2011: LAS MUJERES Y LOS NIÑOS, "EL BLANCO" DE LOS CRÍMENES29/12/11
La muerte de Wanda Taddei, quien fuera pareja del ex baterista de Callejeros, abrió el debate sobre la importancia de denunciar la violencia de género.
El caso de Candela Rodríguez, la niña de 11 años que fue secuestrada en la esquina de su casa como parte de un ajuste de cuentas para su familia, fue otro de los más resonantes.
Wanda y Candela
El caso de Candela Rodríguez, la niña de 11 años que fue secuestrada una tarde de agosto en la esquina de su casa, abrió la puerta a la sociedad para conocer una drástica manera de cobrarse deudas y venganzas: con los chicos.
Después de Candela vino Tomás Dameno Santillán, el niño de 9 años asesinado en Lincoln, crimen por el que está acusado su ex padrastro, y Gastón Bustamante, el chico de Miramar que apareció ahorcado con una media de nylon cuando alguien entró a robar a su casa y lo sorprendió de casualidad.
Más allá de cada historia familiar y circunstancias, estas noticias sirvieron para exponer que matar niños es una forma alternativa de femicidio, porque se usa a los menores para atacar a sus madres.
En el caso de Tomás se vio claramente. Tras su muerte se supo que otros 16 chicos habían muerto en todo el país en episodios similares.
El tema Candela, sin embargo, trajo además otro sinsabor: tras la angustiosa espera de la aparición de una nena secuestrada, que podía ser cualquiera, su caso se convirtió en la certeza de que la mafia entre delincuentes ha perdido los códigos.
Los conmovedores crímenes de niños se mezclaron con la seguidilla de ataques a mujeres que mostraron una triste estadística: en la Argentina matan a una mujer cada 28 horas.
Esos ataques tuvieron su máxima expresión con el cuádruple crimen de La Plata: allí, al parecer por celos, fueron acuchilladas y apaleadas una joven, junto su madre, su hija y una amiga.
Casualidad o no, ese caso sucedido en La Plata en la noche del 28 de noviembre trajo irremediablemente a la memoria la matanza que protagonizó el odontólogo Ricardo Barreda, quien este año, tras una serie de tiras y aflojes judiciales, recuperó la libertad porque se entendió que su condena a perpetua estaba cumplida.
El año de la agenda policial, sin embargo, no comenzó con la libertad de Barreda, discutida desde enero, sino -precisamente- con un mega-robo a las cajas de seguridad del Banco Provincia, en el barrio de Belgrano.
Con astucia y recursos, los boqueteros pasaron la noche del 31 de diciembre de 2010 cavando un túnel de 25 metros, entre las cajas de seguridad del banco y un local próximo, por el cual salieron tranquilos con bolsas negras portando un millonario tesoro.
La desfachatez de ese robo solo se equiparó con la impunidad con la que se manejaron tres hijos de ex jefes de la Fuerza Aérea para salir del país con casi una tonelada de droga a España. A la misma hora en que los boqueteros contaban el dinero, un avión Challenger 604 salido del aeropuerto de Morón cruzaba el océano Atlántico con 944,5 kilos de cocaína prensada en panes.
Por el caso quedaron presos en España los hermanos Eduardo y Gustavo Juliá -hijos de José Juliá, ex jefe de la Fuerza Aérea en el menemismo- y Gastón Miret -hijo del brigadier José Miret-, en medio de un papelón oficial que pretendió en las primeras horas asegurar que la droga no había sido embarcada en la Argentina.
Aunque esa tonelada logró cruzar la frontera, este año hubo un "record" de decomisos de cocaína, marihuana y paco; más allá de los resultados positivos de operativos, los datos muestran la cantidad de droga que circula y se consume en el país.
A mediados de año, la sociedad también se vio conmovida y se reavivó la polémica por el accionar policial: en medio de los festejos del Día del Amigo, un joven trabajador recibió un balazo en la cabeza cuando cruzaba una avenida, cerca de la Casa de Gobierno, que se le disparó a un agente de la Policía Federal.
Los asesinatos por intentos de asalto, los ataques de la llamada "mafia china" y la muerte de policías en enfrentamientos sumaron más víctimas a las estadísticas de sangre.
Además, el asesinato del ex agente de la policía chilena Enrique Arancibia Clavel volvió a dejar al descubierto los crímenes cometidos por taxi-boys, como variante de la inseguridad. Las salideras bancarias y los ataques de "motochorros" también dejaron también su huella durante todo el año. Hasta la propia presidenta Cristina Fernández de Kirchner fue indirecta víctima de esos ataques, cuando, según la denuncia, ladrones en moto se robaron 68 mil dólares y 17 mil euros que llevaba un funcionario y que estaban destinados a viáticos en un viaje oficial a Medio Oriente.
Las crónicas policiales se llenaron también de sentencias -en algunos casos cuestionadas- para episodios resonantes. Por ejemplo, la absolución de Lucila Frend por el crimen de su amiga Solange Grabenheimer y la condena e inmediata detención de los familiares y amigos de María Marta García Belsunce por encubrimiento de homicidio, que tuvieron como foco los tribunales de San Isidro.
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