Martín Daneri recordó los abusos de Gustavo Rivas: “Espero que esto sirva para que la gente pierda el miedo”
Martín Daneri contó con detalles escalofriantes los abusos vividos con Rivas.
Martín Daneri, de 55 años, es una de las primeras víctimas de abuso que denunció al abogado de Gualeguaychú, Gustavo Rivas y además de hacerlo en sede judicial dio la cara para contar lo que vivió en esos años.
Pese a que pasaron casi 40 años, recuerda detalles escalofriantes de las situaciones por las que atravesó cuando era un adolescente de 15: “Nos pasaba películas pornográficas en 8 milímetros, hacía que nos excitáramos, nos hacía masturbar en grupo y nos filmaba tanto la cara como el cuerpo entero y hasta el momento de eyacular. Él se desnudaba completamente, se tiraba en la cama y nos medía el miembro erecto de cada uno”. Reconoció que en el momento “lo tomábamos como una travesura” y aseguró que el reconocido abogado a quien definió como “un perverso y un enfermo” “jugaba con la necesidad de los chicos”. “Es un enfermo pero también es imputable porque sabía lo que hacía, podía dirigir sus acciones y comprendía la criminalidad del acto. Por eso su modus operandi era ese: atacaba generalmente a una edad en la que uno no es iniciado sexualmente y para un chico todo es novedad. Es una persona muy inteligente con lo cual no deja de ser un tipo enfermo”, afirmó. En este marco, alentó a otras víctimas a denunciar: “Espero que esto sirva para que la gente pierda el miedo, que den la cara, que se animen y que si fueron víctimas se animen a denunciar”. “A esta altura uno ya no piensa por uno que ya es grande y se puede defender, sino por los sobrinos, los hijos de los amigos, o los alumnos, porque él siguió estando en diferentes instituciones”, advirtió. También le reclamó a Rivas “que plantee su defensa en la Justicia”.
En diálogo con el programa televisivo Fuera de Juego Daneri contó que “la relación comenzó en 1977 cuando Gustavo Rivas era presidente del Club (1976-1982)”. El abogado en ese momento tenía 32 años. “Yo tenía 15 años y pertenecía a un grupo de amigos del Club Neptunia –la mayoría perteneciente al Instituto Pío XII y otros del Colegio Nacional- que formábamos un equipo de vóley. Él se acercaba como lo hacía con muchos grupos de chicos y primero nos invitaba al auto a escuchar música y la primera vez un fin de semana nos llevó a un grupo de siete u ocho chicos a una especie de bulín donde tenía todo acondicionado, con luces de colores y un espejo al costado de una cama grande”, recordó.
Y fue aún más explícito: “Nos pasaba películas pornográficas en 8 mm., hacía que nos excitáramos, nos hacía masturbar en grupo y nos filmaba tanto la cara como el cuerpo entero y hasta el momento de eyacular. Él se desnudaba completamente, se tiraba en la cama y nos medía el miembro erecto de cada uno”. Agregó que en otra oportunidad, en la casa de su madre, Rivas les mostró esa grabación.
Mencionó lo que significa contar estas situaciones ya que Rivas “era presidente del Club Neptunia y su padre, Pablo Daneri conocido por “Pebete”, fue uno de los fundadores del club” “Mi exposición no es gratis, soy de una familia conocida y tengo una actividad conocida en Gualeguaychú, como es el ajedrez además de ser abogado”, afirmó. Vale recordar que Daneri es un reconocido jugador de ajedrez, campeón entrerriano en varias ocasiones y competidor de prestigiosos torneos internacionales.
Brindando detalles precisos de los lugares del club, Daneri rememoró que “en una oportunidad organizó un baile para el Club y con la recaudación nos invitó a un viaje de placer al que fuimos seis amigos en un auto blanco que era de mi familia y eso significaba ir al famoso prostíbulo de Gualeguaychú que se llamaba “La Paraguaya” y él nos financiaba con ese dinero del baile, en lo que para casi todos fue la iniciación sexual”.
“Después que tenía las filmaciones y ese conocimiento de las personas elegía a sus favoritos: les prestaba el auto o los llevaba en el famoso barco que tenía. Por suerte yo no fui elegido, o quizás porque era amigo de mi padre y tenía una asidua visita a mi casa por el tema del club. Además de mis experiencias escuché muchísimas otras cosas que pasaban con otros chicos”, señaló.
En otras de las tremendas anécdotas también contó que “eran muy conocidos los partidos de básquet y recuerdo que entre 1980 y 1982, cuando los partidos eran entre Club Central Entrerriano y Neptunia, la barra de Central le hacía todos los cánticos de la hinchada relacionados con el crucero del amor y otras chanzas sobre un hombrecito que se deja comer”,
Al analizar lo ocurrido, afirmó: “Lo tomábamos como una travesura, en el año 1977 o 1978 en plena dictadura militar y conseguir o ver una película pornográfica era algo impensable y mucho menos ser financiados para ir a una prostituta a esa edad”.
“Nunca lo hablé con mi padre, se hubiese puesto muy mal. Realmente él no sabía y lamento hoy no haberlo hablado con mi hermano mayor que era médico, que tenía la misma edad de Rivas y que lógicamente debió haber sabido. Uno siente una cierta vergüenza y un silencio. Sí lo hablé con los amigos con los que compartí esas experiencias”, afirmó.
“Hubo otros grupos de chicos que sabíamos que estaban filmados. Pasó casi toda la sociedad media que frecuentaba los clubes, y después se sabe que amplió el espectro buscando chicos en otros lados, de clases sociales más bajas y a los que intentaba ayudar económicamente. Nosotros teníamos estudios y no teníamos demasiados problemas, y más allá de alguna ocasión no nos tentó con dinero porque no era algo que tuviéramos como una necesidad. Él captaba las necesidades de cada uno. Y una vez que tenía el paneo del grupo elegía a uno como favorito”, refirió.
También admitió que en todos estos años se cruzó muchas veces en la ciudad con Rivas pero nunca dijo nada respecto de estas cuestiones. “Lo he cruzado en Tribunales muchas veces y hemos hablado, pero esto es un secreto a voces y muchas de sus víctimas deambulan por un montón de lugares sociales. Entre sus víctimas hay gente de casi todas las profesiones”, apuntó.
Consultado por la situación tras la aparición del informe periodístico, Daneri afirmó: “Estos días viví bastante nervioso pero no por mí o por lo que yo pudiera decir sino porque tuve que informar a mi familia, a mis hermanos y sobrinos principalmente, porque tengo una familia muy grande”. “El dolor que a ellos les causa es lo que me preocupa, por el hecho de que yo pasara por eso en una etapa tan joven y que ellos no supieran, porque soy el más chico de cinco hermanos y sigo siendo el hermanito menor”, señaló.
“A esta altura uno ya no piensa por uno que ya es grande y se puede defender, sino por los sobrinos, los hijos de los amigos, o los alumnos, porque él siguió estando en diferentes instituciones”, agregó.
En cuanto a la defensa de Rivas, opinó que “va a defenderse con cara de póker y con su perversidad; porque es un perverso y un enfermo pero también es imputable porque sabía lo que hacía, podía dirigir sus acciones y comprendía la criminalidad del acto”. “Por eso su modus operandi era ese: atacaba generalmente a una edad en la que uno no es iniciado sexualmente y para un chico es todo novedad y se tiene mucha curiosidad. Jugaba con la necesidad de los chicos, es una persona muy inteligente, tiene una memoria de las pocas que he visto en mi vida. Es muy inteligente con lo cual no deja de ser un tipo enfermo”, analizó.
“Todas las cuestiones que tenga en su defensa que las plantee ante la Justicia; hoy estoy dando mi testimonio como una víctima, no soy cómplice. Y sería muy injusto que además de haber sido una víctima hace 40 años lo vuelva a ser ahora por haber denunciado. Es muy duro tener que declarar este tipo de cosas por las personas que a uno lo rodean”, advirtió.
Finalmente, manifestó su confianza en la investigación judicial: “Están los especialistas, psicólogos, psiquiatras, jueces, fiscales que van a llevar la cuestión técnica y a él y a su defensor les digo que se deriven a la cuestión técnica” y alentó a otras víctimas: “Espero que esto sirva para que la gente pierda el miedo, que den la cara, que se animen y que si fueron víctimas se animen a denunciar”.
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