por Manlio Dinucci
La OTAN realiza en este momento importantes ejercicios de guerra submarina, de los que nadie habla. Se trata, en efecto, de preparativos que auguran nuevas guerras imperiales.
23 DE MARZO DE 2017
El 12 de marzo comenzó, frente a las costas de Sicilia, el ejercicio naval de la OTAN Dynamic Manta con la participación, hasta el 24 de marzo, de unidades navales de Estados Unidos, Canadá, Italia, Francia, España, Grecia y Turquía.
Como punta de lanza de las 16 unidades navales implicadas en ese ejercicio aparece el submarino nuclear estadounidense de ataque rápido USS California (SSN-781). Armado con torpedos y crucero de ataque contra objetivos terrestres, este sumergible es parte de la Task Force 69, a cargo de las operaciones estadounidenses de guerra submarina en Europa y África.
Además de ese submarino de ataque, la US Navy participa en ese ejercicio con el destroyer lanzamisiles USS Porter y varios aviones de patrulla, con la estación MUOS de Niscemi y la base aeronaval de Sigonella [ambas en suelo italiano].
Dynamic Manta 2017 se desarrolla en el área del Mando de la Fuerza Conjunta Aliada –cuyo cuartel general está en Lago Patria, Nápoles–, bajo las órdenes de la almiranta estadounidense Michelle Howard, que también tiene bajo su mando las fuerzas navales estadounidenses en Europa y las fuerzas navales estadounidenses destinadas a operar en África.
Italia, además de participar en el ejercicio con sus propias unidades navales, también desempeña lo que el contralmirante [italiano] De Felice define como un «papel fundamental» porque aporta todo el apoyo logístico. Particularmente importante resulta Augusta, en Siracusa, «punto estratégico ya que garantiza el aprovisionamiento en combustible, municiones y soporte para las unidades navales que vienen incluso de países que están incluso más allá del Atlántico». Es también esencial el puerto de Catania, disponible para recibir al menos 9 naves de guerra.
Simultáneamente, están desarrollándose desde febrero ejercicios de tiro real de las fuerzas especiales estadounidenses en el polígono de tiro marítimo de Pachino, en Siracusa. Esa zona fue oficialmente concedida para «uso exclusivo de Estados Unidos», mediante un acuerdo suscrito con el Pentágono en abril de 2006, en tiempos del gobierno Berlusconi III.
Ese mismo acuerdo concede a Estados Unidos, dentro de la base de Sigonella, el uso exclusivo de una zona para su estación aeronaval y de otra zona en NIscemi para el centro de transmisiones radionavales y la estación terrestre del sistema MUOS. Dentro de esas zona, según estipula el acuerdo, «el comandate estadounidense tiene plena autoridad militar sobre el personal, el equipamiento y las operaciones estadounidenses» y su único compromiso consiste en «notificar por anticipado al comandante italiano todas las actividades estadounidenses significativas».
En cuanto a los gastos de la estación aeronaval estadounidense, el mencionado acuerdo estipula que Estados Unidos financia solamente la Nas I –la zona administrativa y la zona de vida– mientras que la Nas II –que es la zona de servicios operativos y por tanto la más costosa– la financia la OTAN, o sea… Italia.
La situación de Sicilia, representativa de la situación [de Italia], será uno de los temas centrales de la movilización del 25 de marzo de 2017, a realizarse el día siguiente de la conclusión de Dynamic Manta. Resulta imposible aspirar a liberarse de los poderes representados por la Unión Europea sin liberarse de la dominación y la influencia que Estados Unidos ejerce sobre Europa, tanto directamente como a través de la OTAN. En este momento, 22 de los 28 países de la Unión Europea, con más del 90% de la población de la Unión, son miembros de la OTAN, reconocida por la UE como «base de la Defensa Colectiva».
La OTAN, bajo el mando de Estados Unidos, está preparando nuevas guerras, después de haber desatado las de Yugoslavia (1999), Afganistán (2001), Irak (2003), Libia (2011), Siria (desde 2011) y la de Ucrania (desde 2014). Eso se confirma con el ejercicio Dynamic Manta, que seguramente sirvió también para poner a prueba las capacidades de ataque nuclear en condiciones de guerra submarina. Pero esa noticia quedó sumergida y atrapada en las mallas de las grandes redes de «información».
Manlio Dinucci
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