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52laninaSE REPITE PATRÓN EVOLUTIVO DE TRES TEMPORADAS CONSECUTIVAS
Fecha Publicación: Jueves, 12 de Enero de 2012
Las lluvias de octubre y la primera quincena de noviembre fueron abundantes. En cambio, las precipitaciones de la segunda quincena de noviembre y la mayor parte de diciembre fueron escasas.
El informe climático mensual de la Bolsa de Cereales porteña advirtió que se repite el patrón evolutivo de tres temporadas consecutivas del fenómeno climático “La Niña”, que parece haberse instalado con el inicio del nuevo siglo.
La secuencia es:
1. Un “El Niño” fuerte (2006/2007 y 2009/2010).
2. Una primera “La Niña” (2007/2008 y 2010/2011) que, por tener un antecedente del signo contrario, no llega a manifestarse en forma completa.
3. Una segunda “La Niña” (2008/2009 y 2011/2012) que, por tener un antecedente del mismo signo, se potencia significativamente.
Durante la primera parte de la primavera, la intensidad de “La Niña” fue moderada por la persistencia de un amplio foco con aguas cálidas, ubicado en el Atlántico, que actúa como factor compensador y mejora el aporte de humedad hacia el interior del Continente Sudamericano.
Gracias a esta característica, las lluvias de octubre y la primera quincena de noviembre fueron abundantes, lo que permitió una buena implantación y arranque de los cultivos de verano, generando una sensación de optimismo entre los productores y técnicos.
Pero, tal como es normal en la mayoría de los episodios de “La Niña”, las precipitaciones de la segunda quincena de noviembre y la mayor parte de diciembre fueron escasas, “siendo acompañadas por fuertes calores, que provocaron una elevada evapotranspiración, consumiendo las reservas de humedad en la mayor parte del área agrícola nacional”, según el análisis del experto en agro clima, Eduardo Sierra.
Esta evolución reavivó el temor de que pudiera repetirse un impacto negativo como el registrado en la campaña 2008/2009, lo que generó una sensación de alarma en gran parte del sector agropecuario argentino.
“Sin embargo, cabe reiterar que esta evolución se repite en la mayoría de los episodios de ’La Niña’, haciendo que el verano comience con los suelos desprovistos de humedad, lo cual pone a los cultivos estivales en una situación de extrema dependencia con respecto a las lluvias de enero y febrero”, expresó.
En la mayor parte de los episodios de “La Niña”, a partir de mediados de enero comienzan a producirse precipitaciones, que reponen las reservas de humedad de los suelos, lo que permite que los lotes de cultivos se recuperen y se llegue a un resultado productivo que, aunque no suele alcanzar una cifra récord, es suficiente para obtener una adecuada rentabilidad.
Los 20 años transcurridos entre los episodios catastróficos de 1988/1989 y 2008/2009 hacen pensar que se trata de un tipo de evento que se repite sólo cada 20 años, por lo que, desde el punto de vista estadístico, “la probabilidad de que pueda repetirse en la campaña 2011/2012, sólo tres años después del anterior, parece muy baja”.
En cambio, desde el punto de vista físico, los cambios operados en el clima durante el último medio siglo, hacen temer que la fase húmeda, experimentada por el clima sudamericano desde mediados de la década de 1970 hasta finales de la década de 1990, “está llegando a su fin”.
“Dando paso a un estado climático menos favorable, que recuerda la nutrida sucesión de sequías observadas desde finales de la década de 1920 hasta mediados de la década de 1950”, sostuvo Sierra.
Paralelamente, “parece estarse produciendo una acentuación del régimen térmico, observándose una marcada alternancia entre prolongados lapsos cálidos, con temperaturas máximas muy elevadas, que causan un fuerte consumo de humedad, y cortas pero muy vigorosas irrupciones de aire polar, que producen heladas muy tempranas y muy tardías.
No obstante, el desarrollo de “La Niña” 2011/2012 muestra algunas diferencias substanciales con respecto a “La Niña” 2008/2009.
“La Niña” 2008/2009 tuvo características continentales y afectó negativamente a regiones que usualmente no responden a su influencia, por lo que causó problemas de consideración en la mayor parte del área agrícola de Sudamérica.
Por su parte, el episodio 2011/2012 registra un desarrollo mucho más típico del fenómeno de “La Niña”, “afectando positivamente a ciertas zonas y negativamente a otras”.

http://www.el-litoral.com.ar/leer_noticia.asp?IdNoticia=183624

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