El Chapo y otros capos denuncian por carta el trato “inhumano” en la cárcel
No hay sitio más seguro en México. Ni más peligroso. En los 27.900 metros cuadrados que ocupa el presidio de El Altiplano, se concentra el averno del crimen. Hombres que torturaron, desmembraron y decapitaron a inocentes; que corrompieron a jueces y generales y socavaron la ley. Enemigos irreconciliables cuyos nombres forman la leyenda oscura del narcotráfico como Joaquín Guzmán Loera, El Chapo; el despiadado Edgar Valdez Villarreal, La Barbie; Héctor Beltrán Leyva, El H, o Miguel Ángel Félix Gallardo, El Padrino, el padre de los grandes narcos. Todos han suscrito una carta de protesta ante la Comisión Nacional de Derechos Humanos mexicana (CNDH) por lo que consideran “indignas e inhumanas” las condiciones de vida en el penal de máxima seguridad.