SECRETO Y TRASLADO, PASOS DE LA IGLESIA ANTE LOS CASOS DE ABUSO
El crimen sollicitationis refleja una estrategia de la Santa Sede para que los curas pedófilos no sean condenados ni perseguidos. El actual papa Benedicto XVI fue quien trabajó en esa norma
Medios como la BBC acusaron al Papa por no hacer nada. (Foto: Télam)
Cuando un sacerdote está sospechado de abusar de menores, las autoridades de la Iglesia Católica inmediatamente lo trasladan de ciudad y trabajan para mantener el caso oculto, de la comunidad y de las familias de los abusados. En los casos denunciados, el común denominador es la falta de acompañamiento a las víctimas.
Este procedimiento pergeñado por la curia tiene como fin debilitar a la víctima y ganar tiempo para lograr la prescripción del hecho. En la actualidad, hay siete sacerdotes requeridos por la Justicia de Estados Unidos, que están viviendo en el Vaticano. Un documental de la BBC tras los abusos sexuales en ese país e Irlanda habla de un mecanismo muy bien aceitado que tiene como fin proteger la institución.
El accionar de las autoridades eclesiásticas de Paraná, tras las denuncias de seminaristas contra Justo José Ilarraz por abuso sexual en 1993, es idéntico al que tomaron los obispos en Estados Unidos e Irlanda. Primero sacarlo de la ciudad, en el caso Ilarraz viajó a Roma a estudiar y luego viajó a Tucumán. Segundo, iniciar una investigación diocesana y tercero mantener oculto el caso.
Si bien Ilarraz está siendo investigado y la Justicia civil deberá demostrar su culpabilidad, el Arzobispado de Paraná, 20 años después, en su primer comunicado reconoció que el sacerdote había sido denunciado internamente por delitos sexuales, pero utilizó la frase “faltas graves”.
Un sacerdote consultado por UNO indicó que “Estanislao Karlic –hoy recluido en el Vaticano– y Juan Alberto Puiggari actuaron como dice la Santa Sede; lo importante es cuidar la imagen de la institución ante los feligreses; acá está muy claro”. El hombre no da su nombre porque aclara que “cuando el caso no esté más en los medios de comunicación, toda la ira recaerá sobre los que hablamos, ya sea con la prensa o en la Justicia”.
La línea oficial del Vaticano, es que el código sobre delitos sexuales es solo para uso interno y no para colaborar con la Justicia. Al dato lo informaron los fiscales norteamericanos que en 2002 recibieron una catarata de denuncias contra curas, que en muchos casos reconocieron el delito.
“La Iglesia no tiene política de protección para menores, sí para los curas, debido a que lo único que importa es cuidar la institución”, repitió el sacerdote.
Brasil, el país con más católicos en el mundo, ha tenido casos de abusos sexuales, en especial en las zonas pobres. “Es habitual que la comunidad se enfade con los denunciantes y les den la espalda para que retiren la denuncia”, explica el cura. Las palabras del sacerdote dejan en claro que existe una cultura del secretismo en la Iglesia y que el miedo al escándalo la llevó a poner su interés personal por sobre la seguridad de los niños.
El “Crimen Sollicitationis” es un informe formulado desde el Vaticano con la finalidad de exigir a sus clérigos el camino a seguir ante un caso de violación sexual en el que se vea involucrado alguno de sus curas u obispos. La finalidad es que no salte el escándalo, que no se vea involucrada la iglesia en estos casos tan horrorosos.
Obligación de guardar silencio
El “Crimen Sollicitationis” refleja una estrategia muy discutida de la Iglesia mantenida durante casi todo el siglo XX respecto a los abusos sexuales. Para algunas personas es un indicativo de la política de ámbito mundial, de absoluto silencio y control de todos los casos de abusos sexuales realizados por clérigos. Es decir, una política explícita y escrita para cubrir los casos de abusos sexuales a menores cometidos por clérigos, para castigar a aquellos que intenten llamar la atención sobre esos delitos, cometidos por hombres de la Iglesia. Se ha señalado que en ningún caso el documento que resume el proceder frente al “Crimen sollicitationis” menciona proporcionar ayudar a las víctimas, aunque insiste en amedrentar y castigarlas, por discutir o revelar lo ocurrido (iuramentum de secreto servando ‘juramento de preservar el secreto’).
Medios americanos
Tras conocerse los casos de abuso en Boston, Estados Unidos, se detectó que “la Iglesia había optado por trasladar discretamente a algunos sacerdotes sospechosos a otras parroquias, sin investigar debidamente el trasfondo de las acusaciones, por lo que la institución llegó a recibir críticas de encubrimiento sistemático”. Algunos de los sacerdotes denunciados fueron condenados, cumplieron condena y siguen siendo sacerdotes, pero en otros países.
Los casos más emblemáticos son los de sacerdotes que cumplieron penas de prisión efectiva en EE.UU. y hoy siguen como curas en Brasil e Irlanda.
http://www.unoentrerios.com.ar/laprovincia/Secreto-y-traslado-pasos-de-la-Iglesia-ante-los-casos-de-abuso-20121026-0004.html