PERFIL DE LA VICTIMA DE TRATA: MADRE SOLTERA, JOVEN Y CON POCA EDUCACION
Según un estudio hecho por la Fiscalía, la mayoría de las víctimas de trata internacional de personas son captadas por alguien de su comunidad, generalmente una mujer, en Caaguazú, Alto Paraná o Itapúa.
La trata internacional de personas es un flagelo que en Paraguay prefiere a sus víctimas con poca educación, jóvenes y con hijos que alimentar. Así lo determina un estudio hecho por el Ministerio Público a partir de las historias de 83 personas que fueron llevadas del país a distintos puntos del mundo para ser explotadas laboral o sexualmente. Se trata de una investigación que abarca los casos ingresados entre el 2010 y el 2011 en la Fiscalía de Lucha Contra la Trata de Personas, a cargo de las fiscalas Teresa Martínez y María Isabel Arnold, y que solo involucran a personas que fueron llevadas al exterior. Hoy en día, la ley ya sanciona la trata que se da dentro del país.
Los relatos fueron recolectados por las psicólogas que entrevistaron a las víctimas y en los distintos procesos penales que llevó adelante la Fiscalía.
De estas 83 víctimas, 43 son mujeres que fueron llevadas fuera del país para ser explotadas sexualmente. El resto de las personas -27 hombres y 13 mujeres- fueron trasladadas a Chile para ser explotadas laboralmente. Desde su creación en el 2008, la citada unidad fiscal no registró ni un hombre que haya sido víctima de trata de personas con fines de explotación sexual.

EDUCACIÓN Y FAMILIA. Según contaron, la mayoría de las víctimas vivían en sus comunidades en situación de pobreza y pobreza extrema.
También dijeron cuáles eran sus niveles de instrucción: 22 de ellas solo terminaron el nivel primario y 40 no lo hicieron. Seis llegaron a culminar el bachillerato y nueve no lo lograron. Solo dos llegaron a ir a la universidad, pero no terminaron sus estudios. Una de las víctimas es analfabeta y tres no sabían cuál era su nivel de instrucción.
Asimismo, se menciona cuál es la composición familiar de 48 de estas personas. Los otros 35 no proveyeron datos al respecto. Unos 39 contaron que tenían entre 5 y 14 hermanos y otros 9 tenían entre 1 y 4 hermanos.
Por otro lado, 35 mujeres de las 83 personas que componen el estudio dijeron ser madres solteras. Esto representa el 42 por ciento del total de víctimas.
El informe resalta que este es un factor preponderante dentro del proceso de captación. Las mujeres solteras con hijos o que tienen a su cargo la manutención de sus hermanos son "especialmente vulnerables para la trata", indica.
Con respecto a la edad, el trabajo menciona que las mujeres víctimas de explotación sexual están entre las edades de 14 a 40 años, mientras que los hombres y mujeres que fueron explotados laboralmente en Chile tienen entre 17 a 55 años.
DESTINO Y CAPTADORES. El principal destino de las mujeres captadas en Paraguay para la explotación sexual es Argentina. De hecho, un estudio del Ministerio Público de Argentina señala que el 36 por ciento de las víctimas de trata rescatadas en el vecino país son paraguayas.
El otro principal destino de las paraguayas que salen del país para ser prostituidas es España. Un informe de la organización Española Apramp señala que en el 2010 hubo 142 víctimas paraguayas en España. No obstante, también se registraron casos en Chile, Bolivia, Brasil, Italia, Corea del Sur, Japón, Marruecos y Sudáfrica.
Para formular un perfil de las personas que captan a las víctimas de trata, la Fiscalía extrajo información de 54 procesos que terminaron con condenas a un total de 58 captadores, de los cuales solo el 22 por ciento eran hombres y el 78 por ciento mujeres.
Si bien generalmente son mujeres las que captan a las víctimas, los hombres son quienes se encargan de la documentación, los pasajes y los medios para el traslado al exterior. "Quien tiene el dominio, los vínculos y el poder económico en los casos relevados es de sexo masculino", dice el estudio de la Fiscalía.
Casi todas las víctimas explotadas sexualmente afirmaron que fueron engañadas con una propuesta laboral para desempeñarse como empleada doméstica, costurera, mesera, entre otros trabajos.
Por último, el estudio señala que los captadores son de la misma comunidad de las víctimas. Agrega que esto les permite saber sobre las condiciones de vida de las mujeres y sus familias.
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