30/ 10/ 2016
ESTADOS UNIDOS
Ubicada en el estado de Ohio, es la ciudad con mayor cantidad de muertes por sobredosis en EE.UU. El desempleo y la falta de futuro, las claves.

Problema. En el condado hubo 85 muertes en el primer cuatrimestre de este año, un 130% más que en 2015
Dicen que es el barrio más duro de Dayton, una ciudad de 150.000 habitantes en el estado de Ohio. En la calle se ven grupitos de jóvenes que deambulan por ahí, algunos con tatuajes que les cubren toda la cara, otros con cervezas en la mano a las 2 de la tarde. Casi todos con la capucha del jogging en la cabeza. También hay algunos hombres y mujeres más grandes que caminan por las veredas rotas o el asfalto cascado o simplemente están sentados en las puertas de sus casas de clase media venida a menos. Los extraños no son bienvenidosaquí.
Por las calles de East Dayton –así le dicen al barrio-- aparece Tammy Plummer, de 45 años. Tiene el pelo largo, rubio, que no ha sido visitado por un peine en semanas. Tez muy blanca, ajada como si tuviera más de 60, y unos ojos azules que lanzan una mirada ausente, perdida. Se acerca para pedir unas monedas y cuenta a Clarín su drama, personal, que es el de muchos en esta ciudad de la “América Profunda”, que sufre una epidemia que se extiende en el país: Dayton es el lugar con mayor cantidad de muertes por sobredosis en los Estados Unidos.
“Deberían irse, es un barrio pesado”, advierte Tammy, que cuenta que la zona está “invadida por la droga”. Ella sabe de qué habla. Vive por aquí desde hace 30 años y cuenta que su hijo Dylan murió en 2007, a los 20, por una sobredosis de Oxycodin, un poderoso tranquilizante derivado del opio que puede usarse con prescripción médica, pero que también se compra ilegalmente en la calle y puede estar mezclado con otras sustancias mortíferas. Separada hace años de un hombre que ahora está en la cárcel por violencia doméstica, Tammy está desocupada desde hace años. Como hace mucho que ya ni busca trabajo, las cifras oficiales –que indican que en Estados Unidos hay un desempleo de sólo 4,5%-- no la registran.
Las muertes por sobredosis han aumentado dramáticamente en los últimos años en todo el país, sobre todo en el llamado “Rust Belt”, el “cinturón oxidado” o industrial, que se extiende en el norte desde Pennsylvania hasta Michigan o aún más al oeste, una zona que ha sido golpeada por la desindustrialización y el traslado de empresas al exterior.
Hace pocas semanas, las fotografías de una pareja inconciente por drogas en un auto, que fue hallada con su hijo de 4 años que lloraba en una sillita en el asiento de atrás, dio la vuelta al mundo. Había sido tomada no lejos de aquí, en el mismo estado.
De las 10 ciudades con mayor índice de muertes por sobredosis del país, tres se encuentran en Ohio: Dayton, Cincinnati y Toledo. “Nuestra ciudad perdió muchos trabajos durante la recesión económica. Algunos se recuperaron de la crisis, pero otros no. Entonces depende de qué lado de la moneda estás. Muchos que sintieron la presión del desempleo, que no se pudieron recuperar y siguen cargando con ese dolor en sus espaldas, que no tienen seguro médico, son parte de la causa de este problema”, explica a Clarín Ann Stevens, experta en adicciones del condado de Montgomery County, donde está Dayton.
La particularidad de esta reciente epidemia de drogas es que impacta mayormente en hombres de raza blanca, pero sobre todo entre los de 45 y 54 años, con solo estudios secundarios, según cifras oficiales. Este es precisamente el rango del electorado en el que el candidato republicano Donald Trump es favorito. Es el de los hombres a quienes le cuesta conseguir trabajo si fueron despedidos o tienen miedo de perderlo. La gente quiere un cambio y ve en el magnate a alguien diferente, que puede cambiar sus vidas. “A mí me gusta Trump”, dice Tammy a Clarín. “Lo conozco de la tele y sé que puede traer trabajo”. En el barrio hay varias casas con los cartelitos del candidato republicano en el jardín.
Según cifras oficiales, en el condado (de 500.000 habitantes) hubo 85 muertes en el primer cuatrimestre de este año, un 130% más que en el mismo lapso de 2015. Proyectan que habrá un récord de unas 400 en todo el 2016. Las drogas más letales en este período ha sido el fentanilo (un derivado sintético del opio) ilegal, luego la heroína y otros opioides. El uso de fentanilo –la droga que mató al cantante Prince-- se ha disparado en los últimos años. Se la mezcla con heroína para que “pegue más” (es decenas de veces más potente) y causa estragos en el cuerpo.
Otra droga cuyo uso se extiende es el carfentanilo, que es un tranquilizante para elefantes 10.000 veces más potente que la morfina. “Los resultados del informe son devastadores”, dice a Clarín Robert Carlson, director del Centro de Intervenciones, tratamientos e investigación de adicciones de la Universidad Wrigth de Dayton. “Vemos un 26% en el uso de fentanilo en la gente que murió por sobredosis. Es alarmante”, agrega, porque esa droga lleva a la muerte.
Kaitlin Mountjoy tiene 17 años. Va y viene por la avenida Keowee, en East Dayton, y se acerca a conversar junto a unas viviendas que tienen el cartel de Trump. Cuenta a Clarín que no va a la escuela, que estudia desde su casa “por Internet”, porque tiene problemas de concentración. “Este es un barrio duro, lleno de drogas. Caminás por ahí y ves jeringas por todos lados”, dice. Vive con su mamá y su padrastro. Tiene 5 hermanos, que van de los 26 a los 11 años. Ella dice que no se droga, pero cuenta que su mejor amiga, de 15 años, está en rehabilitación por consumir metanfetaminas. Kaitlin dice que en el barrio prefieren a Trump porque “va a traer trabajo”, pero que a ella le gusta Clinton porque “es una mujer inteligente”.
Los candidatos a la Casa Blanca casi no han hablado de esta epidemia silenciosa que parece extenderse sin control. El premio Nobel de Economía 2015, Angus Deaton, ya había advertido sobre este fenómeno el año pasado al decir que en Estados Unidos hay unas 96.000 muertes por año por sobredosis. “Es un rango solo comparable a la epidemia del HIV/sida de los 80”, señaló. Explicó que una de las causas puede ser la pérdida de trabajos de baja formación ante las presiones de la globalización.
Los trabajadores de Ohio, como otros estados de la zona, están golpeados por el cierre o traslado de empresas manufacturas o por la automatización de las tareas. Muchos se han quedado sin trabajo o trabajan el doble para ganar lo mismo o menos. Reina la desesperanza. En este océano de gente olvidada e invisible pesca votos Donald Trump.
Fuente: http://www.clarin.com/mundo/Dayton-frustracion-crece-epidemia-drogas_0_1678032249.html