serias diferencias con la conducción pastoral de Puiggari. El modo cómo la curia manejó los casos de abuso que involucran a miembros del clero generó una corriente de fuertes críticas hacia Puiggari.

El último sábado de 2015, el arzobispo acudió a un encuentro con fieles en Villaguay, y allí ocurrió lo que menos esperaba: una víctima de abuso y su mamá se pusieron en pie en medio de una reunión y lo acusaron de mentiroso y le reclamaron por la falta de acompañamiento.

En septiembre de 2012, la conducción de Puiggari ha sido puesta frecuentemente en dudas, y sus decisiones han sido fuertemente cuestionadas, y se ha producido, además, una diáspora de curas. La primera fue la renuncia, a finales de ese año, del entonces sacerdote José Carlos Wendler, uno de los impulsores de la denuncia judicial contra el cura Justo José Ilarraz.

La última fue la carta de renuncia del expárroco de Santa Rosa de Lima, de Villaguay, José Francisco Dumoulin, también activo denunciante de Ilarraz en los Tribunales.

Dumoulin renunció y lo hizo mediante una carta pública que dirigió a Puiggari en la que le reprochó la falta de acompañamiento a las víctimas de abusos de los curas Justo José Ilarraz y Marcelino Moya, y la ausencia de postura firme de la Iglesia de condena a esos delitos.

Por otro lado, le dijo en la carta, “te sigo insistiendo en la necesidad de madurar como presbiterio para poder ser auténticos y aclarar muchas situaciones que siguen siendo turbias, con respecto a comportamientos totalmente inapropiados de muchos sacerdotes con doble vida, que tienen mujer, hijos, el problema de la homosexualidad y pedofilia, el uso del poder y del dinero, como así también el problema referente al tema vinculado al fundamentalismo Católico, que sigue estando presente con su modo particular, reductivo y hasta belicoso de entender el seguimiento de Jesús, del cual has sido parte y es una herida no cerrada en nuestra diócesis”, dice el texto de la carta”.

Dumoulin tenía pensado irse a comienzos de febrero, pero un cruce verbal con el arzobispo lo llevó a retirarse antes, en diciembre. Ahora, Puiggari ya decidió que lo reemplace en Villaguay el cura Rafael Micheloud.

Otro que dio un paso al costado por diferencias con Puiggari es el sacerdote de San Benito Abad, Leonardo Tovar, que pidió acogida en la arquidiócesis de Buenos Aires, adonde desembarcará en el Santuario de San Cayetano. Tovar no deja el sacerdocio, pero cambia de jurisdicción, y ha sido también un crítico feroz de Puiggari.

Lo último que dijo fue en forma pública y lo acusó de mentiroso en el caso Ilarraz.

En su lugar en San Benitó irá José María Zanuttini, que deja Hernandarias.

Otro de los cambios alcanza a la Parroquia Santa Ana, de Viale. Allí, irá el sacerdote Walter Fattor.

Antes de que se fueran Dumoulin y Tovar, se había ido, a finales de 2012, otro de los impulsores de la causa Ilarraz, el excura José Carlos Wendler, y este año renunció Gustavo Mendoza, en este caso luego de contar en misa y ante sus fieles, que se había enamorado de una mujer.

Los cambios también incluyen la designación como párroco de San Cayetano del cura Silvio Fariña, el canonista de la curia, que en abril de 2015 había renunciado a la Iglesia Catedral de Paraná por “cansancio” luego de permanecer 15 años en ese lugar.

Fariña investigó, mal, a Ilarraz en 2012 y su investigación fue reprochada en la Justicia por haber dejado a un lado un testimonio clave aquella vez, la del principal acusado. Ahora, tiene la misión de investigar a Moya, pero la causa no avanza.

Quien estaba como párroco de San Cayetano, Miguel Guarascio, irá a la parroquia San Cipriano y San Francisco Javier, en Diamante.

Mientras, Carlos Benavidez fue destinado a la parroquia San Ramón Nonato, en la ciudad de Nogoyá; Sergio Hay, a la parroquia San Agustín; Jorge Cortes, a Nuestra Señora de la Esperanza, en Puerto Las Cuevas; Ariel Gaitán, a Nuestra Señora de la Merced, en Seguí; y Luis Hetze, como Administrador Parroquial de Nuestra Señora de la Merced, en Hernandarias.

Además, Puiggari autorizó “a ausentarse de la diócesis”, a los sacerdotes Sergio Gotte, que irá a Alemania a realizar un Doctorado en Filosofía; Leonardo Tovar, que se traslada a Buenos Aires a completar estudios de Bioética; Omar Bedacarratz, que se muda a la diócesis de Maldonado, en la República Oriental del Uruguay; y le aceptó la renuncia a José Francisco Dumoulin.

http://www.analisisdigital.com.ar/noticias.php?ed=1&di=0&no=229975

 

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