15 DE JULIO DE 2016
PANORAMA INTERNACIONAL
La matanza de Niza se inscribe en un cuadro más amplio de dificultad de las grandes potencias y sus socios regionales para enfrentar amenazas complejas y coordinar intereses estratégicos. No todo es lo que parece.
El desafío terrorista de esta etapa se estructura alrededor de un elemento básico: no es lo central donde golpea, sino el punto en el cual se origina la amenaza. Como no se trata de un ejército sino de una sombra vidriosa, no es posible repelerlo con escudos de defensa o calcular sus movimientos y los de sus comandos. Nada de eso. El tema único es actuar sobre la razón que hace posible este desmadre y alterarla.
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