POLÉMICA TRAS UNA EJECUCIÓN EN EE.UU.Viernes 23 de septiembre de 2011 | Publicado en edición impresa
Ola de críticas
La muerte de Davis reabrió el debate
WASHINGTON.- El debate sobre la pena de muerte se intensificó ayer en Estados Unidos, tras la ejecución, anteanoche, de Troy Davis, un negro condenado por matar a un policía blanco en el estado Georgia, quien cinco minutos antes de recibir la inyección letal volvió a declararse inocente.
"Si uno de nuestros ciudadanos puede ser ejecutado con tantas dudas en torno a su culpabilidad, entonces el sistema de pena de muerte en nuestro país es injusto y obsoleto", afirmó ayer el ex presidente Jimmy Carter, que había adherido a la amplia campaña de movilización para evitar la ejecución de Davis.
Davis, de 42 años, fue condenado en 1991 por el homicidio del policía Mark MacPhail, en Savannah, ocurrido en 1989. Las pruebas balísticas usadas en su contra son hoy de dudosa credibilidad, y siete de las nueve personas que testificaron en su contra cambiaron sus declaraciones.
El caso suscitó una intensa movilización internacional y solicitudes de clemencia de personalidades desde Carter hasta el papa Benedicto XVI, además de un millón de firmantes de peticiones de todo el planeta.
Pero ni los llamamientos del exterior ni las protestas de los grupos de derechos civiles y las vigilias de opositores a la pena capital en Estados Unidos lograron convencer a los tribunales de Georgia o conmover al Tribunal Supremo del país, que rechazó el pedido de suspensión de la ejecución de Davis.
Anteanoche, a las 23.08 (hora local), en la prisión Diagnostic de Jackson, en Georgia, Davis fue atado a una camilla y le inyectaron una mezcla letal.
La pena de muerte aún no ha sido abolida en 34 de los 50 estados del país, en 12 de los cuales todavía es aplicada.
La prensa norteamericana, que generalmente no da gran cobertura a estas ejecuciones, dedicó un amplio espacio al caso, y The New York Times denunció un error judicial trágico. La Unión Europea deploró la ejecución y recordó que la "abolición de la pena capital es el único modo de respetar la dignidad humana".
Davis, de 42 años, fue condenado en 1991 por el homicidio del policía Mark MacPhail, en Savannah, ocurrido en 1989. Las pruebas balísticas usadas en su contra son hoy de dudosa credibilidad, y siete de las nueve personas que testificaron en su contra cambiaron sus declaraciones.
El caso suscitó una intensa movilización internacional y solicitudes de clemencia de personalidades desde Carter hasta el papa Benedicto XVI, además de un millón de firmantes de peticiones de todo el planeta.
Pero ni los llamamientos del exterior ni las protestas de los grupos de derechos civiles y las vigilias de opositores a la pena capital en Estados Unidos lograron convencer a los tribunales de Georgia o conmover al Tribunal Supremo del país, que rechazó el pedido de suspensión de la ejecución de Davis.
Anteanoche, a las 23.08 (hora local), en la prisión Diagnostic de Jackson, en Georgia, Davis fue atado a una camilla y le inyectaron una mezcla letal.
La pena de muerte aún no ha sido abolida en 34 de los 50 estados del país, en 12 de los cuales todavía es aplicada.
La prensa norteamericana, que generalmente no da gran cobertura a estas ejecuciones, dedicó un amplio espacio al caso, y The New York Times denunció un error judicial trágico. La Unión Europea deploró la ejecución y recordó que la "abolición de la pena capital es el único modo de respetar la dignidad humana".
http://www.lanacion.com.ar/1408459-polemica-tras-una-ejecucion-en-eeuu