Por Nicolás Pereiro y Daiana Carracedo de Our Voice Ushuaia-28 de mayo de 2019
Micaela García fue una militante del Movimiento Evita que fue violada y asesinada a la salida de un boliche en Gualeguay en 2017 (Entre Ríos) por un hombre que ya tenía antecedentes de ataques sexuales. La noticia del crimen de Micaela, luego de siete días de intensa búsqueda, en abril de 2017, generó una fuerte conmoción a nivel nacional ya que la joven participaba activamente del movimiento Ni Una Menos y militaba en el Movimiento Evita. Por el femicidio fue condenado a prisión perpetua Sebastián Wagner, de 30 años.
-Nos encontramos con Néstor García, el padre de Micaela. La ley Micaela tiene un punto de inflexión importante en Argentina. ¿Qué apoyo tiene esta ley por el gobierno?
-Esperemos que sí. Lo que hay en concreto, para sorpresa nuestra, es que de los tres poderes del estado que están obligados por la ley, el poder judicial fue el primero que empezó a tomar acciones concretas. No tengo noticias de que el poder legislativo y ejecutivo esté haciendo lo que tiene que hacer. El 10 de julio se vencen los 5 meses que fija la ley. Para esa fecha todos los organismos nacionales tienen que tener su programa de capacitación. Por lo menos no ha transcendido públicamente que esto esté sucediendo ni en el poder ejecutivo ni en el legislativo, si en el judicial. El 10 de enero de 2020 ya tienen que empezar todos los organismos del estado con la capacitación en concreto. Esperemos que en estos 2 meses que quedan todos los organismos completen su programa.
-Nos encontramos justamente presentando un libro de Adolfo Pérez Esquivel. Tuvo unas palabras realmente emotivas. ¿Qué sentimiento tiene con esto de utilizar la ira para seguir hacia adelante?
-Yo no sé si realmente en algún momento tuvimos ira. Pero si desde el primer momento, menos de una hora había pasado de que nos habían avisado que encontraron a Micaela sin vida, nos comprometimos a construir dentro del marco institucional el país que Micaela soñó. Nos empezamos a abocar en eso. Creo que la ley Micaela es parte de ese proceso. Tenemos mucha esperanza, sabemos que no es todo. Es un paso muy importante. La ley Micaela es capacitación. Nosotros no vamos a ver los cambios ya, porque la capacitación logra cambios culturales. Y se necesita tiempo para que esos cambios culturales ocurran.
-¿Cómo era Micaela? ¿Qué país quería?
-Quería un país como lo describió hoy Adolfo. Donde no haya excluidos, que todos seamos parte. Donde el sistema no exilie, utilizando la palabra de Adolfo. Donde los que no tienen nada empiecen a tener cosas que los otros tienen mucho. Hay pocos que tienen mucho, y muchos que no tienen nada. Micaela quería romper eso, era rebelde. Como decía Adolfo ella permanentemente quería torcer la realidad. Con alegría militaba y con esa alegría quería transformar la realidad para los que no tienen nada. Iba al barrio, militaba. Mantenía un merendero. Pero también estaba involucrada políticamente porque estaba convencida que la realidad la cambiaba la política. Unía todas esas cosas. Nosotros tenemos mucho orgullo por Micaela y creo que la sociedad también lo tiene. Se la recuerda a Micaela por la forma en la que ella eligió vivir. Por la forma en la que quería transformar la sociedad. Y no tanto por la forma en que la asesinaron.
-Y gracias a ustedes ese nombre no se va a olvidar nunca.
-Creo que gracias a ella. Gracias.
----------
Queda claro que todavía falta un gran apoyo del Estado para resolver una problemática que hoy cada día se hace más visible. Pero se hace visible porque mujeres y adolescentes siguen siendo asesinadas.
¿Por qué debemos esperar un desenlace fatal para tomar conciencia? Es la pregunta que como sociedad debemos hacernos. Y más aún ¿Porqué no actuamos hasta que no nos toca de cerca?
Creo que a la par que exigimos a nuestros gobernantes leyes, debemos buscar dentro de nosotros ese sentimiento de justicia que estas grandes mujeres tienen y defienden
--------------
*Foto de Portada: Movimiento Our Voice /Nicolás Pereiro y Néstor García
*Foto 2: www.viapais.com /Micaela García.
- Detalles
- OPINIONES EDITORIAL
